DATOS TÉCNICOS:
Título: TODA LA VERDAD
Título original: Need to Know
Autora: Karen Cleveland
Traductora: María José Díez Pérez
Editorial: Planeta
Colección: Planeta Internacional
ISBN: 978-84-08-18241-2
Páginas: 448
Presentación: Tapa dura con sobrecubierta
Desde que en septiembre de 2017 dimos los primeros pasos en la iniciativa #SoyYincanera, ni Carmina ni yo fuimos conscientes de todo lo que daría de sí. Abrimos boca con Víctor de Árbol y su novela Por encima de la lluvia y todavía no nos hemos saciado. Leer es lo que tiene: no hay cura para semejante adicción. Desde entonces, no hemos parado de leer, ni de compartir en Twitter nuestras impresiones o los sentimientos que cada novela por la que hemos apostado nos generan. Hemos sorteado géneros y nacionalidades, si bien es cierto que damos relevancia a la novela nacional y al género negro. Y pensando precisamente en géneros y nacionalidades, había uno que se nos escapaba: el thriller de espías, del que los americanos son expertos. Y, porque quien la sigue, la consigue, apareció Toda la verdad, de Karen Cleveland, que ha venido a llenar ese hueco. Y lo ha hecho con contundencia. ¿Hablamos de ella?
(Información extraída de la solapa del libro)
Karen Cleveland colaboró con el FBI y ha trabajado como analista en la CIA durante ocho años, los seis últimos especializada en la lucha contra el terrorismo. Estudió en el Trinity College de Dublín, con una beca Fullbright, y en la Universidad de Harvard. Vive en el norte de Virginia, Estados Unidos, con su marido y sus dos hijos pequeños. Toda la verdad, es su primera novela.
Vivian Miller es una brillante analista de contrainteligencia de la CIA, donde se encarga de destapar células de espías rusos encubiertos en Estados Unidos. Tras acceder al ordenador de un posible agente, Vivian descubre un archivo con cinco fotografías. Un clic más tarde, su vida se detiene: quien le sonríe desde una de las imágenes es su marido. Marido perfecto. Padre perfecto. ¿Perfecto mentiroso?
«Todos devoraremos este excelente debut, saltándonos el almuerzo, perdiendo horas de sueño, pasando sus páginas hasta el final, quedándonos con ganas de más.» John Grisham
Toda la verdad, de Karen Cleveland, se convirtió en un auténtico fenómeno editorial durante la pasada Feria del Libro de Londres y su estela ha llegado a otros países, incluído el nuestro. De hecho, pronto se convertirá en película, dado que sus derechos cinemátográficos ya se han vendido. No obstante, mi consejo es que te acerques a la novela si los ingredientes con los que cuenta -y que a continuación te comentaré- te atraen, sin pensar en el ruido mediático, porque normalmente crean expectativas tan altas que ni la mejor de las novelas aguanta el sambenito, para bien o para mal.
Es lo mismo que ocurre con las "recomendaciones del verano" tan habituales en algunos que van de gurús de la literatura catalogando "libros de playa y piscina" a cualquier novela por el simple hecho de no ser lo suficientemente complejos para sus dilatadas pupilas. Vamos, como los vendedores de mercadillo que ofrecen sus gangas como si no hubiese mañana.
Por todo ello, entiendo que las razones del éxito de este libro, y que comparto, son muy sencillas: Toda la verdad tiene por protagonista a una analista de contrainteligencia de la CIA que capaz de llevar ella sola el peso de una trama cuyo argumento es atractivo a niveles insospechados.
Todo comienza cuando Vivian Miller, que ha desarrollado un algoritmo para destapar células de espías rusos encubiertos en Estados Unidos accede a la carpeta de uno de ellos y visualiza las fotos de todos los integrantes y en una de ellas identifica a su marido. Entonces el mundo se detiene. El de ella y el nuestro, porque compartiremos desde ese momento su mismo dilema, así como sus planteamientos, sus dudas o sus sinsabores, que a partir de ese momento serán también los nuestros.
Porque Vivian no es solo una analista brillante, sino una mujer enamorada y madre de cuatro niños, uno de ellos con una grave enfermedad que requiere de toda la atención que el sistema le puede proporcionar. Ese mismo sistema que solo está al alcance de unos pocos.
Pero esto de lo que te hablo ahora solo son las migajas de una historia mucho más compacta que todo eso, porque en Toda la verdad vivirás momentos de tensión angustiante, porque ese descubrimiento solo será la punta del iceberg de una historia que va a más. Siempre. Capítulo a capítulo.
Con Vivian nos enfrentaremos a la realidad, veremos como lo que hasta ese momento era su vida, se desmorona como un castillo de arena, como la verdad y la mentira se vuelven contra ella, como el pasado y el presente no tienen futuro. Cuando todo en lo que creía se le escapa como el agua entre los dedos ¿qué queda?. Porque, ¿en quien puedes confiar cuando al que creías tu compañero de vida resulta ser alguien a quien apenas conoces? ¿qué estás dispuesto a sacrificar a cambio de la salud y seguridad de tus hijos?.
Y poco a poco se va metiendo en una espiral de la que salir es cada vez más complicado. Y en ello, el principal responsable, su marido, ayuda poco. Más bien nada. Y llega un momento en el que incluso llegamos a dudar de ella.
Es lo que más me ha fascinado de la historia. El cómo Karen Cleveland ha llegado a jugar conmigo, el modo en que conseguía involucrarme en la historia de esta mujer que, viviendo en una sociedad que por filias o fobias se me hacía incompatible con la mía, sacaba a relucir todos mis recelos, todos mis prejuicios. En ocasiones me veía diciendo "por ahí no, Viv. Por ahí no paso", pero seguía avanzando en la lectura, devorada por la intriga.
Me leí la novela en dos sentadas, porque la angustia me podía. ¿Se puede pedir más a una novela? Yo creo que no. Quizás haya quien me diga que bueno, que no deja de ser el típico thriller, de estilo directo, con vocabulario sencillo y sin muchas pretensiones estilísticas. Pero ahí está la gracia, en que a pesar de ello o por todo ello, me ha tenido en un sinvivir mientras la leía y reflexionaba sobre lo que ocurria, porque Toda la verdad también implica reflexión. Y yo me conformo con eso. Porque al terminar la novela me he sentido satisfecha con la lectura. Eso también es literatura y no precisamente de playa o piscina, sino arrebujada al calor de una manta en una lluviosa tarde de abril. ¿O no?
Título: TODA LA VERDAD
Título original: Need to Know
Autora: Karen Cleveland
Traductora: María José Díez Pérez
Editorial: Planeta
Colección: Planeta Internacional
ISBN: 978-84-08-18241-2
Páginas: 448
Presentación: Tapa dura con sobrecubierta
Desde que en septiembre de 2017 dimos los primeros pasos en la iniciativa #SoyYincanera, ni Carmina ni yo fuimos conscientes de todo lo que daría de sí. Abrimos boca con Víctor de Árbol y su novela Por encima de la lluvia y todavía no nos hemos saciado. Leer es lo que tiene: no hay cura para semejante adicción. Desde entonces, no hemos parado de leer, ni de compartir en Twitter nuestras impresiones o los sentimientos que cada novela por la que hemos apostado nos generan. Hemos sorteado géneros y nacionalidades, si bien es cierto que damos relevancia a la novela nacional y al género negro. Y pensando precisamente en géneros y nacionalidades, había uno que se nos escapaba: el thriller de espías, del que los americanos son expertos. Y, porque quien la sigue, la consigue, apareció Toda la verdad, de Karen Cleveland, que ha venido a llenar ese hueco. Y lo ha hecho con contundencia. ¿Hablamos de ella?
(Información extraída de la solapa del libro)
Karen Cleveland colaboró con el FBI y ha trabajado como analista en la CIA durante ocho años, los seis últimos especializada en la lucha contra el terrorismo. Estudió en el Trinity College de Dublín, con una beca Fullbright, y en la Universidad de Harvard. Vive en el norte de Virginia, Estados Unidos, con su marido y sus dos hijos pequeños. Toda la verdad, es su primera novela.
Vivian Miller es una brillante analista de contrainteligencia de la CIA, donde se encarga de destapar células de espías rusos encubiertos en Estados Unidos. Tras acceder al ordenador de un posible agente, Vivian descubre un archivo con cinco fotografías. Un clic más tarde, su vida se detiene: quien le sonríe desde una de las imágenes es su marido. Marido perfecto. Padre perfecto. ¿Perfecto mentiroso?
«Todos devoraremos este excelente debut, saltándonos el almuerzo, perdiendo horas de sueño, pasando sus páginas hasta el final, quedándonos con ganas de más.» John Grisham
Toda la verdad, de Karen Cleveland, se convirtió en un auténtico fenómeno editorial durante la pasada Feria del Libro de Londres y su estela ha llegado a otros países, incluído el nuestro. De hecho, pronto se convertirá en película, dado que sus derechos cinemátográficos ya se han vendido. No obstante, mi consejo es que te acerques a la novela si los ingredientes con los que cuenta -y que a continuación te comentaré- te atraen, sin pensar en el ruido mediático, porque normalmente crean expectativas tan altas que ni la mejor de las novelas aguanta el sambenito, para bien o para mal.
Es lo mismo que ocurre con las "recomendaciones del verano" tan habituales en algunos que van de gurús de la literatura catalogando "libros de playa y piscina" a cualquier novela por el simple hecho de no ser lo suficientemente complejos para sus dilatadas pupilas. Vamos, como los vendedores de mercadillo que ofrecen sus gangas como si no hubiese mañana.
Por todo ello, entiendo que las razones del éxito de este libro, y que comparto, son muy sencillas: Toda la verdad tiene por protagonista a una analista de contrainteligencia de la CIA que capaz de llevar ella sola el peso de una trama cuyo argumento es atractivo a niveles insospechados.
Todo comienza cuando Vivian Miller, que ha desarrollado un algoritmo para destapar células de espías rusos encubiertos en Estados Unidos accede a la carpeta de uno de ellos y visualiza las fotos de todos los integrantes y en una de ellas identifica a su marido. Entonces el mundo se detiene. El de ella y el nuestro, porque compartiremos desde ese momento su mismo dilema, así como sus planteamientos, sus dudas o sus sinsabores, que a partir de ese momento serán también los nuestros.
Porque Vivian no es solo una analista brillante, sino una mujer enamorada y madre de cuatro niños, uno de ellos con una grave enfermedad que requiere de toda la atención que el sistema le puede proporcionar. Ese mismo sistema que solo está al alcance de unos pocos.
Pero esto de lo que te hablo ahora solo son las migajas de una historia mucho más compacta que todo eso, porque en Toda la verdad vivirás momentos de tensión angustiante, porque ese descubrimiento solo será la punta del iceberg de una historia que va a más. Siempre. Capítulo a capítulo.
Con Vivian nos enfrentaremos a la realidad, veremos como lo que hasta ese momento era su vida, se desmorona como un castillo de arena, como la verdad y la mentira se vuelven contra ella, como el pasado y el presente no tienen futuro. Cuando todo en lo que creía se le escapa como el agua entre los dedos ¿qué queda?. Porque, ¿en quien puedes confiar cuando al que creías tu compañero de vida resulta ser alguien a quien apenas conoces? ¿qué estás dispuesto a sacrificar a cambio de la salud y seguridad de tus hijos?.
Y poco a poco se va metiendo en una espiral de la que salir es cada vez más complicado. Y en ello, el principal responsable, su marido, ayuda poco. Más bien nada. Y llega un momento en el que incluso llegamos a dudar de ella.
Es lo que más me ha fascinado de la historia. El cómo Karen Cleveland ha llegado a jugar conmigo, el modo en que conseguía involucrarme en la historia de esta mujer que, viviendo en una sociedad que por filias o fobias se me hacía incompatible con la mía, sacaba a relucir todos mis recelos, todos mis prejuicios. En ocasiones me veía diciendo "por ahí no, Viv. Por ahí no paso", pero seguía avanzando en la lectura, devorada por la intriga.
Me leí la novela en dos sentadas, porque la angustia me podía. ¿Se puede pedir más a una novela? Yo creo que no. Quizás haya quien me diga que bueno, que no deja de ser el típico thriller, de estilo directo, con vocabulario sencillo y sin muchas pretensiones estilísticas. Pero ahí está la gracia, en que a pesar de ello o por todo ello, me ha tenido en un sinvivir mientras la leía y reflexionaba sobre lo que ocurria, porque Toda la verdad también implica reflexión. Y yo me conformo con eso. Porque al terminar la novela me he sentido satisfecha con la lectura. Eso también es literatura y no precisamente de playa o piscina, sino arrebujada al calor de una manta en una lluviosa tarde de abril. ¿O no?
Creo que si te gusta la intriga, incluídas las emociones fuertes, te gustará Toda la verdad. Un libro en el que el suspense está asegurado y el misterio viene de serie. Una novela interesante, atractiva y que te tendrá pegado a ella desde el principio hasta el final de sus páginas. Entretenimiento en estado puro. No busques mucho más, leer es disfrutar de historias como esta.