DATOS PRÁCTICOS:
Título: UN MILLÓN DE GOTAS
Autor: Víctor del Árbol
Editorial: Destino
Colección: Áncora & Delfín
ISBN: 978-84-233-4813-8
Páginas: 672
Presentación: Rústica con solapas
Cuando llegué a la
blogosfera pensé que todo el monte era orégano, que todos los libros que se
recomendaban con tantísima vehemencia merecían ser leídos y, durante meses me
lo creí y de no ser por la larga lista de ejemplares que se apilaban en mis
estanterías, hubiese sucumbido a muchos cantos de sirenas. Poco a poco, fui
dándome cuenta que no era oro todo lo que relucía y que tendría que buscar una
fórmula para saber a qué atenerme. Me costó mucho llegar a ella, incluyendo una
crisis lectora porque llevo unos cuantos años –no sólo los que llevo en este
medio- leyendo críticas sobre literatura. Hasta que di con la solución: se
trataba de comparar. Empecé a darme cuenta que la mayoría de las
recomendaciones siempre eran en positivo, algo lógico, por otro lado, porque
echando mano del sentido común, la gente suele leer aquello que le gusta y
siendo blogueros, lo lógico es mostrar las impresiones particulares. Pero la
duda seguía latente, ¿todo era tan bueno como proclamaban? ¿Había tantos
Cervantes y yo era tan torpe como para no darme cuenta?.
Entonces, cuando leía
opiniones de los libros que yo había leído,-en ocasiones auténticos truños que
había tenido que dejar a medio leer-, observé que la dinámica se mantenía; eso
por no hablar de reseñas infumables pergeñadas a la carrera y por lo tanto de
malas maneras en las que si no se confundían los argumentos, se notaba a la
perfección que los libros o no se habían leído en su totalidad o, en caso de
haberlo hecho, no habían mostrado un mínimo de atención a sus páginas. Fui
elaborando entonces una lista de blogs a los que “leer con pinzas” y empezar a
separar el grano de la paja. Mi lista de favoritos quedó diezmada y yo más
satisfecha porque había encontrado mi nicho.
Uno de esos blog, de los
que me fío por sus recomendaciones, es Cruce de caminos. Por ello, el día que
nos habló de Víctor de Árbol con tanto apasionamiento, no dudé en querer
conocer sus novelas con los ojos cerrados e inmediatamente me hice con un
ejemplar de Respirar por la herida, su hasta el momento última novela y que reconozco
que me impresionó como pocas. Poco tiempo después se me presentó la ocasión de asistir
a una charla-coloquio en la librería La Central de Callao para conocer al autor
en una de sus visitas a Madrid y, de paso, leer su novela anterior, La tristeza del samurái.
Hoy vengo a hablaros de
la última que ha publicado y perdonarme si no logro hacerle justicia.
EL AUTOR:
Víctor del Árbol (Barcelona, 1968), fue funcionario desde
1992 hasta 2012 de la Generalitat. Ha cursado estudios en Historia en la
Universitat de Barcelona. Además, ha sido locutor y colaborador de radio en el
programa de realidad social «Catalunya sense barreres» (Radio Estel, ONCE).
Su carrera literaria ha sido
corta, pero desde el principio ha cosechado muchos premios. En 2003 fue
finalista del VIII Premio Fernando Lara en 2003 con El abismo de los sueños (no publicada) y tres años después ganó el Premio Tiflos de Novela en
con El peso de
los muertos.
En 2011 publicó La tristeza del samurái, que se convirtió en un éxito más allá de nuestras fronteras. Traducida a
una decena de idiomas, rápidamente se convirtió en un bestseller en Francia, al contar con el reconocimiento de la crítica y de
numerosos premios, como el Le Prix du polar Européen 2012 a la mejor novela negra europea, otorgado la
prestigiosa publicación francesa Le Point en el festival de Novela Negra de
Lyon, galardón que obtuvieron, en anteriores ediciones, Philip Kerr y Arnaldur
Indridason, entre otros.
En Enero de 2013 publicó Respirar por la Herida, finalista a la
mejor novela extranjera en el festival de cine Negro de Beaune, finalista en el
II Premio Pata Negra de Salamanca y finalista a la mejor novela negra 2014 que
otorga el festival VLNC. Traducida al francés, la editorial Rosenbloom (Scribe)
ha adquirido los derechos de edición en inglés para Australia, New Zeland, UK y
USA. También se han vendido derechos de traducción a Polonia y Bulgaria.
En mayo de 2014 ha publicado
su última novela, hasta la fecha, Un
millón de gotas con la editorial Destino. Una semana después de salir a la
venta, se agotó la primera edición. En pocos meses alcanza la 4ª edición. En
febrero de 2015 se publicó en francés por la editorial Actes Sud (colección
Actes Noir)
ARGUMENTO:
Gonzalo Gil
es un abogado honrado, aunque sin vocación, que vive una existencia más o menos
gris al sentir su vida como prestada. No ayuda mucho a ello la continua
intromisión de su suegro, colega de profesión y la otra cara de la moneda en
cuanto a éxito laboral y social se refiere, en sus asuntos. Casado y padre de
dos hijos, al serle comunicado el suicidio de su hermana en extrañas
circunstancias, decide involucrarse en la investigación del mismo.
Lo que no
sabe en ese momento es hasta qué punto tan luctuoso suceso cambiará su vida al
implicarse de lleno en las pesquisas. Descubrirá entonces que el suicidio de
Laura vino motivado al ser considerada sospechosa de torturas con resultado de
asesinato al hombre que, meses atrás, secuestró y asesinó a su hijo de tan sólo
seis años.
Se volcará
entonces en dilucidar a qué se dedicaba su hermana, policía de profesión, con
la que llevaba diez años distanciado y se verá arrastrado a conocer a fondo el
deslumbrante pasado de su padre, un hombre que llegó a ser considerado un héroe
de la resistencia contra el fascismo a nivel internacional, pero del que apenas
guarda más que escasos recuerdos parcheados y cincelados a golpe de nostalgia
por su madre.
IMPRESIONES:
Al igual que en La tristeza del samurái o en Respirar por la herida, Víctor del Árbol nos planteará un nuevo puzle basado en dos
líneas argumentales que transcurrirán durante dos épocas distintas: la primera,
comienza en junio de 2002 y se prolongará durante una década. Está
protagonizada por Gonzalo Gil y tiene como escenario Barcelona y alrededores.
La segunda, más histórica, acontece a partir de 1933 cuando Elías Gil, padre de
Gonzalo, acude como ingeniero (y comunista) a la URSS a ayudar en la
industrialización del país, implicado con los principios de la Revolución, aunque
por un error acabará deportado en la Isla de Názino. Con la Guerra Civil española
volverá a nuestro país para asentarse en Barcelona y más tarde pasará por los campos
de refugiados de Argelès de la Marenda (Francia), Moscú, Berlín o el París de
la postguerra para volver de nuevo a Barcelona convertido en un bastión contra
la intransigencia fascista hasta su desaparición en 1967.
Evidentemente, todo lo dicho en el párrafo anterior
parece muy prosaico ¿verdad? Más que nada cuando intento convenceros a quienes
conocéis a Víctor del Árbol pero no habéis leído este libro que se trata de su
mejor novela (hasta el momento) y a quienes todavía no le habéis leído nunca, que
no debéis dejarla pasar, porque os va a resultar difícil encontrar una que os ponga
el corazón del revés y el alma en vilo. Porque Un millón de gotas es toda
una aventura en la que se mezclan amores eternos, renuncias y deslealtades, principios
traicionados, infancias robadas y vendettas dilatadas en el tiempo y todo ello con una vehemencia que no te da tregua. ¿Se puede pedir más?, pues, aunque os
parezca imposible, todavía hay más, porque las novelas de Víctor del Árbol,
además de una trama fascinante, cuentan con unos personajes a la altura y unos
escenarios inolvidables.
LOS
PERSONAJES:
Como en cualquiera de las novelas de Víctor del Árbol, los personajes son uno
de los pilares fundamentales sobre los que se asienta la historia. Decir que
son poliédricos o cargados de aristas, se me antoja demasiado recurrente. No
porque no sea verdad, sino porque en esta ocasión son rotundos, contundentes,
porque llegamos a conocerlos en toda su extensión, tanto a los protagonistas
como al más rezagado de los secundarios en cuanto a importancia en la trama.
Con una construcción impecable, cada uno de ellos tiene una personalidad tan
perfectamente definida -no en vano el autor es un maestro de la concreción y la
psicología descriptiva-, por lo que en más de una ocasión nos escandalizarán,
nos emocionarán, nos sorprenderán o nos asquearán llegado el caso.
Y del mismo modo que los personajes con complejos,
precisamente por el conocimiento que llegamos a alcanzar de todos ellos,
incluir en esta reseña la Dramatis
personae, tampoco me va a resultar fácil, pues tendré que dejar a alguno
fue de la lista. Para empezar, la dividiré en función de las dos líneas
temporales en que se divide la historia, partiendo de la base de que algunos de
ellos coinciden en ambas etapas:
Enero 1933, en
adelante:
-
Elías Gil: Protagonista indiscutible de la novela, le
conocemos cuando apenas era un joven cargado de ilusiones y proyectos recién
llegado a la Unión Soviética para terminar sus estudios de ingeniería. Hijo de
un minero de Mieres. Alto y fuerte, tenía los ojos verdes (hasta que en Názino
perdió uno) y la mirada inquisitiva, las cejas marcadas, el pelo espeso. Cuando
regresó a España se instaló en Barcelona y siempre se mantuvo a disposición del
Partido Comunista, participando activamente en la Guerra Civil y en la postguerra,
ayudando a los presos políticos a pasar a Francia a través del Pirineo mientras
trabajaba en una serrería para callar bocas. En el momento de su desaparición
tenía cincuenta y seis años y el pelo canoso, pero su corpulencia todavía era
evidente.
-
Esperanza: Madre de Gonzalo y Laura y esposa de Elías Gil. De
origen ruso, su nombre real es Caterina Orlovska. Cuando comienza la acción en
2002, es ya una anciana que reside en un geriátrico aferrada a sus recuerdos,
pero a medida que nos adentramos en la trama la conoceremos desde su juventud,
cuando conoció a Elías Gil en Moscú y se enamoró de él ciegamente, una vez
huido de Názino en el aeródromo al que fue a parar y donde Vassilii Velichko le salvó de una muerte certera. De carácter arisco, posee una memoria privilegiada y una aguda
inteligencia, sin embargo, siempre ha sido una mujer cobarde y dependiente.
-
Irina: Cirujana en un hospital de Kiel, tiene una niña de
dos años. Estuvo casada con un profesor de piano del conservatorio
departamental. Se llamaba Viktor y era un hombre culto además de un idealista
de origen judío al que fusilaron por sus ideas. Después la condenaron a ella por
colaboracionista y la deportaron. Conoció a Elías en el tren de camino a Tomsk.
Fue quien le curó y alimentó cuando en la pelea con Igor perdió su ojo derecho
y la infección estuvo a punto de costarle la vida. Y la mujer de la que estuvo
enamorado hasta el fin de sus días.
- Vassilii Velichko: Es uno de los personajes reales de la novela, como algún
otro que no mencionaré por no alargar la lista. Instructor de la Escuela de
Aviación en Moscú con tan sólo veinte años, siempre fue un hombre fiel al
partido, que creía y confiaba en Stalin. Cuando Srólov, uno de los subalternos
del aeródromo le hizo saber que un indocumentado se había escondido en uno de
los almacenes, no dudó en decírselo únicamente a él, una vez que comprobó que
se trataba de un deportado. Este no era otro que Elías en estado crítico. No
dudaron en cuidarle en vez de entregarle a la OGPU y buscar un médico de
confianza y una persona que le atendiese noche y día, Caterina Orlovska. Cuando consiguieron recuperarlo,
Velichko escuchó su testimonio y elaboró un informe que puso en conocimiento de
los altos mandos del Politburó, consiguiendo que le devolvieran a España para intentar de ese modo reparar el daño causado. Después participaría en la guerra
mundial, sufriría torturas para años después trasladarse a vivir a Barcelona,
donde regenta un bar, el Flight, con forma de caverna y un escenario donde se
ofrecen recitales poéticos de temática rusa y decorado con fotografías que
hacían referencia a su tierra.
- Igor Stern:
Es la personificación del mal en toda su expresión. También es verdad que tuvo
una infancia complicada, cuando con tan sólo nueve años una unidad de cosacos
quemó a su padre en Sebastopol después de arrancarle la piel a tiras. Desde
entonces, su vida fue un continuo disparate al ir a recalar a una banda de
mercenarios, por lo que matar o morir estaba dentro de sus planes. Ni siquiera
recordaba a cuántas personas había matado, robado o violado desde aquello.
Cuando fue condenado a muerte por fusilamiento, ni siquiera se estremeció y
cuando le conmutaron la pena por la deportación, tampoco se inmutó. Conoció a
Elías Gil en el mismo tren que los llevaba a ambos a Tomsk y desde entonces,
hasta el final de sus días, el destino de ambos se entrelazó. En Tomsk llegó a
convertirse en un intocable, amparado por una caterva de adeptos que le hacían
la ola, entre los que se encontraban Michael y Martín y nunca dejó de fustigar
a Elías, hasta que éste tomó la decisión de huir de aquella isla con Irina y la
niña.
- Claude:
Amigo de Elías, se conocieron en el tren que los llevó a Moscú, junto con
Michael y Martín. Arquitecto de origen marsellés, ganó una beca de estudios
para proseguir su formación en el Instituto de Arquitectura de Moscú. Al igual
que el resto de sus colegas, fue condenado y deportado a Siberia. En el viaje
hacia Tomsk, se unió a Elías, mientras que Michael y Martín optaron por unirse
a Igor Stern.
Michael:
De origen escocés, fue enviado a Moscú por la célula del partido comunista en
Edimburgo para trabajar en la central hidráulica de Dniéper y poner en práctica
sus conocimientos.
Martín:
De origen inglés, es pelirrojo. Se unió al grupo en Varsovia. Cuando son
deportados, se une, junto con Michael, al grupo de Stern y se somete a su
voluntad.
-
Nikolái Ózhegov: Guía asignado por el partido ruso a Elías y sus
amigos durante su estancia en Moscú, también ejercía como informador de la
policía, algo que Elías subestimó desde el principio y que pagaron caro después.
Hablaba inglés y español correctamente. Rubio, torpe y parlanchín, desde el
primer momento gozó de la simpatía del grupo.
-
Ramón Alcázar Súñez: Amigo de la infancia de Elías Gil y padre de Alberto
Alcázar. Cuando se jubiló, tenía categoría de comisario y fue un mandamás de la policía política franquista. Un hombre sin escrúpulos cuya única
debilidad conocida fue el sentido de lealtad hacia su amigo.
Junio 2002 en
adelante:
-
Gonzalo Gil: Hijo de Elías Gil es, ante todo, un hombre honrado.
De profesión abogado sin vocación de pleitos pobres, aunque en la placa de su
despacho rece que es un experto en derecho civil, matrimonialista y mercantil.
Casado con Lola, es padre de dos hijos: Javier y Patricia y yerno de uno de los
abogados más prestigiosos del país, con el que en breve va a fusionar su
despacho o, para ser exactos, para pasar a trabajar con él a falta de
clientela con la que poder mantener el chiringuito abierto. Cuando comienza la
acción, en junio de 2002 tiene cuarenta años, es muy tímido y previsible,
también aburrido y físicamente más bajo de lo que fue su padre, entrado en
carnes y con una alopecia incipiente.
-
Lola González: Esposa de Gonzalo Gil, es una mujer mucho más
superficial que él, también muy vital, segura de sí misma, alta, morena,
elegante y de una gran belleza. Estuvieron muy enamorados en su juventud, pero
eso ya no es suficiente una vez que Gonzalo decide actuar por sí mismo, dando
prioridad a sus sentimientos al involucrarse en la investigación del suicidio
de su hermana, lo que provoca una inmensa crisis en la pareja. Tiene una
agencia de viajes en el barrio de Gracia y le encanta vivir en la parte alta de
la ciudad, en una casa con piscina y vistas al mar en una urbanización de lujo,
mientras que en sus ratos de ocio prefiere las boutiques de las grandes
avenidas a la vida plácida que él propone, alejados en la casa del lago donde
se crió.
-
Laura Gil: Subinspectora de policía, es la hija mayor de Elías
Gil y hermana de Gonzalo. Desde la desaparición de su padre en 1967 apenas ha
tenido relación con su madre. Estuvo casada con Luis, un arquitecto del que se
divorció tras la muerte de Roberto, el único hijo de ambos. Desde entonces,
hasta su muerte, vivió en un pequeño apartamento de protección oficial cercano
a la playa, mal amueblado y peor decorado. Nunca pudo superar ni la ausencia de
su hijo ni el sentimiento de culpabilidad que cada día era más intolerable al
considerar que él había pagado con su vida el modo en que ella se había
implicado en la investigación de una red de prostitución infantil, lo que la
llevó al alcoholismo y al consumo desmedido de cocaína.
-
Luis: Esposo de Laura, se conocieron en Kabul, cuando
ella trabajaba para una revista histórica, escribiendo artículos en los lugares
más insospechados y él hacía turismo aprovechando que su padre andaba de
negocios por el país. Se enamoraron y se casaron meses después, para
divorciarse tras el asesinato de su hijo, aunque la relación se había ido
resquebrajando antes de la tragedia como consecuencia del trabajo de Laura. Es
un arquitecto de prestigio, de buena familia y mucha educación. De aspecto
deportivo, tiene la piel bronceada por su afición a los deportes al aire libre.
Guapo y elegante es el paradigma del éxito.
-
Agustín González: Suegro de Gonzalo Gil, también es abogado, aunque en
su caso su éxito es inapelable, así como su cinismo innato. Próximo a los
setenta, es un hombre que lleva el desdén pintado en la frente. Un personaje
sin escrúpulos, presuntuoso e insolente en la mayoría de las veces, aunque
también lo suficientemente inteligente, sensato y culto. Viudo, le gusta
acompañarse de mujeres jóvenes y voluptuosas de las que ni siquiera recuerda el
nombre.
-
Siaka: De origen africano, es el confidente de Laura Gil. Cuando
Laura se suicida, consigue ponerse en contacto con su hermano y llevarle su
ordenador portátil, también le pone en antecedentes de la mafia a la que estaba
investigando y se ofrece como testigo llegado el momento porque él ha formado
parte de la organización a la que conoce desde que era tan sólo un crío. Con
tan sólo seis años fue vendido por su padre a uno de los señores de la guerra y
le obligaron a hacer de todo, después conoció a Zinóviev y fue a peor. Se gana la vida
acostándose con turistas millonarias, preferentemente yanquis y
millonarias, a las que después
desvalija.
-
Anna: Hija de Irina, cuando es deportada junto con su
madre apenas tiene dos años. El destino quiso que su madre pereciese al escapar
de Názino y que ella acabara dependiendo de Stern, algo que nunca perdonó a
Elías. Una mujer muy atractiva que nunca ha deseado formar una familia
tradicional. Estuvo casada durante muy poco tiempo, el suficiente para
engendrar a su hija. En Barcelona tiene una librería próxima al bar de Vassilii Velichko, a quien le une una amistad
inquebrantable de más de cuatro décadas.
- Zinóviev:
Asesino del hijo de Laura y sobrino de Gonzalo Gil. Murió despellejado, estando
todavía vivo meses después del asesinato del niño y todas las pruebas apuntaron
a que la responsable de esa animalada fue Laura, como venganza. Pertenecía a la
Matrioshka, una organización mafiosa de origen ruso que la policía investigaba
desde hace tiempo.
-
Alberto Alcázar: Inspector Jefe de Policía, es hijo de Ramón Alcázar.
Fue el encargado de la investigación por la desaparición de Elías Gil a finales
de junio de 1967, cuando apenas contaba con treinta años. Cuando ingresó en el
cuerpo adquirió fama de duro, pero parece que se humanizó cuando conoció a la
que se convirtió en su mujer, Cecilia y mucho más cuando ésta murió de cáncer,
dejándole abatido. Vive en un apartamento en el barrio chino. De aspecto fornido,
tiene un frondoso bigote, ya canoso y una gruesa barriga. Es el jefe de Laura
Gil cuando ella se suicida, aunque se conocen desde que era una niña.
ESCENARIOS:
Un
millón de gotas es una novela con diversos y muy variados escenarios.
Víctor del Árbol nos paseará por distintas ciudades de unos cuantos países
mientras nos describe meticulosamente cada detalle pues, a fin de cuentas, la
novela es un viaje en el tiempo y en el espacio.
En este sentido, la parte más rica en cuento a este capítulo
será la que tiene como protagonista a Elías Gil. Con él y tres camaradas viajaremos
a Moscú en enero de 1933, cuando todavía eran unos ingenuos, llenos de ideales
y dispuestos a luchar por ellos. Nada más llegar a la ciudad fueron recibidos
por un guía y en el trayecto hacia el alojamiento asignado, Elías nos hará
partícipes de sus impresiones al contemplar las grandes edificaciones
moscovitas, para acabar recalando en la Casa del Gobierno, también llamada Casa
del Malecón, donde se albergarían durante su (corta) estancia, una mole de
cemento en la que se hospedaban las cabezas más ilustres del país en más de
quinientos apartamentos y, de paso, las tenían controladas.
Durante las pocas semanas que residió en Moscú
trabajó con denuedo, acudió a distintas recepciones, asistió a una
representación en el Bolshói y también entró en una dinámica de contradicciones
sobre la realidad que le trastocaba sus ideas al ver las deplorables
condiciones con las que eran tratados los trabajadores. Tres semanas después de
su llegada volvió a coincidir con sus amigos en una cena organizada por Nikolái
Ózhegov en la que bebieron como cosacos y discutieron acaloradamente de
política. Esa misma noche, los cuatro, fueron detenidos, sometidos a torturas y
acusados de pertenecer a una célula trotskista de la que Elías era el líder. Su
condena: incorporarse a una caravana de deportados con destino a Názino.
A principios de marzo de 1933 llegaron a pie a Tomsk,
luchando contra el cansancio y el agotamiento que representaba un largo trayecto
a través de páramos y ciénagas cubiertas de nieve hasta las rodillas y
hostigados por los guardias. La ciudad, situada en las estribaciones de la
Siberia Occidental, se había reconvertido en el centro neurálgico donde
aglutinaron a los miles de deportados que fueron llegando para su posterior
reparto por los distintos campos de trabajo siberianos. Pasados unos días,
fueron enviados los más de cuatro mil prisioneros en gabarras a la isla de
Nazino, un lugar situado en la confluencia del Obi con el Názino, en plena
estepa y cubierto por holgadas extensiones de cenagales con apenas unos pocos
barracones en los que convivir todos y algunas tiendas de lona, sin
herramientas, sin nada.
Monolito en
recuerdo a los
españoles internados en el campo.
|
Otro escenario trágico fue el de Argelès-sur-Mer,
una localidad francesa situada en la región del Languedoc-Rosellón, donde los
franceses ubicaron un campo de refugiados para los republicanos que abandonaron España tras la Guerra Civil
por la frontera franco-española y en donde las condiciones humanas eran
inhumanas. Fueron los propios reclusos quienes construyeron los barracones de
madera donde se hacinaban, quienes excavaron letrinas en la arena. Miles de
ellos murieron de hambre, frio y enfermedades contagiosas como la sarna o el
tifus. Allí enviaron a Elías Gil para
que pusiese un poco de orden y ayudase en la organización.
De la parte protagonizada por Gonzalo Gil, la acción
se desarrolla prácticamente en Barcelona y alrededores, aunque las
descripciones más detalladas son las que corresponden a la zona donde
residieron los Gil hasta la desaparición del padre: la casa confinada entre la
montaña y un barranco en estado de abandono, con la fachada cuarteada, los
parterres sin formas aparentes y el camino empedrado apenas dibujado; el lago,
el puente de madera y la ladera de la montaña en la que todo se asienta.
En Un millón de gotas encontraremos muchas referencias a distintos
escritores: españoles, franceses, alemanes y, en particular, a los de la
literatura rusa (Tolstoi, Gorki, Pasternak…); de hecho, el título alude a unos
versos del poeta Mayakovski, del que hasta que he leído esta novela no conocía
nada de su obra: “La primera gota es la que empieza a romper la
piedra. La primera piedra es la que empieza a ser océano.”. Pero es obvio que a
nadie se le escapan las alusiones a Fedor Dostoievski, un escritor por el que
siempre he tenido debilidad y que la lectura de esta novela me ha hecho
recapacitar sobre lo necesario que es volver a leer a los clásicos de vez en
cuando. Para empezar, basta con fijarse en el nombre que ostenta la tienda de
libros de Anna: Librería Karamazov y puestos a fantasear, no he podido evitar
establecer más de una similitud entre la forma en que el gran maestro ruso
construyó sus personajes y la de Víctor del Árbol, por ese derroche de
creatividad a la hora de plasmar los problemas éticos de cada uno de ellos. En
ocasiones me veía rememorando Crimen y
castigo, recordando al atormentado Raskolnikov que por querer salvar a su
familia asesinó a una vieja avara y los dilemas morales que después arrastró. Y
una vez acabada la novela, teniendo una percepción absoluta de la personalidad
de Elías Gil, seguí pensando hasta qué punto alguien está legitimado a
transgredir el orden moral por muchos motivos o heridas incurables que tenga
para ello. También me vinieron a la
cabeza otros tantos, como el príncipe Mishkin (El idiota), que aparentando ser
el prototipo de la bondad, acabó sucumbiendo a sus propias inquinas, por no
contar las veces que Stavrogin (Los endemoniados), se me asemejaba al perverso
Igor Stern por su infinita propensión a la crueldad.
CONCLUSIONES:
Un millón de gotas es un
conmovedor relato que se convierte en un thriller de lo más atractivo,
magníficamente construido, espeluznante en muchas ocasiones por su innegable
dureza, pero que no podrás dejar de leer hasta completar ese rompecabezas en el
que se mueven un montón de personajes a los que la vida no ha dado tregua y que
te atrapa desde la primera página en una tela de araña de la que es imposible
salir sin sufrir daños colaterales.
Esta reseña participa en la iniciativa:
Requisito: Homenaje a Víctor del Árbol
Hola chata! Yo estoy dudando entre esta y La tristeza del samurai para el homenaje, he leído críticas muy buenas de ambas.
ResponderEliminarPreciosa reseña.
Un beso!
Increíble reseña, es un libro muy difícil de resumir, pues es intensísimo, pero tu lo has logrado. Lo leí hace unos días y tiene tanto contenido que me veo incapaz de reseñarlo. Bravo!!!
ResponderEliminarFelicidades Kayena, has logrado extraer y plasmar tus impresiones de una forma magistral. Una reseña memorable.
ResponderEliminarBesos
Sublime la reseña, si señor.
ResponderEliminarEn cuanto a la introducción que has hecho, yo llegué a la conclusión de que todos los que alababan y ensalzaban libros que a mi me había parecido truños, siempre ponían al final de sus reseñas la siguiente frase "gracias a menganito o a la editorial tal por haberme enviado la novela". Se ve que por ello están obligados a poner por la nubes porquerías.
Por eso miro siempre con lupa las reseñas de dichos blogs y miro las frases finales, para saber a qué atenerme.
Gracias por acercarme un poquito mas a este autor, de quien ya tengo fichado un libro para esta yincana
Besos
Una reseña muy completa. Estoy deseando estrenarme con este autor. Besos
ResponderEliminarQué barbaridad! Te lo has currado, eh? Enhorabuena. Yo leí esta novela hace unos meses y me encantó. También he leído La Tristeza del Samurai y es preciosa. Este hombre sabe lo que se hace!
ResponderEliminarBs.
Yo para este requisito tengo el de Respirar por la herida
ResponderEliminarEn su momento leí La tristeza del samurai y no me gustó mucho, a ver si ese me gusta más
un beesito
El año pasado fui a una presentación de este libro. Tal y como lo contaba el autor apetecía muchísimo leerlo sobre todo como dices por los personajes y la excelente ambientación y encima una buena trama. Lo que me ha apartado de este libro hasta ahora es que me da la sensación de que al protagonista le toca vivir demasiadas desgracias y con tanto detalle de momento no me he atrevido.
ResponderEliminarBesos
He leído el principio de tu reseña y el final, pero el medio no lo pienso mirar hasta después de que lea el libro porque quiero no saber nada para sorprenderme desde la primera página. Por ahora he leído La tristeza del samurai y Respirar por la herida, los dos me han parecido excelentes, pero el último me llegó muchísimo. En breve leeré este que reseñas y estoy segura de que no me va a decepcionar.
ResponderEliminarBesos :)
No hay reseñas negativas de las novelas de Víctor del Árbol. Miedo me da, jaja, pero confío en tu criterio y de tantos más. Tengo que leerlo por fin. Lo prometo!
ResponderEliminarbesos
Como Cova, solo he leído el principio de la reseña y el final, que quiero leer este libro y no quiero saber mucho de él. Al autor lo conocí con Respirar por la herida y me encantó. Y por tus impresiones, sé que este libro también me va a gustar mucho.
ResponderEliminarBesotes!!!
Muy buena reseña. Yo lo leí el año pasado y me costó un montón porque es un libro crudisimo, pero al tiempo me encantó. cabo de termina la Tristeza del Samurái, Que le tenía un poco de miedo y me ha encantado. Así que de este autor, yo todo lo que escriba. Besinos.
ResponderEliminarHola guapa!
ResponderEliminarYo lo tengo pendiente por leer, me ha encantado la reseña, así que no creo que tarde mucho en hacerlo. Besotes
Muy buena reseña! Yo quería leer este libro para la Yincana, pero leí Respirar por la herida en verano y me gustó tanto... que me daba un poco de miedo que otro de sus libros no estuviera a la altura, veo que estoy equivocada... así que lo tendré en cuenta
ResponderEliminarBesos
No conocía este libro, pero ahora leyendo tu reseña... creo que tarde o temprano lo leeré y lo disfrutaré una barbaridad...; qué pinta tiene...
ResponderEliminarGracias por la reseña!!!.
Besos.
Tengo unas ganas enormes de leerlo, besos
ResponderEliminarHacía tiempo que no volvía a leer una reseña de este libro, que todavía no he leído, gracias por recordarmelo. Besos
ResponderEliminarUn millón de gotas lo tengo anotado desde hace tiempo. Eso que comentas de Raskolnikov me ha seducido mucho más de lo que ya estaba. Ahora no puedo, pero cuando tenga hueco me hago con él y lo leo.
ResponderEliminarUn beso.
Mil gracias por eso fantástico comentario que me dedicas. Todo un halago y como no, una responsabilidad, pero sabes bien que siempre ha sido así o como mínimo intentamos que sea así, aunque no siempre podemos estar de acuerdo. Como mínimo para descubrir a Víctor del Árbol.
ResponderEliminarDe la reseña que decir: brutal, creo que algo así dijo Víctor en FB cuando la leyó. Como sabes es un tipo genial, estupendo y agradecido.
Saludos y adelante
Pd: pululo por aquí, aunque no tan activo (en formato lector) como antes.
Es un autor que tengo pendiente desde hace un montón, a ver si cae pronto =)
ResponderEliminarBesotes
Este va a mi lista de deseos, que parece que ha dejado huella a sus lectores. 1beso!
ResponderEliminar¡Nota máxima para esta novela! Me alegra que la hayas disfrutado. Yo la tengo en casa, en la edición de Círculo de Lectores. Por tanto, tendremos ocasión de compartir comentarios. ¡Saludos!
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