DATOS
TÉCNICOS:
Título:
UN ASESINO EN TU SOMBRA
Autora: Ana
Lena Rivera
Editorial: Maeva
Colección: Maeva
Noir
ISBN:
978-84-17708-63-4
Páginas: 360
Presentación: Rústica
con solapas
Era la Semana Santa
de 2019 cuando una insuficiencia respiratoria provocada por una bronquitis
crónica me llevó a ingresar en la Fundación Jiménez Díaz. Imposible olvidar
aquellos días y en especial aquel momento en que gracias a dos enfermeras, que
me llevaron a un box casi en volandas, hoy puedo contarlo. Y más con la que
está cayendo, porque puedo hacerme una idea de lo mal que lo estarán pasando
muchos. O los que ya no pueden hacerlo.
Ha pasado un año
desde entonces y, curiosamente, tengo asociada aquella circunstancia a un libro
que me sirvió de mucho, sobre todo en los primeros instantes de aquella
pesadilla: Lo que callan los muertos.
Una novela que, además de entretenerme durante las tediosas horas de reclusión
mientras intentaba superar aquella crisis, me mantuvo intrigada con una
historia singular: la de una investigadora de fraudes a la Seguridad Social que
tiene que dilucidar qué se esconde tras la sustanciosa pensión de un militar
franquista que en la actualidad sobrepasa el centenar de años y, asimismo, se
ve obligada a indagar en el extraño suicidio de una vecina de su madre y los
hechos que pudieron provocarlo.
Y digo que era una historia singular porque su protagonista, Gracia San Sebastián, es una mujer muy seria en lo laboral y, además, arrastra una tragedia de la que apenas conocemos la punta del iceberg, pero que está poniendo entre la espada y la pared su relación matrimonial, que se tambalea sin remisión. Sin embargo, tiene una familia un tanto peculiar, en particular su madre, Adela, con la que no es que sea fácil empatizar, sino que te la llevarías a vivir contigo de inmediato si fuese real o su hermana, Bárbara, cardióloga de profesión y perfeccionista por devoción, tan opuesta a ella; aderezado todo ello con un elenco de personajes muy bien perfilados, que ayudan a la investigación, cada uno a su manera: como el comisario Rafa Miralles, un profesional excelente, de trato cordial, casado con Geni, amiga de la infancia de Gracia y cotilla por definición, no en vano, su segundo nombre es "La Chismes", así como Sarah, su amiga íntima, farmacéutica y feliz a partes iguales.
Y digo que era una historia singular porque su protagonista, Gracia San Sebastián, es una mujer muy seria en lo laboral y, además, arrastra una tragedia de la que apenas conocemos la punta del iceberg, pero que está poniendo entre la espada y la pared su relación matrimonial, que se tambalea sin remisión. Sin embargo, tiene una familia un tanto peculiar, en particular su madre, Adela, con la que no es que sea fácil empatizar, sino que te la llevarías a vivir contigo de inmediato si fuese real o su hermana, Bárbara, cardióloga de profesión y perfeccionista por devoción, tan opuesta a ella; aderezado todo ello con un elenco de personajes muy bien perfilados, que ayudan a la investigación, cada uno a su manera: como el comisario Rafa Miralles, un profesional excelente, de trato cordial, casado con Geni, amiga de la infancia de Gracia y cotilla por definición, no en vano, su segundo nombre es "La Chismes", así como Sarah, su amiga íntima, farmacéutica y feliz a partes iguales.
Pero lo mejor de todo era que la trama, estupendamente urdida, ayudada con el elenco de personajes mencionados, fluía sola, aderezada con golpes de humor que te hacían soltar alguna que otra carcajada. Y eso era impagable en aquellas circunstancias.
Y, como no hay mal que cien años dure, poco tiempo después, tanto las yincaneras madrileñas como algunas que se desplazaron a la capital para asistir a la Feria del Libro, tuvimos la enorme suerte de compartir mesa y mantel con la escritora a instancias de la editorial Maeva. Fue un encuentro inmenso, de esos que hacen que te sientas una privilegiada por conocer a la persona que te ha hecho disfrutar tanto con su novela, de conocer los entresijos de la misma y los motivos que la llevaron a diseñar esta historia y no otra.
Y si a eso le
añadimos que Gracia San Sebastián ha venido para quedarse, ¿qué queréis que os
diga?. De hecho, esta es la razón por la que hoy os vengo a hablar de Un asesino en tu sombra, la segunda
entrega de una serie que amenaza con volverse inolvidable.
La desaparición de una mujer involucrará a la protagonista en un crimen particularmente perverso.
Gracia San Sebastián, investigadora de fraudes financieros, se ve envuelta en la desaparición de Imelda, una joven psicóloga a la que encuentran muerta pocos días después en las vías del tren. El marido, artificiero de la Guardia Civil y principal sospechoso, le pide ayuda para descubrir al asesino de su mujer. Junto a su amigo Rafa Miralles, comisario de la policía de Oviedo, Gracia empezará una investigación que la llevará a la caza de un asesino por varias capitales europeas. Al mismo tiempo, la vida de Gracia se desmorona. La relación con Jorge, su marido, pasa por un mal momento, y su reputación como investigadora está en entredicho tras acusar a un funcionario con esclerosis múltiple de fingir su enfermedad para competir en la modalidad más extrema del triatlón, el Ironman.
En definitiva, creo que queda claro que Un asesino en tu sombra me ha encantado. No obstante, si no ha quedado claro, intentaré darte cinco razones por las tendrías que leerla, si no lo has hecho ya, o comenzar la serie si tampoco lo hiciste con la primera. Eso sí, si no te convencen, tengo más:
Ana Lena Rivera
(Oviedo, 1972), es licenciada en Derecho y Administración y Dirección de
Empresa por ICADE. Después de casi dos décadas trabajando en una multinacional,
cambió el traje sastre para utilizar otro más cómodo que le permitiese dedicarse
a su gran pasión: la literatura.
Su primera novela, Lo que callan los muertos, fue
galardonada con el Premio Torrente Ballester. Un asesino en tu sombra es la
continuación de una saga que tiene como protagonista a Gracia San Sebastián.
La desaparición de una mujer involucrará a la protagonista en un crimen particularmente perverso.
Gracia San Sebastián, investigadora de fraudes financieros, se ve envuelta en la desaparición de Imelda, una joven psicóloga a la que encuentran muerta pocos días después en las vías del tren. El marido, artificiero de la Guardia Civil y principal sospechoso, le pide ayuda para descubrir al asesino de su mujer. Junto a su amigo Rafa Miralles, comisario de la policía de Oviedo, Gracia empezará una investigación que la llevará a la caza de un asesino por varias capitales europeas. Al mismo tiempo, la vida de Gracia se desmorona. La relación con Jorge, su marido, pasa por un mal momento, y su reputación como investigadora está en entredicho tras acusar a un funcionario con esclerosis múltiple de fingir su enfermedad para competir en la modalidad más extrema del triatlón, el Ironman.
Creo que a estas
alturas ya he dejado claro que Un
asesino en tu sombra es la segunda entrega de la serie de Gracia San
Sebastián y, por lo tanto, continuación de Lo
que callan los muertos. Y sí, aunque es una historia autoconclusiva, que se
puede leer sin necesidad de empezar por la primera, yo, que soy la
personificación del caos, os aconsejaría hacerlo por orden. La razón es muy
sencilla: en esta novela (y me imagino que en las que vendrán), así como la
protagonista va evolucionando a nivel personal y laboral, también todo su
entorno social cercano, es decir, familia y amigos, uno de los pilares sobre
los que se asienta la novela. Y tiene especial relevancia porque en ambas
novelas estos personajes, incluida Gracia, son la antítesis del arquetipo al
que nos han acostumbrado las novelas de intriga. Son personajes de carne y
hueso, cercanos, que viven, actúan y piensan como el vecino de al lado y a los
que hay que conocer desde el principio, porque todos, a su modo, son
carismáticos, poliédricos, De hecho,
sorprende el modo, por natural, en que Gracia recaba información acerca de los
fraudes que investiga: vía internet o cotilleando con las vecinas del
sospechoso de turno en cuestión, por citar algunos ejemplos. También la trama
más cruel, la de la desaparición de Imelda, le llega a la protagonista por vía
de su hermana, ya que es hermana de Teo, el pediatra con el que Bárbara trabaja
y algo más que un compañero.
Dicho lo cual,
hablaremos del segundo pilar fundamental de la novela, que no el último. Me
refiero a la trama. En esta ocasión nos encontramos a una Gracia San Sebastián que
no se encuentra en su mejor momento. Las cosas con Jorge van de mal en peor; de
hecho, se ha tomado un tiempo y parece que se ha empadronado en su despacho, de
manera indefinida, a jornada completa. Por otro lado, la investigación que ha
realizado a un funcionario que estaba cobrando la baja por tener esclerosis
múltiple y que, según sus informes, es uno de los mejores triatletas del mundo,
asiduo participante de los Ironman,-la prueba más extrema del triatlón-, ha
tenido como resultado un juicio perdido por la Seguridad Social y su jefe, Rodrigo
Villarreal, responsable del departamento de asesoría jurídica del ente, está
que fuma en pipa con ella, porque el señor, que tiene un ego que se ve desde la
Estación Espacial Internacional no está dispuesto a consentir que le pongan en
evidencia. Así que la investigadora, que sabe que cuando la mayonesa se corta
echarle huevos la empeora, decide no plantarle cara al abogado, de momento, y
seguir investigando motu proprio, por
lo que decide presentarse en Copenhague, donde se celebrará el siguiente evento
deportivo.
Y como las
desgracias nunca vienen solas, para alargar un poco más la incertidumbre en la
que últimamente se mueve, su hermana le pide que investigue la desaparición de
Imelda, hermana de su compañero Teo. Gracia no da crédito a la petición, porque
ella no investiga temas criminales, pero se ve incapaz de negarle eso dada la preocupación
que muestra, así que se presta a ayudar, sin comprometerse demasiado. Y la desaparición
se convierte días después en un “presunto suicidio” que deriva en asesinato, al
mismo tiempo que la vida de Gracia se lía como una madeja en las zarpas de un
gato. Y tirar del hilo, para dar con las respuestas, se convierte en un dogma
de fe.
Y de ese modo nos
vemos inmersos en una historia que simultanea ambas tramas, que no da respiro, que
te mantiene pegada al libro sin poder soltarlo, porque Ana Lena Rivera es una
escritora con un sorprendente talento narrativo, que huye del morbo y de los
fuegos artificiales para mostrarnos otro modo de hacer, otra forma de entender
la novela negra sin recurrir a los mismos paradigmas de siempre.
Y lo vemos incluso
en el escenario principal donde se mueve la investigadora, el tercer pilar de
la novela: Oviedo, la Vetusta clariniana. Y conoceremos bien la ciudad, porque
no para un momento: de su casa en el barrio de La Losa a la calle Uría, donde
tiene el despacho; o cuando sale a pasear a Gecko, el perro de su hermana por el Parque
de San Francisco; o acercándose al Rialto a por Moscovitas para atravesar la
Plaza de Catedral o de la Escandalera. O reflexionar ante el Hotel Reconquista
o degustar de la original y sencilla carta del Vinoteo … Fijaos si me gustó el
modo en que describe estos lugares que no hace mucho fui a la capital de
Asturias e intenté fotografiar la mayor parte de los sitios que se mencionan,
con la intención de hacer una especie de reseña fotográfica, paralela a esta,
en tono de humor, aunque dadas las circunstancias que estamos viviendo, he
debido perderlo en algún sitio.
Eso sí, en esta
ocasión, además de una corta escapada a Gijón para disfrutar del fin de semana
de la Semanona junto a su amiga Sarah, se trasladará a Copenhague y Zúrich y de
ambas ciudades las descripciones también son la mar de interesantes.
En definitiva, creo que queda claro que Un asesino en tu sombra me ha encantado. No obstante, si no ha quedado claro, intentaré darte cinco razones por las tendrías que leerla, si no lo has hecho ya, o comenzar la serie si tampoco lo hiciste con la primera. Eso sí, si no te convencen, tengo más:
1.- La protagonista
es la más atípica de las investigadoras que puedas conocer: es una mujer normal
y corriente que vive y piensa como cualquier hijo de vecino, que no tiene grandes
vicios y que aparte de una tragedia que arrastra del pasado y de un matrimonio
que hace aguas, sabe aferrarse a la vida –o a su familia y amigos- y disfrutar
lo que puede, reinventándose cuando es necesario.
2.- El resto de
personajes juegan una baza fundamental en la historia. Desde el comisario Rafa
Miralles, un gran profesional en lo suyo, pero un hombre feliz en su vida
personal, enamorado de su mujer, Geni “La Chismes”, que en esta entrega
adquiere un protagonismo inesperado y que nos da una lección a todos, incluida
Gracia. También Sarah se nos muestra de una manera más íntima, dejando de lado
su parte más epicúrea para revelarse como una persona especial y sensible. Y,
por supuesto, Adela, que aunque interviene menos que en el primer libro, cuando
lo hace es como cuando toreaba Curro Romero, que aunque aborrezcas la fiesta
nacional, sabías que el tipo había salido por la puerta grande de la plaza (la
mayor parte de las veces, claro). Pues con ella pasa lo mismo, cada vez que
aparece en escena, te preparas para lo mejor. Y es que si hay algo que me gusta
de este elenco que acompaña a Gracia en sus aventuras es que la mayoría son
mujeres, fuertes, valientes e intrépidas, que no se achican ante nada ni ante
nadie y, sin embargo, no van de heroínas.
3.- Porque es
entretenida a rabiar y fácil de leer. A falta de una trama, tiene dos y ambas
acontecen a la vez, así que ver a Gracia atendiendo a una y a otra, según las
prioridades, es como un juego de malabares. Y ambas también están perfectamente
urdidas, con un final sorprendente en ambos casos. Asimismo, mientras una sigue
el formalismo al que la autora nos tenía acostumbrados en su primera entrega,
en el sentido de que se trata de una investigación contra el fraude en su
sentido más estricto, la otra trama es mucho más escabrosa, más oscura y es
donde más destaca la evolución de la escritora, que ha sido capaz de pergeñar
una historia espectacular, de un golpe.
4.- Por si fuera
poco, el sentido del humor está siempre presente, sobre todo en esos diálogos
bien familiares, bien con amigos, tan cotidianos y tan reales, porque el realismo
es una marca de la casa en Ana Lena Rivera y se percibe en cada página. Escrita
con una prosa esmerada y lenguaje sencillo, aunque no exenta de riqueza, su
escritura es rápida y directa. Narrada simultaneando la primera persona con la
tercera, en menor medida, consigue que el relato sea ágil, generando intriga a
su vez.
5.- Como buena
novela negra, no está exenta de crítica social y, sin embargo, el modo en que
se introduce, se reflexiona, se debate, es de una naturalidad pasmosa por el
modo en el que la autora los saca a relucir, normalmente a través de los
diálogos. En esta ocasión, el tema más recurrente es el del cuestionamiento del
Estado del Bienestar, que en lo referente a pensiones de invalidez o desempleo se
queda a la altura del betún. Obviamente, también es evidente la serena
reivindicación feminista, precisamente porque el peso de la trama la llevan
mujeres fuertes y luchadoras, de todos los ámbitos sociales, cada una a su
modo.
¿De verdad que te
la vas a perder? ¿A que no? Pues eso, aprovecha ahora que el confinamiento es
nuestra razón de existir y apúntate al #YoMeQuedoEnCasaLeyendo, porque con Gracia
San Sebastian será un placer.