DATOS TÉCNICOS:
Título: EL JARDÍN DE LOS ENIGMAS
Autor: Antonio Garrido
Editorial: Espasa
Colección: Espasa Narrativa
ISBN: 978-84- 670-5267-1
Páginas: 384
Presentación: Tapa dura con sobrecubierta
Como ya os
comentaba en la reseña de Un perfecto caballero, el confinamiento me está dejando un sabor agridulce, más allá de
las razones que lo han provocado, tan aciagas, tan tremendas, es complicado
seguir una rutina cuando es precisamente la rutina la esencia de tantas horas
disponibles que no sabes ni cómo administrar. O al menos en mi caso. Tengo la
sensación de que pierdo el tiempo por encima de mis posibilidades y eso que
siempre he sido una maestra en eso. Ahora estoy haciendo un máster. La verdad
es que me resulta muy complicado centrarme en las cosas más sencillas, entre
las que se encuentra leer, una afición que, desde que tengo uso de razón
practicaba como una vía de escape, saboreando cada libro como una experiencia
única. ¿Qué os voy a contar que no sepáis? El caso es que abandono lecturas
como si no hubiese un mañana, a veces llegar a leer más de diez páginas
seguidas se me hace complicado… y recordar lo leído o procesarlo un imposible.
Así que, haciendo bueno el dicho de que a grandes malos, grandes remedios, no me ha
quedado más remedio que recurrir a lo que nunca falla, a elegir a uno de esos
escritores fetiche que sabes que nunca defraudan y, para eso, nadie como Antonio Garrido
para sacarme de esta tremenda crisis lectora con su última novela, El jardín de los enigmas, publicada en
noviembre de 2019.
Biografía facilitada por la editorial.
Antonio Garrido
(Linares, 1963). La crítica ha calificado su narrativa de ágil y adictiva
gracias a tramas asombrosas, personajes inolvidables y una esmerada
documentación que le ha valido el unánime reconocimiento internacional.
Traducido a más de quince idiomas, su
fulgurante carrera le ha convertido en el primer español cuya traducción al
inglés alcanza el número uno absoluto de ventas en EE.UU. en la lista de
Amazon, en todos los géneros y todas las categorías. Su primera novela, La
escriba, 2008, se alzó con el Prix des Lecteurs Selection 2010, y fue
finalista del Prix Fulbert de Chartres. El lector de cadáveres, 2011, obtuvo
el Premio Internacional de Novela Histórica Ciudad de Zaragoza y el Prix Griffe
Noire, y fue seleccionada para los Edgar Allan Poe Awards USA en la categoría
Best Paperback Original. Con la consecución del Premio de Novela Fernando Lara
2015, con El último paraíso, Antonio
Garrido se confirma como uno de los más destacados talentos de nuestra
literatura y une su nombre al de ganadores de anteriores ediciones como Terenci
Moix, Ángeles Caso, Francisco Umbral o Zoé Valdés.
¿Qué
mortales secretos se ocultan en un simple ramo de flores? Un trepidante
thriller histórico ambientado en la Inglaterra victoriana.
En el Londres
industrial de mediados del siglo xix, Rick Hunter es un «cazarrecompensas» que
sobrevive vendiéndose al mejor postor y al que acompaña un oscuro deseo de
venganza.
Tras escapar de una
mortal emboscada, una extraña pista le conduce hasta una exclusiva floristería,
cuya propietaria es experta en el lenguaje de las flores, conocimientos que le
han granjeado el favor de poderosos y aristócratas, deseosos de comunicar sus
pasiones secretas a través de las plantas.
Rick consigue un
trabajo como aprendiz, y descubre que lo que parecía un lujurioso entretenimiento
se corresponde con un sofisticado sistema de mensajes entre personajes
extremadamente peligrosos: el ambicioso Gustav Gruner, cónsul de Alemania; Lord
Bradbury, un rico filántropo; Daphne Loveray, una bella y enigmática mujer
casada con un indeseable y Karum, un sádico nativo de las colonias.
A partir de ese
instante se desencadenará una endiablada trama de crímenes en una ciudad que
solo vive para la inauguración de la primera Exposición Universal, el momento
en el que el Imperio británico demostrará al mundo todo su poder... o en el que
podrá derrumbarse si Rick no descubre la verdad.
Hace casi un año,
en plena Feria del Libro de Madrid, #SoyYincanera tuvo la suerte de mantener un
encuentro con José Luis Gil Soto, en
el que estuvimos hablando, largo y tendido, de su novela Madera de Savia azul. Además de darle un buen repaso a la obra, que
prácticamente acabábamos de leer y nos tenía enamoradas, nos contó algunas
anécdotas al hilo del momento de promoción en que se hallaba inmerso el autor.
Una de ellas se refería a que cuando acudía a algunas librerías, se la
encontraba en los anaqueles más variopintos, catalogada como romántica en el
mejor de los casos. Obviamente, es una novela difícil de clasificar, porque aunque
apunta maneras de fantástica, carece de los rasgos más significativos. Con esto
no quiero decir que sea mejor ni peor ceñirse a un género concreto, sino que,
indudablemente, es difícil de etiquetar por ello y aun así, gustará a los
amantes de ese género. Y a los de cualquier otro.
Porque la realidad
es que hoy en día, del mismo modo en que nacen más géneros –o subgéneros- que
setas en otoño, en una misma novela nos podemos encontrar un poco de todo. Algo
así ocurre con El jardín de los enigmas,
que hay quienes la tildan de novela de aventuras mientras otros se decantan por
el de thriller histórico y, aunque apunta maneras de ambas cosas, sinceramente
no es una cosa ni la otra y, sin embargo, tampoco es que importe mucho, porque
es un lujo para el lector que huye de géneros y solo busca pasar unas horas de
entretenimiento. Y lo consigue desde la primera página porque su trama enamora,
como poco.
¿Y qué tiene esta novela
para enamorar a cualquiera más allá del género al que pertenezca que, imagino,
es lo más secundario?. Pues muy sencillo: tiene los ingredientes básicos y
necesarios que hacen que cualquier historia funcione: un argumento sólido, una
trama que te envuelve, un misterio (o varios, como es el caso) que resolver,
unos personajes fascinantes, un momento histórico atractivo y un escenario en
el que perderse. Y algo más que descubrirás cuando abras el libro.
Del argumento poco
más puedo contar que lo que se dice en la sinopsis del libro, puesto que recoge
lo esencial. Al inicio de la novela nos encontramos con Rick Hunter, quien,
junto a su socio Joe Sanders, trabajan como cazarrecompensas. Ya, desde las
primeras páginas también, intuimos que el protagonista tiene un punto incómodo,
pues esconde más que muestra y está obsesionado con consumar una venganza que,
a priori, parece complicada porque ni siquiera conoce al responsable que la ha
motivado.
Cuando decide dejar
a su socio, al que no soporta, este le tiende una trampa que se convierte en
una encerrona mortal, de la que sale vivo por los pelos y con una pista en el
interior de un fusil. Esta le lleva a una floristería donde consigue un trabajo
que le permite conocer mejor a su propietaria, una mujer que conoce “el secreto
de las flores”, un singular sistema de comunicación que se utilizaba en los
harenes turcos que el rey Carlos II importó en el siglo XVII y que servía para
que los enamorados (y los no tanto) se comunicasen al margen de los
puritanismos de la época. Sin embargo, dos siglos después, este mismo método se
ha convertido en un código criptográfico al servicio del espionaje inglés en
ultramar y, a partir de aquí, se desata un torbellino de situaciones en una
trama envolvente que te mantendrá en vilo hasta su desenlace.
Por otro lado, dado
que en la novela hay misterio para exportar, este también viene acompañado de
la mano de los personajes que protagonizan esta historia. Por más vueltas que
le des, la mayoría son fascinantes. Es verdad que no todos pueden ser protagonistas,
pero sí tienen una parcela que, como tal, la bordan, porque todos tienen algo o
mucho que esconder. Caben en este elenco todo tipo de prototipos: el personaje
poliédrico (por la variedad de peculiaridades que podemos observar en su
comportamiento o en su carácter, cualidades estas que incluso pueden llegar a
entrar en conflicto); el personaje singular (que surge para dejar su impronta y
luego desaparece); el personaje plano (sin apenas complejidad, prácticamente
esbozos de sí mismos) o el personaje redondo (muy elaborados y con un
importante bagaje emocional):
- Rick Hunter: Sin lugar a dudas, es el gran protagonista
de esta historia. Como os comentaba, desde el principio se hace un poco
incómodo, empezando porque tiene una identidad falsa y lo único que transmite
es un deseo inusitado e incluso enfermizo de venganza. Choca también que siendo
una persona a todas luces instruida, con grandes conocimientos de botánica, sea
capaz de trabajar con alguien tan zafio como su socio. Bien parecido, sus ojos son
verdes y los labios gruesos enmarcados por una mandíbula esculpida a cincel, tiene
el busto atestado de cicatrices, ha estado en la cárcel una corta temporada,
aunque también sabemos que ha vivido en la India. Y poco más.
- Joe Sanders: Es el socio de Rick, aunque a la hora de
repartir ganancias, el porcentaje de uno nada tiene que ver con el del otro.
Ambos pertenecen a los Bow Street Runners, cuyos miembros eran llamados
«thief-takers» (cazarrecompensas) aquel mítico y poco recomendable cuerpo de
policía que existió en Londres por aquellas fechas, creado a instancias de
Henry Fielding tras ser nombrado magistrado del tribunal de Bow Street (de ahí
su nombre). Es un tipo violento e infame y su vida gira en torno al dinero.
Rick lo aborrece y casi desde sus inicios sabe que su asociación tiene fecha de
caducidad, solo que liquidarla puede resultar peligroso. Y así ocurre cuando se
lo plantea y este le tiende una emboscada mortal de necesidad, de la que Rick
sale airoso por los pelos.
- Memento Mori: Es el único amigo de Rick, la única
persona en la que confía plenamente y también el único personaje capaz de
enternecernos. Podría tener la misma edad de su padre. Tiene el rostro
desfigurado a raíz de una explosión que sufrió hace años, en la que, además,
perdió los párpados, lo cual intenta disimular llevando unas gafas oscuras y,
para evitar las burlas, vive –o malvive-, por decisión propia, en el almacén
del correccional de Southwark, tras llegar a ese acuerdo con los patrones del
establecimiento, por lo que puede entrar y salir de allí sin problemas. Se gana
la vida reparando y transformando máquinas que luego vende a determinados
talleres, aunque su verdadera afición es la de la fotografía, en particular la
que realiza a los muertos y de ahí su sobrenombre.
- Daphne Loveray: Aristócrata por matrimonio, es una
joven tan inteligente como enigmática y poseedora de una gran belleza. Es
clienta de la floristería de Hellen Hartford y amiga de su propietaria. Es
culta, habla varios idiomas y tiene grandes conocimientos en matemáticas, lo
que le permite colaborar con el Foreign Office, aunque nadie sabe nunca ni dónde
está ni a qué se dedica, incluido su propio marido. Este personaje está
inspirado en la figura de Ada Lovelace, la que fuera hija de Lord Byron y que
en base a sus conocimientos matemáticos inventó el primer lenguaje de
computación.
- Hellen Hartford: Nacida en Edimburgo, es la
propietaria de la floristería “Pasión de Oriente” y el último bastión de una
estirpe de jardineros reales que se remonta a seis generaciones de jardineros
reales y que surtían de flores a la nobleza desde un siglo antes. Es viuda,
quizás por eso y por la época en que transcurre la novela no ha abandonado el
luto, algo que, por un lado, es incapaz de disimular su corpulencia y, por
otro, su mal gusto vistiendo. A nivel personal es arisca y severa, aunque
siempre temerosa por algo que es incapaz de verbalizar. Y resulta curioso,
porque cuando empiezan a sucederse asesinatos a su alrededor, no acierta a
entender que algo oscuro se cierne sobre su negocio. Obtuvo, gracias a la
mediación de un buen amigo, la concesión de la decoración floral de los
pabellones de ultramar en la Exposición Universal, lo que le permitirá un buen
desahogo económico, dado que desde que murió su marido, no pasa por sus mejores
momentos; de hecho, llegó a cerrar el negocio, hasta que las deudas empezaron a
acuciarla.
- Penny Ryan: Dependienta en “Pasión de Oriente”. Al
igual que su jefa, también ha nacido en Edimburgo y antes de trabajar en la
floristería ejerció la prostitución. Delgada y de aspecto demacrado y
enfermizo, hay que añadirle una dentadura ruinosa, posiblemente como
consecuencia de una mala alimentación y escasa limpieza. Más que una chismosa,
es una cotilla de manual, algo que juega en favor de Rick, ya que puede
sonsacarle información personal sobre Hellen Hartford.
- Lord Brandbury: Anciano y rico filántropo amigo del
difunto Sr. Hartford; de hecho, cuando este fallece y la viuda se encuentra con
problemas económicos, se convierte en su mecenas. También es el valedor de
Daphne Loveray en el Foreing Office. Es un enamorado de las flores y de todo lo
que tiene que ver con la naturaleza, sobre todo desde que perdió movilidad como
consecuencia de un accidente. Viste de manera impecable y usa una impecable peluca
blanca. De siempre, se le ha considerado un empresario de éxito y su influencia
en el gobierno es más que palpable.
- Gustav Gruner: Cónsul de Alemania, asesor personal del
príncipe Alberto –esposo de la reina Victoria y principal impulsor de la Exposición
Universal-, tambiés es el responsable de la seguridad del Crystal Palace.
Soberbio hasta la saciedad, desde el primer momento se postula como un
personaje antipático que despierta todo tipo de sospechas.
- Karum Daswani: Responsable del pabellón de las Indias Orientales en el Crystal Palace. Es un empresario con intereses comerciales en Londres. De gran corpulencia, tez cetrina y porte distinguido, apenas se le nota el acento, dado que se expresa en un perfecto inglés. Además de otros negocios, dirige un famoso den, un fumadero de opio donde también se practica la prostitución y al que acuden los altos funcionarios del estado, los comerciantes más influyentes e incluso la nobleza.
¿Y qué decir de los escenarios? Antonio Garrido lleva al lector al Londres victoriano más señorial, también al más inmundo, para mostrarnos la vida en un tiempo apasionante, de profundos cambios. Ante nosotros se despliega una ciudad que vive expectante los momentos preliminares a la inauguración de su primera Exposición Universal, celebrada en 1851 y concebida para evidenciar el progreso del mundo; de hecho, se la conoció con el nombre de Gran Exposición de los Trabajos de la Industria de todas las Naciones (Great Exhibition of the Works of Industry of all Nations, en inglés).
- Karum Daswani: Responsable del pabellón de las Indias Orientales en el Crystal Palace. Es un empresario con intereses comerciales en Londres. De gran corpulencia, tez cetrina y porte distinguido, apenas se le nota el acento, dado que se expresa en un perfecto inglés. Además de otros negocios, dirige un famoso den, un fumadero de opio donde también se practica la prostitución y al que acuden los altos funcionarios del estado, los comerciantes más influyentes e incluso la nobleza.
¿Y qué decir de los escenarios? Antonio Garrido lleva al lector al Londres victoriano más señorial, también al más inmundo, para mostrarnos la vida en un tiempo apasionante, de profundos cambios. Ante nosotros se despliega una ciudad que vive expectante los momentos preliminares a la inauguración de su primera Exposición Universal, celebrada en 1851 y concebida para evidenciar el progreso del mundo; de hecho, se la conoció con el nombre de Gran Exposición de los Trabajos de la Industria de todas las Naciones (Great Exhibition of the Works of Industry of all Nations, en inglés).
Porque Londres, en El jardín de los enigmas, no es un
escenario al uso, sino que apunta maneras de protagonista indiscutible en esta
novela y nos vamos a pasear por la ciudad junto a sus protagonistas para
conocerla a fondo, en particular los siguientes enclaves:
- Seven Dials: En las primeras páginas de la novela nos
encontramos a Rick Hunter y a su socio, Joe Sanders, en un antro de medio pelo,
El Ganso Negro, situado en este barrio que, por aquel entonces, era uno de los
más peligrosos y marginales de la capital, al norte de Covent Garden. Han acudido
allí para dar un escarmiento a Bob Fatty, el pérfido dueño del local.
- Bayswater: Una extraña pista lleva a Rick Hunter a
este distrito situado en el centro de Londres, al norte de Hyde Park y a poco
menos de cinco kilómetros de Charing Cross. Allí se halla la floristería Pasión
de Oriente, en el número 57 de Portobello Lane, regentada por Hellen Hartford. Se
trata de un barrio tranquilo, por el que todavía se puede pasear sin que te
atropelle un vehículo de transporte colectivo. De hecho, Rick Hunter lo
describe así: «A diferencia de otros
barrios de Londres, el oeste de Bayswater se asemejaba a un apacible pueblecito
en el que sus vecinos hubieran logrado impedir que el avance de la civilización
arruinase la tranquilidad de sus vidas. Por lo que pudo apreciar, en aquel
lugar aún se podía cruzar la calle sin temor a que un ómnibus te atropellara
mientras admirabas los pequeños bosques que surgían entre casa y casa».
- Jardines de Cremorne: Aunque hoy en día
solo quedan vestigios de lo que antaño fueron, en 1851, mientras transcurre la
trama de esta novela, lucían en todo su esplendor. Estos jardines se hallaban
en la rivera del Támesis, entre Chelsea Harbour y el final de King's Road. Fue
precisamente el lugar elegido por Lord Bradbury para celebrar su cumpleaños, al
que asistieron la mayor parte de los personajes de la novela. A través de la
mirada de Rick podemos hacernos una idea de su auge y de la cantidad de atracciones
con las que contaba el recinto: en la zona suroeste de los jardines
construyeron una imponente pagoda, resplandeciente en cuanto a iluminación, en
cuya plataforma circular cabían hasta cuatro mil bailarines. También había un
circo, un teatro, un restaurante e incluso un globo aerostático y fuegos
artificiales.
La plataforma de
baile en Cremorne Gardens.
Foto cortesía de
Wikipedia
|
- Crystal Palace: Una magnífica construcción de hierro
fundido y cristal levantada en el Hyde Park, en Londres, con motivo de la Gran
Exposición mundial de 1851. Su planta, de diseño innovador, constituida por una
nave principal y galerías longitudinales, se convirtió en todo un símbolo de
modernidad. Está exquisitamente descrito en el libro, tanto su aspecto exterior
como el interior y es, precisamente, ese jardín de los enigmas al que hace
referencia el título de la novela, adornado en profusión por las flores y plantas
servidas desde “Pasión de Oriente” y donde se dan cita todos los personajes que
tienen relevancia en la trama.
Antonio Garrido domina
a la perfección el manejo de las fuentes, no en vano, en esta novela cobra
incluso una inusual importancia la lectura de la “Nota del autor” que podemos
encontrar al final del libro, para apreciar con mayor intensidad la narración
de unos hechos y unos personajes tan reales como impactantes, veteados de
acción e intriga. También seremos conocedores del germen de esta historia y,
obviamente, de las licencias que se ha tomado. No obstante, os adelanto que es
una novela adictiva, que se más que leerse, se devora, con el aliciente de que
en ella, el autor, ha hecho un especial homenaje a las lecturas anglosajonas de
su infancia y juventud y que te llevará a rememorar otros personajes, otras
situaciones, para encontrar paralelismos. No me diréis que no es una buena
opción para este confinamiento, ¿verdad?
Pues para tener dificultad para centrarte en las cosas más sencillas has hecho una reseña de diez, o más. En esta ocasión yo ya he leído la novela y coincido plenamente contigo, una lectura para quitarse el sombrero. Besos
ResponderEliminarHola.
ResponderEliminarHe oído hablar bien de las obras de este autor del que no he leído ningún título pese a tener anotada, tiempo ha, El lector de cadáveres. Supongo que me iniciaré en su obra con el libro anotado pero no descarto la que reseñar para un futuro porque mala pinta no tiene.
Un saludo.
Inglaterra Victoriana y La eremita son vocablos que siempre van de la mano con la garantía de que se van a complementar muy bien una y otra. De todas las reseñas que he leído últimamente ésta si que llama la atención como para querer hacerle un hueco al libro en mi interminable lista. Voy a ver si lo encuentro por ahí en digital. Un besazo Ana. La crisis lectora es generalizada (a mi cuando me pasa leo fantasía que me atrapa irremisiblemente. Busca un género en que te pase lo mismo) Smuack!
ResponderEliminarHola, leí hace unos años El lector de cadáveres y me gustó mucho, a esta novela le tenía echado el ojo desde que se publicó y tu estupenda reseña me reafirma en la idea de que la voy a disfrutar mucho. De este verano no pasa. Besinos.
ResponderEliminarPedazo de reseña te has marcado! Como para resistirse. A mí me has dejado con muchas ganas.
ResponderEliminarBesotes!!!
Leí El lector de cadáveres hace años y me gustó mucho y creo que tengo por las estanterías de casa La escriba, así que esta me la apunto que me encantó como escribe el autor. Un beso.
ResponderEliminar¡Hola!
ResponderEliminarSin duda cada uno de nosotros enfrenta esta situación de una manera diferente, por lo tanto no queda más remedio que tener paciencia y sobrellevar las cosas poquito a poco. En mi caso hay días en que la concentración es poca, ni quiero leer ni me provoca escribir... y tengo unas seis reseñas atrasadas :(
A pesar de lo que nos comentas, tu entrada quedó fenomenal, cada vez que te leo no me queda más remedio que apuntar el libro que nos sugieres... y mi lista de pendientes sube y sube en lugar de bajar :)
Concuerdo contigo, muchas veces leo libros simplemente porque me atraen sin tomar en cuenta a qué género pertenecen, leo por el simple placer de leer y disfrutar de la historia.
Este viaje hasta Londres me apetece y mucho así que apuntada va esta novela de Antonio Garrido.
Nos leemos en "la ciudad de los mil rostros" ;)
Un fuerte abrazo y mucho ánimo ♡
De Antonio Garrido leí La escriba,... Si El jardín de los enigmas está escrito con el mismo rigor histórico y un ritmo tan trepidante seguro que me enganchará!
ResponderEliminarHola, hola!
ResponderEliminarHe visto en varias ocasiones esta novela y me gusta la cubierta y su título pero no me decidía por ella. Con tu reseña me la llevo anotada y cuando tenga tiempo la leeré. Gracias por la reseña y te mando un besazo. ¡Muac!
Hola,
ResponderEliminarNo conocía la novela ni al autor, pero me ha resultado interesante lo que nos relatas en tu reseña y me ha entrado unas ganas inmensas de saber más así que me lo llevo apuntado a mi lista de pendientes para darle una oportunidad más adelante.
Besos desde Promesas de Amor, nos leemos.
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ResponderEliminarHola preciosa!
ResponderEliminarPues la verdad si que me parece una buena opción para este confinamiento, yo ya le tenía el ojo echado y ahora después de leer tu reseña se que acabaré dándole una oportunidad,creo que puede resultar una buena lectura.
❀ Fantasy Violet ❀
Besotes! 💋💋
Hola! Tiene todo lo que me gusta thriller victoriano, secretos, wowowowow..genial ya lo busco de conseguir! Excelente pero excelente entrada, gracias por compartir, saludosbuhos.
ResponderEliminarperdon que vuelva a comentar algo, he terminado de leer El lenguaje de las flores de Vannesa Diffenbauch y tenia esto de las flores y el mensaje y en la ultima parte me decpiono un monton...asi que me quede solo con el mensaje de los ramos, Vere este!!!!
ResponderEliminarnice post :)
ResponderEliminar¡Hola! La cuarentena es que se ha hecho un poco dificil, pero bueno, ya mismo se va viendo la luz. No conocía el libro, pero me lo apunto que me ha picado la curiosidad, siempre es bueno volver a esos autores que sabes que lo vas a disfrutar sí o sí.
ResponderEliminarMe quedo por tu blog, un beso <3
¡Hola, hola! He escuchado hablar de este autor pero no he leído nada suyo, aunque por lo que cuentas en la reseña este libro parece interesante. No se, me llama la atención^^
ResponderEliminar¡Nos leemos!
XX ASH XX
¡Hola!
ResponderEliminarPues aunque no conocía el libro, creo que esta vez lo dejaré pasar, ya que me apetecen lecturas de otros géneros muy diferentes.
Un abrazo
A este libro le tengo ganas, muchas ganas, necesito tiempo, porque aunque he trabajado durante el confinamiento, también es verdad que tenía una jornada especial y tenía más tiempo que de costumbre, sin embargo no he sido capaz de concentrarme y no he abandonado libros, simplemente no he leído, tenía el libro en las manos y podía pasar horas mirando al infinito. Al final decidí no obligarme a nada y aunque he arrastrado una novela durante mes y medio la he terminado disfrutando mucho gracias a haberme concedido tiempo. La leeré pero no se todavía en que vida
ResponderEliminar¡Hola, Kayena!,
ResponderEliminarPues no conocía esta novela, aunque sí que he oído hablar del autor y de la obra que mencionas.
No obstante, me encanta los libros ambientados en el Londres victoriano y si encima Antonio maneja las fuentes tan bien, sé que es una novela que voy a disfrutar un montón. Además, el misterio es una de mis debilidades.
Vamos, que me lo llevo super apuntado.
Un besito de tinta y hasta pronto :D
Gracias por el descubrimiento.