DATOS TÉCNICOS:
Título: CUíDATE DE MÍ
Autora: María Frisa
Editorial: Plaza & Janés
ISBN: 978-84-01-02081-0
Páginas: 480
Presentación: Tapa dura con sobrecubierta
Cuídate de mí salió a la venta a principios de febrero y, a los pocos días, ya lo tenía en mis manos. He de reconocer que tan solo con leer el título, sentí una cierta inquietud. La amenaza velada que implicaba era más que evidente. Y al darle la vuelta y fijarme en la contraportada, no tuve ninguna duda acerca de lo que me esperaba tras leer uno de los párrafos que la editorial había seleccionado para realizar la sinopsis, en particular la última frase del mismo: "Él sabrá cuidar de ella esta noche...".
Y empecé a leerlo como si se fuese a acabar el mundo. O como si quisiera llevar los deberes hechos cuando, el 14 de ese mismo mes, asistí a un encuentro con la autora. Pero para ambas cosas había un motivo añadido: en la medida de lo posible, Carmina y yo intentamos adelantarnos a los sorteos que para el grupo
Afortunadamente, han sido pocas ocasiones, pero como eso nos lo hace pasar mal, a nada que podemos hacemos todo lo posible, precisamente porque para nosotras el leer en compañía de otros es todo un aliciente y más cuando las novelas escogidas son del agrado de todos.
Y hoy, precisamente, os vengo a hablar de Cuídate de mí, una novela que ha hecho las delicias de todos los que hemos participado en la Lectura Simultánea. Una novela que nos ha hecho debatir largo y tendido, tanto en público como en privado, que nos ha dado horas y horas de buena lectura, compartiendo puntos de vista, descubriendo en las observaciones de otros algunos aspectos que se nos habían escapado porque es uno de esos libros que invitan a la reflexión y disfrutando de una autora que, desde el minuto uno, se prestó a acompañarnos en esta deliciosa experiencia, a pesar de la dureza de los temas que se trataban en la novela.
María Frisa (Barcelona, 1969). Se trasladó a Zaragoza siendo muy joven, residiendo allí. Es diplomada en Trabajo Social y licenciada en Psicología Clínica. Comenzó a publicar en el año 2000 y colabora en diversas revistas literarias.
Su obra narrativa ha sido reconocida con numerosos galardones nacionales e internacionales y ha sido traducida a varios idiomas. Hasta la fecha, ha publicado las siguientes novelas:
- 75 consejos para sobrevivir a las extraescolares (Alfaguara, 2000).
- Breve lista de mis peores defectos (Martínez Roca, 2006).
- 15 maneras de decir amor (Martínez Roca, 2008).
- Como entonces (Universidad de Zaragoza, 2011).
- 75 consejos para sobrevivir en el colegio (Alfaguara, 2012).
- 75 consejos para celebrar tu cumpleaños a lo grande (Alfaguara, 2013).
- 75 consejos para sobrevivir en el campamento (Alfaguara, 2013).
- Cómo sobreviví a la madre de Pavlito (Espasa, 2015).
- 75 Consejos para sobrevivir a los exámenes (Alfaguara, 2015).
- Cuídate de mí (Plaza & Janés, 2018).
«Dos de la madrugada. La chica tropieza al andar, ha bebido demasiado. Él la sigue a cierta distancia. Las calles están vacías, es difícil que la pierda de vista. Solo necesita encontrar el momento adecuado, un rincón oscuro. Al principio, quizá se asuste, tal vez grite. Pero luego todo irá bien. Él sabrá cuidar de ella esta noche...»
Cuando su jefe, el comisario Millán, les muestra un vídeo en el que se ve el cadáver de un joven calcinado, ambas saben que se enfrentan al caso más difícil de su carrera. La víctima, Manuel Velasco, fue juzgado por haber violado a Noelia Abad, una adolescente que regresaba a su casa tras acudir a una fiesta con sus amigas. Velasco salió absuelto, por lo que es altamente probable que alguien se haya tomado la justicia por su mano.
Berta y Lara se enfrentan a un crimen en el que tendrán que poner a prueba toda su pericia y profesionalidad, no solo para encontrar al asesino sino para impedir que sus sentimientos contradictorios respecto a la naturaleza del delito se entrometan en la investigación. Todo mientras Berta sufre una campaña contra ella en internet por un caso de pederastia mal resuelto y Lara afronta un terrible secreto de su pasado que, de salir a la luz, podría dar al traste con su carrera policial.
Viernes, 10 de junio de 2013: Como cada año, en Alfajarín se celebraron las Jornadas Medievales en olor de multitud con una exhibición de arqueros. Y, como siempre, el gentío se congregó en torno a ellos, para ver cómo los disparos de sus flecha hacían arder la impresionante pira de leña preparada al efecto.
Eso es lo que cuatro días después, el martes 14, el inspector jefe del SAM (Servicio de Atención a la Mujer) de Zaragoza, Luis Millán, les explica en su despacho a la inspectora Lara Samper y la subinspectora Berta Guallar, después de visionar las imágenes de un cadáver calcinado tras arder en la hoguera que las dejaron con el corazón encogido. Así como que tenían que hacerse cargo de la investigación del asesinato que, en condiciones normales, tendría que hacerlo la Guardia Civil, pero dada la identidad de la víctima, pasaba a ser responsabilidad de este servicio.
Y es que el finado, Manuel Velasco, es un viejo conocido, ya que meses atrás fue acusado de violación a una menor, Noelia Abad, y que tras el correspondiente juicio, fue absuelto. Ante semejante noticia, Berta, acostumbrada a involucrarse personal y emocionalmente hasta la médula en este tipo de casos, piensa que en cierto modo se ha hecho justicia divina, no puede evitarlo, mientras que Lara entiende que Manuel se ha convertido en víctima y como tal hay que tratar su caso.
Esto sería, a grosso modo, la trama principal que actúa como catalizador de un relato conmovedor, trufado con otras dos tramas secundarias que tienen como protagonistas a las dos policías. Por un lado, la de la inspectora Samper, que arrastra una herida añeja que no deja de sangrar. Una herida de la que nadie, en principio, tiene noticia, dado su carácter introvertido. Está soltera y vive sola. Y por otro, la de Berta, que está sometida a una presión excesiva al ser víctima de una humillación pública como consecuencia de las recriminaciones que un día sí y otro también propaga un hombre al que tiempo atrás arrestó por un presunto delito de pederastia. En su caso, está casada y tiene dos hijos pequeños.
Entonces me dirás, ¿realmente el adjetivo adecuado para definir esta novela, a todas luces dolorosa, es el de conmovedor? Sí y no. Sí, porque es la impresión general que recibes a lo largo de toda la lectura por su intensidad emocional y no, porque me he quedado corta. Cuídate de mí es una novela rotunda, implacable, que no hace concesiones a nadie, pero que te va enamorando poco a poco, página a página, para no darte respiro.
Pero para poder explicarlo, primero tendría que hablaros de su estructura porque me ha parecido todo un acierto, aunque sea a grandes rasgos, porque aunque en principio sigue el orden clásico: consta de un planteamiento en el que conocemos a los personajes y su modo de ser, estar y vivir; un nudo en el que los acontecimientos y las protagonistas van evolucionando y los conflictos llegan a su máxima expresión y un desenlace en el que se cierran todos los frentes. Afinando más, desde las primeras páginas observamos que es multifocal; dado que los hechos son narrados alternativamente por las dos policías. Este formato, además de ofrecernos una perspectiva diferente sobre determinados hechos, nos ayuda a conocerlas más y a establecer una relación más íntima con ellas al ser conscientes de sus miedos y sus debilidades, lo que acentúa su ostensible realismo.
La narración, discontinua y caleidoscópica por lo dicho anteriormente, está escrita en tercera persona por un narrador omnisciente. Sigue un orden cronológico lineal, roto por algunos flashbacks (vueltas al pasado de manera repentina y rápida) y raccontos (cuando la retrospectiva es más prolongada).
De ese modo, asistiremos como testigos de excepción a la investigación del asesinato de Manuel Velasco. Unas pesquisas bastante arduas que tienen en el punto de mira, en primer lugar, a la familia de Noelia Abad, ya que no hay móvil más primitivo y más repetido en la historia criminal que el de la venganza. No obstante, Berta y Lara están abiertas a indagar cualquier otra vía, por lo que no dudan en explorar cualquier resquicio, solo que apenas los encuentran, por lo que tiran del entorno de la víctima buscando algún cabo del que tirar. Y los días van pasando y cada hora se convierte en una lenta agonía, porque, además, tanto Lara como Berta se encuentran casi al límite de sus fuerzas, tanto en lo personal como en lo profesional. Porque los monstruos nunca mueren.
Y ambas situaciones, tanto esa investigación que no parece prosperar como en el hecho de qué les ocurre a estas mujeres, hacen que la intriga suba enteros a marchas forzadas y alcance momentos de una intensidad notable, a la que ayudan los continuos giros con los que nos vamos encontrando, porque son muchos y muy delicados los temas que se tratan en esta novela: desde los malos tratos, abusos a menores o pederastia a esa búsqueda de la verdad, ya sea la del asesino de Manuel Velasco, como las motivaciones para hacerlo. Sin embargo, también se pone en evidencia en este relato la fuerza de las redes sociales, el daño gratuito que se puede hacer a una persona cuando el linchamiento es público. A través de Berta, somos conscientes del estrés tan tremendo en el que se encuentra, porque un tipo ha decidido defenderse de la manera más mezquina posible: a través de un blog donde vierte, día sí y día también toda suerte de calumnias y de quienes, al olor de la carnaza, aplauden y vitorean sin plantearse cuánto hay de verdad en ello. Y nadie como María Frisa para contarlo, porque ha pasado por un lamentable suceso en ese sentido, donde de nada valían las explicaciones, porque donde no se quiere, no se puede.
Todo ello está narrado no solo desde la perspectiva de las víctimas, en un relato estremecedor, sino que también nos permite ponernos en la piel de quienes dedican su existencia a ayudarlos a salir de esa angustia. Y todo ello con un realismo tal que es como un bofetón de sentido común, porque el sistema judicial tampoco es que ayude mucho a mermar el dolor más profundo, el que se ejerce con los más débiles.
La trama transcurre a lo largo de poco más de dos semanas de un mes de junio desquiciante porque el calor se ha enseñoreado de la ciudad. Dieciséis días en las que Zaragoza y un par de localizaciones puntuales, también se nos muestra en todo su esplendor con descripciones detallistas tanto de edificios emblemáticos como de paisajes, porque María Frisa, describiendo, ya sea lugares o sentimientos, no tiene precio.
Cuídate de mí es un soplo de aire fresco en este panorama tran trillado como es el de la novela criminal, donde cada vez es más complicado sorprender. Porque más allá de la solidez de una trama perfectamente urdida, en la que todas las piezas encajan al final sin dejar nada al azar; o porque cuenta con unos personajes tan carismáticos y tan bien dibujados y que siendo prácticamente antagónicos llegas a entender, sin embargo, yo me quedaría con que María Frisa es una voz nueva que tiene mucho que aportar, que es necesaria, incluso imprescindible, porque su estilo me ha parecido francamente seductor, porque su sensibilidad es innegable, la originalidad de sus plateamientos, incontestable y que finales tan demoledores como el de Cuídate de mí deberían enmarcarse en el Museo de los Finales Insuperables de la Literatura Negra y Criminal.