DATOS TÉCNICOS:
Título: EL ASESINATO DE PITÁGORAS
Autor: Marcos Chicot
Editorial: Duomo Ediciones
Colección: Los imperdibles
ISBN: 978-84-15945-09-3
Páginas: 672
Presentación: Tapa dura con sobrecubierta
Han pasado la friolera de
casi cuatro años desde que leí esta novela y, cuando llegó su continuación –La hermandad-, tampoco dudé en hacerlo,
por lo mucho que me había gustado la primera. Y resulta que ahora que tengo
entre manos la última novela del autor, finalista del premio Planeta con El asesinato de Sócrates, me han
entrado las ganas de aportar mi granito de arena para hacerle justicia.
Pero por unas cosas o por
otras no llegué a reseñarlas. Como siempre digo desde hace un tiempo, fue culpa
de esa pereza endémica que me acometió sin darme apenas cuenta y que en su
momento y no supe encarar. El caso es que este año he decidido hacer borrón y
cuenta nueva y dedicar al blog más tiempo y, sobre todo, más ganas, sobre todo
teniendo en cuenta que la Yincana Criminal se encuentra en plena efervescencia y yo más motivada que nunca
con vuestras aportaciones, así que he decidido volver a leerla, porque había
olvidado ciertos detalles y he vuelto a disfrutarla, que no es poco.
Y como os decía, nada más
leer la segunda parte de esta historia, mi intención era escribir la reseña del
libro para ir calentando motores, pero entendí que tenía que hacerlo por orden de
publicación porque, independientemente de lo dice el autor en el sentido de que
pueden leerse por separado ya que ambas son autoconclusivas y demás, desde mi
punto de vista la primera enriquece a la segunda si se sigue este orden, aunque
tiene como contrapartida el que te pases el tiempo haciendo comparaciones. De
cualquier modo, eres tú, futuro lector, el que debe decidir por cuál de ellas
empezar porque lo que si te puedo asegurar es que con ambas disfrutarás de una
lectura tan intensa como vibrante y que difícilmente las olvidarás.
EL AUTOR:
Finalista
del Premio Planeta con esta novela (en cuarto lugar), así como del Premio Max
Aub, el Premio Juan Pablo Forner y el Ciudad de Badajoz.
Ha
dedicado tres años a documentarse para esta novela, de la que dice que es “la
mejor novela de su vida”, de la que ya ha publicado su continuación, La
hermandad.
Si
queréis ampliar la información sobre el autor y su obra, podéis encontrarle en
su web oficial:
www.marcoschicot.com.
ARGUMENTO:
El anciano filósofo
Pitágoras, uno de los personajes con más poder de su época, está a punto
de elegir un sucesor entre los grandes maestros cuando en su comunidad se
inicia una serie de asesinatos. Tras los crímenes se atisba una mente oscura
y poderosa que parece superar al mismísimo Pitágoras. La enigmática
Ariadna y el investigador egipcio Akenón tratarán de descubrir quién es el
asesino a la vez que resuelven sus propios sentimientos. Un reto en el que
los fantasmas del pasado se unen a las oscuras amenazas del presente.
25 marzo de 510 antes de
C. Pitágoras, la persona más influyente de la Magna Grecia se siente obligado a
seleccionar a su sucesor entre seis de sus discípulos, los más preparados y
grandes maestros de la hermandad que él mismo fundó, ya que, desde hace unas
semanas, un aciago presagio le está corroyendo la mente y quiere tomar la
decisión cuanto antes. Tiene bastante claro quien será el elegido,
Para ello, elegirá a uno
de considerados grandes maestros en base a los conocimientos adquiridos en la
hermandad. Desde hace unas semanas un aciago presagio le corroe y ha de tomar
la decisión cuanto antes, pero sin precipitarse.
IMPRESIONES:
Cuando Marcos Chicot me
ofreció su novela he de reconocer que no le conocía de nada, a pesar de que ya se había convertido en un éxito de ventas en Amazon. También es
verdad que debo ser un especimen de cuidado, porque a mi esta plataforma me cae
tan mal que ni siquiera me planteo qué se cuece por allí, de ahí mi ignorancia
supina al respecto. El caso es que más allá de su triunfo en la red, basado en
un arduo trabajo por su parte y de cuya experiencia he sabido posteriormente a
través de su web oficial, lo que realmente me llamó la atención fueron dos
detalles relevantes: el primero, que se trataba de una novela negra y el segundo, que el eje central sobre el que giraba
toda la trama era que uno de los personajes principales era Pitágoras, filósofo y, sobre todo, uno
de los matemáticos de la antigüedad más
célebres a lo largo de la historia, pero del que apenas sabía poco más que un
teorema que me dio más de un disgusto en tiempos estudiantiles llevaba su
nombre. Por ello, dado que ambos aspectos me intrigaron lo suficiente, decidí
abordar la lectura de esta novela.
Tres son los puntales que
sostienen esta novela: la trama histórica, la intriga en cuanto a los
asesinatos y lo bien definidos que están los personajes, ya sean protagonistas
o secundarios. A continuación hablaré de los tres aspectos:
La trama histórica:
Es indudable la labor de
documentación realizada por Marcos Chicot y el tiempo empleado en ella, porque
leer El asesinato de Pitágoras para
mí ha supuesto un viaje al pasado del que me costó volver. Marcos Chicot comienza
a relatarnos la trama un 25 de marzo del año 510 a. de C. y termina el 12 de
agosto del mismo año, abarcando aproximadamente cinco meses, cuando el filósofo
y matemático veía próximo su final. Su doctrina, la Escuela Pitagórica, hacía
tiempo que se había asentado no sólo en Crotona, desde donde dirigía el
movimiento filosófico, político y religioso que personificaba, sino que este, desde
su origen, se extendió por las colonias griegas de la península itálica y Sicilia
que abarcaban la Magna Grecia. Y no solo seremos testigos del poder que la hermandad
desplegaba en todos los ámbitos, sino del odio que iba despertando entre tus
enemigos, que iba creciendo exponencialmente.
También conoceremos cómo
se fue forjando esta nueva sociedad, distinta a cualquiera de las conocidas hasta
la fecha, porque basaba sus principios en un estilo de vida muy estricto que afectaba
no solo a los miembros de la Escuela Pitagórica, sino también al resto de
ciudadanos, pero que en el caso de los primeros afectaba a todos los órdenes de
su vida. Por ejemplo, practicaban el comunismo, no poseían bienes a nivel
personal fuesen del origen que fuesen, ya que vivían de forma comunal; tenían
que ser frugales en todos los sentidos. En cuanto a sus costumbres
alimenticias, eran vegetarianos, ya que practicaban la doctrina de la
reencarnación y creían que cualquier animal podría ser la nueva forma material
de un amigo o familiar fallecido con anterioridad y mantenían un severo régimen
físico.
A los gobernantes les
exigían que dieran ejemplo en su vida privada, que favoreciesen la igualdad
entre los hombres y la justicia; a las mujeres, una moral intachable, que
fueran buenas administradoras de la economía doméstica, que fuesen virtuosas y
que fomentaran la religiosidad en su familia; a los jóvenes, disciplina y
continencia para alcanzar una formación global y a los niños, que aprendiesen a
escuchar para de esa manera aprender a hablar y que se educasen sirviéndose de
la experiencia de sus mayores.
También conoceremos los
ritos y juramentos de iniciación que llevaban a cabo los miembros que
ingresaban en la Escuela Pitagórica, las actividades dirigidas a cultivar la
sencillez y la humildad, a obtener la instrucción necesaria en cuanto a conocimientos
y para reconfortar el espíritu, sin participar de pleno derecho. Solo podían
escuchar sin ser oídos, atender sin ser atendidos, con jornadas espartanas que
comenzaban con la salida del alba y finalizaban con la puesta del sol, en las
que las actividades se sucedían unas detrás de otras y solo se suspendían
durante las comidas, siempre parcas. A las plegarías le seguían la meditación,
el recitar poesías o los paseos, las clases de religión, matemáticas,
metafísica o atletismo. Así podían pasar más de un lustro hasta que conseguían
pasar a formar parte de la hermandad.
Quizás el momento
histórico más álgido de la novela (otra cosa es la sucesión de asesinatos que
se producen en el núcleo duro que rodea a Pitágoras, los miembros más selectos)
es el momento en el que se avivan las rivalidades de las clases dirigentes de
Crotona, congregadas en torno a Cilón, un noble al que la comunidad pitagórica
había rechazado y con deseos de vengarse del maestro y lleva aparejada la
guerra entre Crotona y Sibaris, siendo esta última destruida gracias a los
ejércitos de Milón (yerno de Pitágoras). Hecho curioso que utilizaría después
Cilón para incitar a las masas y que estas incendiaran su casa cuando estaban
allí reunidos los pitagóricos.
Los asesinatos:
Más de una vez he
cuestionado los títulos de algunos libros, por no estar lo suficientemente
cuidados, ya que es uno de los mejores reclamos de cara al lector. El de esta
novela, espero que no moleste a nadie, precisamente llama a engaño, aunque
entiendo que precisamente como señuelo es todo un acierto, sobre todo cuando
aparece el nombre de Pitágoras que en muchos, estoy convencida, habrá actuado
como un auténtico aliciente. Porque si hay algo de lo que anda a rebosar
precisamente esta novela es de asesinatos… que aunque persigan el del
protagonista, las víctimas son quienes le rodean. Y ojo, que en caso de que
aquí se narrase el asesinato del matemático y filósofo, el título sería un
horror porque sería un spoiler tremendo, pero aún así no me convence.
Eso sí, todos los perpetrados,
tan impunemente, son llevados a cabo por un personaje de rompe y rasga del que
no os diré nada, porque para eso tenéis que meteros en harina y eso sí que
merece la pena leerlo. Y luego me lo agradeceréis, que no os quepa duda.
De hecho, todo se inicia
con la muerte de uno de los seis maestros –Cleoménides-
llamados a heredar la Escuela Pitagórica a la muerte del maestro, que ya es
anciano. A raíz de este asesinato, el filósofo se verá obligado a contratar a
Akenón, un investigación de origen egipcio que goza de gran fama a la hora de
resolver este tipo de casos y al que avala una gran formación. Sin embargo, una
vez instalado el investigador en Crotona las muertes se irán sucediendo… y la
intriga, también.
Los personajes:
En esta novela
encontraremos un impresionante elenco de personajes, complejos y con muchos
matices. No se trata simplemente de los protagonistas de la historia, sino de
un buen montón de secundarios que los arropan y que son cualquier cosa menos
meras comparsas para lucimiento de los otros. Sus personalidades están muy bien
definidas y atrapan al lector. Obviamente, Pitágoras, sin ser el protagonista principal es el eje
central sobre el que gira toda novela, la base fundamental sobre la que se asienta
la historia y, en ese sentido, tengo que volver a reiterar lo que anteriormente
comenté en cuanto a la labor de documentación aportada por el autor, porque
descubrir esa última etapa del maestro, no tiene precio. También me gustaría
resaltar la figura de Glauco, que aunque no existió realmente, está tan
perfilado y tiene una personalidad tan compleja que parece tener vida propia.
Gracias a él conoceremos la esencia de Sibaris, porque es un digno
representante de su ciudad. Y, por supuesto, Akenón, el protagonista e
investigador de la novela (también ficticio), que nos permite descubrir hasta
qué punto se podían investigar determinados asesinatos.
Con respecto al estilo, la
prosa es directa y sencilla, las descripciones detalladísimas y los diálogos
muy interesantes, pero si tuviese que resumirlo en una palabra, esta sería
ameno. Ameno, sobre todo, porque más que leerte las más de seiscientas páginas
que tiene la novela, te las bebes. Porque no puedes dejar de leer, porque aún
siendo una novela histórica, con aires de novela negra que transcurre en la
antigüedad, donde las matemáticas o la filosofía cohabitan con la intriga, el
autor ha sabido darle un aire de sencillez que hasta al menos ducho en
cualquiera de las materias que se citan le parece que está leyendo algo
sumamente sencillo, porque todo lo que se cuenta se hace con una naturalidad
pasmosa.
CONCLUSIONES:
El asesinato de Pitágoras, además de ser un thriller emocionante donde se
concentra lo mejor de diferentes géneros en una época apasionante: novela
negra, histórica o romántica, es un viaje en el tiempo, una lección magistral
de cómo una novela puede tenerte en vilo desde la primera página hasta el
final, porque son muchos los mimbres que se urden para obtener como resultado una
historia brillante, una intriga incesante y un desenlace espléndido. Te
aconsejo que no te la pierdas, porque tiene todos los visos de convertirse en
un clásico.