DATOS TÉCNICOS:
Título: ARDERÁS EN LA TORMENTA
Título original: White River Burning
Autor: John Verdon
Traductor: Santiago del Rey
Editorial: Roca
Colección: Thriller y suspense
ISBN: 978-84-16700-72-1
Páginas: 504
Presentación: Rústica con solapas
El pasado 7 de junio, coincidiendo con el lanzamiento al mercado de Arderás en la tormenta, asistí, junto con mis compañeras de Madrid, pertenecientes todas ellas a #SoyYincanera, a un encuentro con John Verdon y os puedo asegurar que si ya de por sí la satisfacción de conocer a un autor de este calado fue inmensa, el modo en el que se desarrolló la charla estuvo a la altura de los grandes. De los más grandes. No solo es que fuese entretenida, distendida e interesante, sino que nos permitió hacer un recorrido a lo largo de su obra, haciendo hincapié, lógicamente, en esta, su última novela y sexta de la serie de David Gurney. Todo ello fue posible gracias a la oportunidad que nos brindó Roca Editorial y el buen hacer de Silvia Fernández.
Siempre diré que no hay nada como asistir a un encuentro literario, porque además del placer que puede suponer el conocer personalmente a alguien a quien admiras, te da la oportunidad de perderte en los entresijos de las novela, profundizar en ella y preguntar al autor sobre aquellas dudas que pueden no haberte quedado resueltas o disfrutar, sencillamente, de la historia a su lado, comentar anécdotas o el por qué de las situaciones que se plantear. En fin, un batiburrillo de deseos que siempre se ven ampliamente satisfechos. Y en este caso, no os podéis ni imaginar el modo en que se solucionaron porque tanto el autor como su traductora, Lidia, se esforzaron lo indecible porque así fuese. Pero empecemos hablando de él, a grandes rasgos:
John P. Verdon (Nueva York, 1942) ha desarrollado casi toda su carrera profesional (más de tres décadas) como director creativo en varias agencias de publicidad en Nueva York. Verdon, que siempre quiso ser escritor, una vez retirado junto con su esposa, compaginó su afición por la carpintería con la de la lectura de novela negra y descubrió a los maestros del género, llegando a obsesionarse por el método que usaban para la creación de cada trama e, incitado por ella, decidió dar el salto a la escritura, llegando a convertirse con su primera novela en un maestro del best seller.
Novelas publicadas:
- Sé lo que estás pensando (2010)
- No abras los ojos (2011)
- Deja en paz al diablo (2012)
- No confíes en Peter Pan (2014)
- Controlaré tus sueños (2015)
- Arderás en la tormenta (2018)
La tensión ha ido en aumento en White River. El inminente primer aniversario de la muerte de un motorista negro por el disparo de un policía local inquieta a una población económicamente deprimida y racialmente polarizada.
Se han pronunciado discursos incendiarios. Han empezado manifestaciones airadas. Ha habido casos aislados de incendios y saqueos.
En medio de toda esta agitación, un francotirador mata a un agente de policía y la situación se descontrola. El fiscal de distrito del condado acude a Dave Gurney, detective de homicidios retirado del Departamento de Policía de Nueva York, con una extraña propuesta: quiere que Gurney lleve a cabo una investigación independiente del homicidio y que le informe directamente a él.
Pese a tener algunos recelos sobre la singular oferta, Gurney termina por aceptar el encargo. Sus dudas se intensifican todavía más cuando conoce al tremendamente ambicioso jefe de policía local, en cuyos métodos agresivos y posiblemente ilegales podría hallarse el origen de la inquietud de los ciudadanos.
La situación en White River se vuelve realmente tensa cuando se producen más muertes en lo que parece ser una escalada de venganzas. Sin embargo, cuando Gurney se pregunta por la verdadera naturaleza de todo este baño de sangre y se centra en aspectos peculiares de cada uno de los homicidios, el fiscal del distrito le ordena desvincularse de la investigación.
Obsesionado con los indicios que no corroboran la versión oficial de los hechos, Gurney decide actuar por su cuenta. A pesar de la intensa oposición de la policía, así como de peligrosos fanáticos que acechan en las sombras, Gurney empieza a descubrir un asombroso entramado de engaños, entre ellos, lo que podría ser el plan de incriminación más diabólico jamás concebido.
La respuesta a esta tenaz investigación se vuelve cada vez más violenta a medida que Gurney se acerca a la verdad que se oculta tras los crímenes. Al final, cuando logra desenmascarar al monstruo que maneja los hilos, Gurney descubre que en White River nada es lo que parece.
Previo al encuentro que mantuvimos con John Verdon, la editorial, junto con el Dossier de Prensa, nos facilitó un decálogo en el que se recogen las razones por las que hay que leer a John Verdon. Sí o sí. Y yo, que me gusta un decálogo más que comer con los dedos, no pude evitar hacerlo mío:
Y es precisamente porque este cúmulo de motivos, en su totalidad, están más que demostrados, bien por datos constatados, bien porque hay un público Verdon que espera como agua de mayo cualquier novela suya. Precisamente por estas razones.
Así que como comprenderéis, no voy a centrarme en cifras de ventas, sino en aquello que puede aplicarse a esta novela aunque pueda encajar con las anteriores y que, curiosamente, tratamos en el encuentro literario citado anteriormente.
Uno de esos motivos, es el primero que salta a la vista nada más comenzar la novela: el hecho de que este nuevo de caso -como los que podemos encontrar en cualquiera de sus novelas anteriores- son motivo de reflexión sobre problemas sociales que no dejan indiferente a nadie. En Arderás en la tormenta será el del conflicto racial. De hecho, nada más comenzar a leer, nos encontramos ante una ciudad que se encuentra sumida prácticamente en estado de excepción: se suceden los disturbios, asaltos y algún que otro incencio, en particular en Grinton, uno de los barrios más desfavorecidos de White River, ciudad próxima a Walnut Crosing, localidad donde reside David Gurney.
La razón habría que buscarla en que un año antes murió un activista de la UDN (Unión de Defensa Negra) a manos de un agente en un control policial y ahora se están convocando manifestaciones de protesta. Estas demandas han desencadenado un efecto rebote en las filas de los supremacistas blancos que exigen, a su vez, la revocación de determinados privilegios otorgados a las minorías. Así que como comprenderéis, el lío es monumental. Solo que, como todos sabemos, si algo es suscepcible de empeorar, empeora, tanto en White River como en Pekín.
Así que la ocasión la pintan calva cuando un francotirador mata a un policía. ¿Quid pro quo? Pues aunque parezca mentira, todavía queda mucha leña que cortar. Pero es en ese momento cuando el fiscal de distrito del condado, Kline Sheridan, pide a Gurney que colabore con su departamento e investigue el homicidio de forma paralela. No obstante, el expolicía desconfía de él y el aliento que le lleva a aceptar el trato es la visita que le ha hecho la esposa del policía abatido, Kim Steele, que le suplica prácticamente que encuentre al asesino de su marido, con el apoyo tácito de Madeleine, su esposa. Eso sí, para ello, pondrá el sus condiciones:
E inmediatamente el fiscal le cita para una reunión a la que asistirán ambos, esa misma tarde, con el Comité de Crisis en la central de la policía de White River a la que asistirán:
- Dell Beckert: Jefe de policía de White River, con ambiciones políticas.
- Judd Turlock: Mano derecha del anterior, tiene un pasado más que sospechoso.
- Mark Torres: Agente de policía, en teoría es el jefe de Investigación. De origen sudamericano, admira a David Gurney desde que asistió a uno de sus seminarios.
- Dwayne Shucker: Alcalde de la ciudad.
- Goodson Cloutz: Sheriff y ciego. Dirige la cárcel del condado y sale reelegido todos los años.
Y las cosas se empiezan a torcer, porque Gurney comienza a dudar desde que se sienta en la silla hasta la resolución del caso, ya sea a la hora de establecer prioridades como en la distribución de los medios o en las directrices a dar a la prensa. Las cosas no le cuadran y sus reticencias son más que evidentes. Y eso que los sucesos no han hecho nada más que empezar y que a lo largo de los días se van a suceder los asesinatos, a cual más cruento, los saqueos y todo lo vivido hasta el momento, estando la ciudad a punto de convertirse en un polvorín a punto de estallar. Cuando empiezan a aparecen pruebas, se las cuestiona. Y tú, como lector, llegas incluso a sentir angustia mientras lees lo que se dirime en esos "Comités", porque algunas parecen concluyentes, pero ese sabueso retirado, aficionado a la arqueología como vemos en las primeras páginas del libro, sabe lo que se hace. Su minuciosidad, su observación y esa capacidad de análisis prodigiosa que le lleva a fijarse en el detalle antes de entender el todo, amparado por esa inercia innata a la soledad, a entretenerse solo mejor que en compañía de, tiene mucho que ver con las fases por las que hay que pasar al descubrir un yacimiento arqueológico.
No obstante, no está solo. Cuenta con el mejor de los apoyos posible: su esposa, Madeleine, que es la voz de su conciencia, quien le pone los pies en el suelo y le indica la vereda y Jack Hardwick, antiguo compañero y amigo de su etapa en la policía que aunque tiempo atrás fue apartado del cuerpo, no pudieron quitarle su instinto policial ni sus preciados contactos que ya los quisiera para sí el propio Gurney.
Y como en esta novela la verisimilitud es ley y absolutamente perceptible, no puede faltar algo a lo que estamos más que acostumbrados en estas latitudes, porque no es patrimonio únicamente de la América profunda: los medios de comunicación, sensacionalistas, manipuladores, pero con un poder excesivo.
Y es que, como decía al principio, en este relato no es el conflicto racial lo que Verdon quiere poner en la picota, sino algo mucho más taimado. El conflicto existe, obvio, pero solo es una de las capas del yacimiento que es la sociedad, el instrumento mediante el cual llegar a la idea sobre la que se basa la novela, una frase que aglutina todo: “No hay una calamidad social tan terrible que no haya nadie que no vaya a sacar un provecho”. Y solo de pensarlo, da pánico. Casi tanto como ese desenlace que deja para el arrastre a cualquiera. Porque otra cosa no, pero es impactante como pocos y hasta sus últimas consecuencias.
Arderás en la tormenta es un relato fascinante basado en una historia que roza la linde de lo posapocalíptico por los controvertidos sucesos de los que seremos testigos. Una novela adictiva, que devorarás. Narrada con una prosa fluída, sus diálogos son amenos y verosímiles y sus descripciones un lujo, casi cinematográficas.
Que buena reseña, muchas gracias por darme la oportunidad de conocer a Gurney y a todos sus personajes, un abrazo
ResponderEliminarComo le he dicho a Margari, no había oído muy buenas críticas de la novela, por lo que la dejé pasar, pero ahora después de leeros y de ver lo que habéis disfrutado, voy a tener que reeplantearmelo y leerla.
ResponderEliminarBesos
Muy buena reseña, y es verdad que el encuentro con John Versión nos hizo mirarla con otros ojos desde el principio. La novela es francamente buena, como todas las anteriores. Pesa mucho el conflicto social y político. Mucho más que novela negra. Bss.
ResponderEliminarVerdon, que se me va el autocorrector. Jajaja
EliminarAl leerte, me reafirmo en lo buena que me pareció la novela y vuelvo a recordar un par de reflexión que me asaltaron durante toda la lectura. Uno: El peligroso poder y manipulación que tienen los medios de comunicación sensacionalistas que como dice Verdon, "siguen un modelo de negocio basado en un venenoso principio: el conflicto vende". Dos: A veces debemos profundizar más en lo que, pese a verse muy claro, nos produce extrañeza. No todo es lo que parece.
ResponderEliminarExcelente reseña, enhorabuena
Qué gran reseña! Y con la que estoy completamente de acuerdo. Esperaba de esta novela un thriller entretenido, pero no esperaba tantas reflexiones, tanta crítica... Me ha sorprendido y me ha encantado. Repetiré con Gurney!
ResponderEliminarBesotes!!!
Una reseña en la que expresas muy bien las emociones que despiertan la novela, te comprendo perfectamente pues son las mismas sensaciones que yo he tenido al leerla. Un beso
ResponderEliminarMuy buen libro y una fantástica reseña. A mí John Verdon me tiene ganada desde el primer libro, y el personaje de Gurney es todo un acierto en mi opinión. También había leído alguna reseña negativa del libro, diciendo que el personaje estaba agotado, pero en mi opinión el autor ha sabido de nuevo sacarle partido, y los conflictos raciales que están como fondo de la trama no son más que uno de los temas que el autor trata como critica social en su obra. Yo he quedado con ganas de continuar la saga, así que a ver si el autor se pone manos a la obra, que los incondicionales de Gurney hemos quedado con ganas de más. Gracias por traer este título a #SoyYincanera, y que sepas que me dio mucha envidia ver el encuentro que tuvisteis con el autor (aunque se agradece que lo compartierais). Besos.
ResponderEliminarPor ahora no entra en mis planes de lectura este libro.
ResponderEliminarSaludos
Me ha parecido una gran novela de personajes con una trama trepidante y adictiva. Madeleine aporta el.punto de cordura y el lazo a tierra que necesita Gurney. He disfrutado muchísimo con la lectura, sabiendo que el autor o, su personaje, tiene tanto carisma como él. ¡Gran reseña!
ResponderEliminarHola, pues la verdad es que no he leído nada de este autor pero, visto tu reseña y confiando siempre en tu gran criterio tendré que darle una oportunidad, gracias.
ResponderEliminarGran reseña Ana. Una lectura muy interesante con la que he disfrutado, igual que con sus otras novelas. Besos
ResponderEliminarQue gran reseña, no sólo de la novela también del encuentro. Esa referencia a las capas que hay si escarbamos un poco y ese final... brutal. Mil besos.
ResponderEliminarTengo ganas de leer al autor, que todavía no he catado nada suyo =)
ResponderEliminarBesotes
Hola.
ResponderEliminarOtra más que no ha leído nada del autor, aun teniendo en casa su primera novela, así que empezaré por Sé lo que estás pensando para ver si me gusta su estilo.
Saludos.
Yo ya me he declarado fan incondicional de Verdon y estoy leyendo todos los libros de la serie a raíz de leer este. Qué decir de un autor tan grande que a la vez es tan sencillo. Recuerdo escucharle hablar en la retransmisión que hicisteis del encuentro de Víctor del Árbol y de Domingo Villar, eso solo puede hacerlo un grande. Gran reseña Ana, un beso.
ResponderEliminarKayena, una reseña muy elaborada, me ha gustado mucho, como también me gustó la novela. Creo que Verdon es un autor que hay que seguir muy de cerca. Besos
ResponderEliminarHola!! Este es un autor que tengo pendiente y muchas ganas de leer, y me lo llevo anotado tras leerte y ver lo que te ha gustado.¡Genial reseña! Besos!!
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