Título: NOCTURNALIA
Autor: Joel Santamaría
Editorial: Espasa
Colección: Espasa Narrativa
ISBN: 978-84-670-6083-6
Páginas: 272
Presentación: Rústica con solapas
Joel Santamaría,
natural de Reus y afincado en Salou, es profesor de Lengua y Literatura en un
instituto de secundaria. Licenciado en Filología Hispánica y Anglogermánica,
hasta la fecha ha publicado tres novelas: Dies
irae, Humanofobia (finalista del premio de ciencia ficción Isaac Asimov
2019) y Nocturnalia, el libro del que
hoy quiero hablaros.
Nocturnalia nos traslada al mes de julio del año 280
d.C., cuando el centurión Constante Barsemis, junto con su liberto Elio Rodrigo
y doce jinetes más, llega a Tarraco
(Tarragona) procedente de Roma, donde han asistido a los fastos por la
coronación del emperador Marco Aurelio Probo. Su intención es visitar durante
unos días a su hermana Valentina y su familia, de camino a Osca (Huesca), donde tiene su residencia, regalo del emperador
Aureliano como premio a los servicios prestados.
No se trata de una
visita formal, a pesar de que han pasado seis años desde la última vez que se
vieron, sino que acude alarmado por las extrañas misivas que ha recibido tanto
de ella como de su cuñado, ambas por separado. Valentina le habla de
desesperación, aunque no concreta el motivo; él le pide que le ayude a resolver
una serie de hechos macabros que se están produciendo en la ciudad en la que
ejerce como edil en ese momento, similares a los que Constante vivió antaño, en
su ciudad natal, Palmira. Nada bueno.
La primera sorpresa
que Constante se lleva al llegar es con el aspecto exterior de la domus de los Vital, que no cambia un ápice una vez traspasado el umbral. Si bien es
cierto que la zona donde se ubica ha sufrido los mismos estragos que esta, siendo
lo más destacable del entorno su aspecto decadente, de abandono absoluto,
provocado en gran medida tras la última incursión de francos y alamanes un año
antes, a lo que ayudaron mucho los saqueos de los bárbaros o los desmesurados
impuestos que tenían que pagar los ciudadanos para soportar el funcionamiento
del engranaje del imperio. Sin embargo, esta casa, en particular, infunde
sensaciones inquietantes tirando a lúgubres, como si un halo impreciso y premonitorio de malos augurios se hubiese
adueñado del lugar.
La siguiente fue
todavía más cruel: su hermana se había suicidado, estando embarazada; de hecho,
fue enterrada dos días antes de su llegada. Una vez superado el amargo trago,
Barsemis se presta a ayudar a su cuñado, junto con Rodrigo, descubriendo un
mundo paralelo tan desconcertante como macabro, en donde la nigromancia y la
hechicería caminan de la mano y por libre en una ciudad diezmada por la peste.
Pero antes que
nada, una vez puestos en antecedentes, os voy a hablar de los escenarios donde
transcurre esta historia, uno de los puntos fuertes de esta novela:
Aunque la trama
principal transcurre en su totalidad en Tarraco (Colonia Iulia Urbs Triumphalis Tarraco), una ciudad de contrastes
que durante la dominación romana se convirtió en una de las ciudades más
relevantes de Hispania y capital de la provincia romana Hispania Tarraconensis.
Y digo que era una ciudad de contrastes porque en el momento en el que
transcurre la trama, la ciudad está dividida en dos zonas: una parte alta, que
todavía conserva su esplendor y se articula en torno al Foro Provincial, tan
majestuoso como el mejor de los levantados en Roma, sus grandes avenidas y
hermosas domus. Entre otros
edificios, se encuentra el templo de Helios Augusto, la construcción más impresionante
del lugar y el santuario más destacable de la península, del cual hace una fantástica
descripción el autor, tanto del contenido como del continente cuando Barsemis y
sus soldados acuden para dar gracias a los dioses, pero no serán las únicas, ya
que de ese modo vamos descubriendo, junto a él y sus personajes, otros muchos,
como la Basílica Provincial y su Sala Cartográfica adyacente, el Circo o la
Pinacoteca Augusta. En la parte baja, donde se encuentra la residencia de la
familia Vital, la basura y los excrementos se acumulan en sus decrépitas
calzadas y causan un hedor nauseabundo que hace la competencia al aspecto de
las fachadas de las viviendas que, como consecuencia de los saqueos de los
francos y la falta de mantenimiento, se encuentran en estado ruinoso.
El otro foco donde
transcurre la acción es Palmira,
lugar al que se nos traslada en ocasiones dado que años antes sucedieron unos
acontecimientos similares a los que ahora
se repiten en la ciudad hispana. Es de destacar, por ejemplo, la
descripción de la capital del fugaz reino nabateo que le hace Constante
Barsemis a su criado Rodrigo mientras le habla de Ehlabel. Da gusto cogerse el
mapa que se adjunta en las primeras páginas para ir localizando cada uno de los
edificios, monumentos y templos que tan hábilmente detalla mientras caminamos
por la avenida de las Mil Columnas, que los vincula a todos, en la que se
podían apreciar las efigies en bronce de los próceres de la ciudad colocadas en
las molduras que sobresalían de los fustes. O de los tenderetes que se
asentaban bajo los pórticos y donde se exponían mercancías llegadas desde
cualquier parte del mundo. Un enclave
mágico del que ahora, por obra y “gracia” del Dáesh, fue destruido en agosto
2015 para convertirlo en un desierto de ruinas.
Así que ahora, es
el momento de hablaros de los protagonistas, unos personajes bastante peculiares,
nada arquetípicos:
- Constante Barsemis: Perteneciente a una familia árabe
de noble linaje oriunda de Palmira. Inició su carrera militar emulando a su
padre, a las órdenes de Septimio Odenato. Más tarde se enroló en la legión,
luchando contra Póstumo y más tarde contra Zenobia, cuando Palmira se sublevó
contra Roma, lo que lleva lamentando desde entonces, pues tuvo que combatir
contra los suyos. Pelo espeso y rizado, nariz aguileña, ojos negros de gran
viveza. De apariencia hercúlea, es corpulento y fornido, no en vano, sus más de
dos décadas en la milicia, participando en numerosas batallas que prácticamente
se tomaba como un desafío personal, le han perfilado tanto su aspecto físico
como su personalidad. Por ello, su cuerpo está plagado de cicatrices, también su
alma. Es valiente y su coraje es legendario, aunque en ocasiones parece un
hombre contrito y desolado, especialmente cuando recuerda a Ehlabel.
- Ehlabel Assbai: Natural de Palmira e hija de una de
las familias más distinguidas de la ciudad. Fue el primer amor de Constante
Barsemis. La conoció a la salida del templo de Nabu y el flechazo fue
inmediato, pues era una belleza. Alta de estatura, tenía el cabello rizado y
negro como el azabache, así como sus ojos, en contraste con su piel, blanca
como la nieve. Constante apenas contaba con veinte años por aquel entonces y
acababa de llegar a la ciudad con un permiso. Pero su amor, a pesar de todos
los esfuerzos que había realizado para acercarse a ella, estaba condenado al
fracaso, dado que ella estaba comprometida y no precisamente a un mortal, sino con
la diosa Al-lat y en un par de meses se celebrarían los desposorios, para pasar
a convertirse en una especie de vestal
y, como ellas, condenada a enterrarse viva en un sarcófago de piedra en caso de
que alguien profanase su virginidad.
- Elio Rodrigo: Liberto y fiel criado de Constante. De
origen godo, su piel es muy blanca, con pecas en la tez. Es un hombre prudente
y bueno por definición. A pesar de su juventud, está siempre dispuesto a dar la
vida por su señor, estando siempre al quite cuando Barsemis se ve en
dificultades. Al poco de pisar la villa de Julio Natal, el cuñado de Constante,
se enamora perdidamente de Selena, una esclava que en breve dejará de serlo
para convertirse en esposa de su amo.
- Julio Natal: Edil en Tarraco, uno de los cargos más
importantes de la Curia Municipal. A poco de cumplir los cuarenta años, poco
queda del rostro noble y bondadoso que siempre tuvo. A sus ojos tristes y
hundidos, se une una piel cuasi azulada y un cabello encanecido. La espalda
encorvada, es el fiel reflejo de las preocupaciones que le abruman, hasta el punto
de haber envejecido tanto, en tan poco tiempo, que apenas se le reconoce. Junto
a Valentina, es padre de dos hijos: Julia, de catorce años y Casio de doce,
apenas unos adolescentes de aspecto febril y taciturno, hundidos en la
aflicción, dadas las circunstancias. Conoció a su cuñado cuando coincidieron en
el cursus militaris y a raíz de un
permiso Constante le invitó a su casa familiar de Palmira, donde conoció a
Valentina.
- Selena: Esclava y criada personal de Julio Natal
desde un par de meses antes, en breve dejará de serlo para convertirse en su
esposa. Es una auténtica beldad de estilizada figura, rostro de rasgos orientales
y delicados, mejillas sonrosadas y labios carnosos. También su trato es muy
agradable, pues su voz es plácida y sus ademanes armoniosos. Llama
poderosamente la atención la blancura de su piel, sus ojos de un gris
transparente y sus cabellos rubio platino, dado que es albina y no puede
soportar la luz del sol. Tiene a cargo a su sobrina, Escaria, una niña de seis años, albina como ella y muy parecida en
lo físico, pero iracunda la mayor parte del día e insolente a tiempo completo,
en particular contra su amo.
Y serán estos
personajes, en particular Constante y Rodrigo, quienes ayuden a Julio Natal,
edil de la ciudad y como tal responsable de la seguridad ciudadana, a
esclarecer unos asesinatos que desde cinco semanas antes se vienen produciendo
sin razón aparente.
Todo comenzó con el
suicidio de una joven, Salvia Tauro, al que le siguieron el de Marco Tácito y
Agustina Basso, cada uno en días diferentes y todos ellos de familias más que
respetables. A los pocos días de ser enterrados los cadáveres, las familias de
cada uno de ellos fueron asesinadas en su totalidad de las maneras más macabras
posibles. Constante y Rodrigo tienen la oportunidad de presenciar las actuaciones
que se siguen con los sospechosos, los interrogatorios y demás procedimientos de
los acaecidos en la domus de los Basso, ya que ocurrieron el día después de su
llegada a Tarraco y el modo en que le dieron carpetazo al tema no les convenció
en absoluto, dado que echaron la culpa a los esclavos de la casa, una familia que
no tenían motivos para semejante masacre, pero era lo que más interesaba a los intervinientes.
La sentencia llegó de inmediato: fueron arrojados a los leones después de ser
torturados hasta la extenuación.
Sin embargo, estas
familias no serán las únicas y la investigación que se llevará a cabo será una
carrera contrarreloj en la que la magia negra y la necromancia tendrán una
importancia fundamental. De ese modo, el autor nos mostrará un mundo paralelo –que
no fantástico- más común de lo que a priori podríamos pensar, ya que durante el
esplendor del Imperio Romano la tradición religiosa romana introdujo la
superstición dentro de sus fundamentos de culto, permitiendo que coexistieran una
mezcolanza de religiones orientales, africanas y bárbaras que lo hicieron
posible y que se mantuvieron cuando el ocaso amenazaba con convertirse en
realidad,
Antes de terminar
quiero destacar una serie de curiosidades en la novela que no puedo dejar de
mencionar. Por un lado, la cantidad de libros antiguos a los que se alude en ella,
como la Historia Augusta de Vopisco (aunque su autoría todavía es motivo de
debate), una colección de biografías de emperadores, césares y usurpadores que
sirven para ponernos en situación y así entender el contexto histórico y otras “de
ficción” como Antígona de Sófocles, la Eneida de Virgilio o el Satiricón de
Petronio (entre otras), que sirven para inspirar las escenas que se narran,
dando una pátina de realidad de lo más concluyente y que apreciamos, porque no
todas las hemos leído, mediante notas de pie. También, y casi al hilo de lo
mismo, entre esas curiosidades, destacaría el modo en que se tratan o saludan
los romanos. Está claro que la influencia del cine hollywoodense (me refiero a
esas las películas “de espadas, túnicas y sandalias”, o como se denominan en el
ámbito cinematográfico, péplums), ha hecho mella en nuestra memoria y damos por
ciertas algunas prácticas que, en el mejor de los casos, son errores de
verosimilitud y, en el peor y más común, falta de rigor histórico, que Joel Santamaría ha venido a desmontar sin
despeinarse. Os pongo de ejemplo de una carta que Ehlabel envía a Constante
(aunque hay cientos de detalles en este sentido y que a lo mejor vendrían más a
cuenta para explicarlo), en la que se puede apreciar en el encabezamiento o la
despedida cuáles eran los usos y costumbres, que difieren bastante de lo que nos
ha hecho creer el cine. No obstante, hay muchos más, tantos que te sorprenderías.
Con respecto a la
edición, he decir que hay elementos muy de agradecer para el lector. No solo se
trata de que el tamaño de la letra sea el adecuado para que la lectura resulte
cómoda, así como sus márgenes e interlineado, sino a otros que enriquecen la
historia. Me estoy refiriendo, por ejemplo, a que al inicio de la narración se
nos acompañan dos mapas, uno de Tarraco y otro de Palmira, en los que podemos localizar
sus edificios más emblemáticos y situarlos con mayor tino porque son los
lugares por los que se mueven los personajes en la trama y que se nos describen
con profusión de detalles. Del mismo modo, al final de la narración se nos
acompañan diversos apéndices: en primer lugar, un glosario de términos, para continuar con unas interesantísimas notas históricas, seguidas de una cronología de hechos históricos
descritos en la novela que no solo te ubican en el contexto, sino que te
ofrecen una información valiosísima acerca de los modos y costumbres de las
gentes en aquel inicio de uno de los períodos más fascinantes y turbulentos de
la Historia: los albores del tardorromano, que se inició con la proclamación de
Diocleciano como césar en el 284 y que en Hispania fueron más que evidentes. Y
todo ello sin olvidar el diseño de la cubierta que es, en particular,
impresionante.
Esta reseña participa en la iniciativa:
Apartado: Made in Spain
La acción transcurre en cualquier ciudad española, excepto Barcelona o Madrid.
#SeguiremosBailando
Como sabes, después de "Spiculus" me quedé con ganas de leer más sobre romanos, y este libro parece ideal, sobre todo porque se ambienta en el siglo III d.C., un periodo bastante desconocido, ¿no? Y lo de mezclar romanos y muertos vivientes me parece lo más, todo un puntazo. Espero hacerme pronto con esta novela. :)
ResponderEliminarBesotes.
Pinta bien la novela, sin duda. Y si la magia negra y la necromancia tienen también importancia, apunto el título por si cayera en mis manos. Gracias por acercarnos este título, habrá que seguir su pista.
ResponderEliminarBesos.
Muy completa la reseña, qué montón de cosas interesantes nos cuentas sobre el libro,la verdad es que es curiosa la forma de encarar está trama. Lo apunto por si acaso.
ResponderEliminarBesos
Ultimamente me estoy aficionando a la novela histórica y esta reseña ha sido definitiva. Me ha encantado y no la voy a dejar pasar, eso si, no se cuando podré leerla pero lo haré. Besos
ResponderEliminarMuy interesante esta novela, que no conocía. Una fabulosa reseña. Y desde luego me apunto la novela.
ResponderEliminarBesotes!!!
Estoy en racha con la novela histórica y se me han puesto los dientes afilados con tu reseña.
ResponderEliminarUn beso,
Hola.
ResponderEliminarNo conocía el libro y por el momento no creo que lo lea, tengo demasiados pendientes, aun así me la llevo apuntada para más adelante. Gracias por la reseña.
Nos leemos.
Que buen libro y muy buena la reseña <3 no lo conocía pero me llamo sumamente la atención :D
ResponderEliminarUn besote desde Plegarias en la Noche.
Hola.
ResponderEliminarTiene buena pinta, anotado queda para una futura lectura.
Gracias por la reseña.
Un saludo.
Me ha encantado la reseña, es muy buena
ResponderEliminarbsss
¡Hola cielo!
ResponderEliminarNo es un libro que me llame la atención pero no tiene mala pinta para nada.
Gracias por la reseña, un besote enorme.
A mí la idea me parece interesante porque no he leído nunca una novela que mezcle estas dos temáticas.
ResponderEliminarHola, Kayena. Soy Joel, el autor. Mil gracias por tu reseña. Es la más completa que me han hecho hasta ahora. La comparto en el Face.
ResponderEliminarEsta me la llevo apuntada sí o sí porque el momentazo zombi no me lo pierdo por nada del mundo.
ResponderEliminarUna reseña maravillosa, como siempre. Gracias por darnos a conocer esta obra. Eso de que mezcle thriller y ciencia ficción me llama muchísimo la atención. Me la apunto de inmediato.
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