DATOS TÉCNICOS:
Título: EL VIGILANTE
Título original: De Bewaker
Autor: Peter Terrin
Traductora: María Rosich
Editorial: Rayo Verde Editorial
ISBN: 978-84-15539-78-0
Páginas: 672
Presentación: Rústica con solapa
El
Premio Internacional de Literatura de la Unión Europea (PLUE) se creó en 2009
con la intención de promover e impulsar la obra de escritores emergentes fuera
de sus fronteras. Para ello se creó un jurado competente cuya finalidad consistiría
en seleccionar a doce novelistas en distintos países de la Unión Europea (los
veintiocho estados miembros así como Albania, la
Antigua República Yugoslava de Macedonia, Bosnia y Herzegovina, Islandia,
Liechtenstein, Montenegro, Noruega, Serbia y Turquía)
cada año para que sus novelas fueran traducidas a los
distintos idiomas que se hablan en la UE. Además, los elegidos recibirían un
premio en metálico de cinco mil euros.
Los
requisitos que los participantes han de cumplir son tan sencillos como que sean
europeos, que su país haya sido uno de los propuestos en la convocatoria de ese
año y que hayan escrito más de un libro. Cada año varían las nacionalidades
propuestas, por lo que en un período de tres años, todos los países tienen
oportunidad de llevar a uno de sus escritores a formar parte de los elegidos.
Y
fue así como, a finales de 2014 me enteré de la existencia de esta novela,
ganadora en la edición de 2010 junto con las de Goce Smilevsky (de Macedona),
Myrto Azina Chronides (de Chipre), Tiit Aleksejev (de Estonia), Natasa
Kramberger (de Eslovenia), Adda Djorup (de Dinamarca), Jean Back (de
Luxemburgo), Riku Korhonen (de Finlandia), Iris Hanika (de Alemania), Razvan
Radulescu (de Rumanía) y Raquel Martínez-Gómez (de España).
EL AUTOR:
Es la primera novela que
leo de Peter Terrín y ya os comenté que de no haber ganado este premio, difícilmente
le hubiese conocido. Tampoco es que haya encontrado mucha más información por
otras vías que la que se nos ofrece en la solapa del libro:
Peter Terrin (Tielt, Flandes, Bélgica,
1968) representa una voz única en la literatura contemporánea en lengua
neerlandesa, tratando temas universales y a la vez de gran actualidad.
Ha sido descrito como un
“maestro del detalle ominoso”, es considerado por la crítica como un
inconformista literario, un escritor clásico que no sigue las tendencias y un
estilista magistral. También ha escrito teatro y participa activamente como
columnista en distintos medios.
Ha sido galardonado con
varios premios literarios como el Premio de Literatura AKO y el Premio de
Literatura de la Unión Europea.
ARGUMENTO:
Hay argumentos
complicados a la hora de explicarlos por temor a contar más de lo que se
debería, sobre todo porque lo que a unos nos parece que no tiene importancia y
que es vital a la hora de desarrollar una situación, para otros puede contener
información relevante que no desearía conocer antes de leer una novela. En
estos momentos, como en este caso, lo mejor es limitarse a transcribir la
sinopsis elaborada por la editorial:
Dos
vigilantes, aislados en el aparcamiento de un edificio de lujo, esperan la
llegada de su relevo y de las provisiones que les mantienen con vida. Tienen
prohibido comunicarse con los residentes, y la situación se agrava cuando
observan cómo todos excepto uno abandonan el edificio en el mismo día. La
suposición de que en el mundo exterior haya ocurrido una catástrofe, la falta
de provisiones y la posibilidad de que todo sea una prueba para conseguir un
ascenso les llevarán al límite de su resistencia.
El miedo al exterior y al otro, la necesidad de aguantar y sus obsesiones hacen de esta obra una maravillosa metáfora sobre la sociedad actual y la soledad del ser humano.
IMPRESIONES:
Lo primero que me llamó la
atención de esta novela una vez leídas las primeras páginas fue su título. No
entendía que aún cuando esta estuviese narrada en primera persona por uno de
los protagonistas de la historia que como su compañero es vigilante de seguridad,
el título fuese en singular. A mitad de camino lo entendí, o eso creo.
Peter Terrin nos traslada
con El vigilante a una ciudad
desconocida en un mundo relativamente cercano. Antes de leerla, por algunos
artículos y reseñas, tenía entendido que la novela podía considerarse una distopía, aunque a mí no me lo ha
parecido. Tiene ciertas dosis de ella, del mismo modo que podría considerarse
un thriller psicológico aunque sin
el ritmo que suele tener este tipo de novelas. Pero no me atrevería a
etiquetarla en un género o en otro. Es verdad que del primero deducimos que el
mundo conocido apenas existe, pues una catástrofe parece haber liquidado en
cierto modo la ciudad en la que transcurre la acción. Lo poco que sabemos es a
través de las reflexiones de Michel, que junto a su compañero trabaja como
vigilante en un edificio de lujo habitado por cuarenta acaudalados vecinos. Su
hábitat es el parking del edificio, del que no pueden salir bajo ningún
concepto y la única entrada al inmueble. La rutina de ambos sólo es interrumpida
cuando llega el camión con las provisiones, que cada vez se dilata más en el
tiempo y la posibilidad de que llegue un nuevo relevo. Quizás sea en el ámbito
del thriller psicológico donde tenga más posibilidades de ser encasillada. Una
de las razones, la más importante de todas, es que la historia esté narrada en
primera persona, como si de un diario se tratase y a través de su acontecer
diario somos testigos de la evolución mental de los personajes, de cómo son
capaces de retorcer cualquier anécdota, cualquier situación. Esto nos permite,
a su vez, ver como en un ambiente claustrofóbico como es ese sótano, el
entendimiento se escapa hasta la perversión. Hay dos momentos decisivos: el
primero cuanto todos los habitantes del inmueble, excepto uno, abandonan el
edificio. El segundo, cuando llega el relevo que previamente la organización
les había comunicado. Es entonces cuando el aislamiento y la falta de
información les pasa factura y la paranoia y el miedo les llevan al límite de
su resistencia, aflorando todos sus miedos largamente reprimidos.
Como os decía, Harry y
Michel son dos vigilantes jurados, siendo el segundo quien, en primera persona,
nos irá contando a lo largo de ciento ochenta y cinco capítulos las vicisitudes
cotidianas que se les presentan a lo largo de los días y durante meses en su
trabajo, porque, encerrados ambos en el sótano de un lujoso edificio, su vida
se resume única y exclusivamente en las tareas que la organización para la que
trabajan les ha encomendado: la vigilancia integral del parking en el que
pasarán, no se sabe cuánto tiempo, aislados del mundo y teniéndose ambos con
única compañía.
El trato que han de
mantener con los inquilinos del inmueble es frío y distante, hasta el punto que
la relación con ellos se limita a un saludo en el caso de que estos accedan al
parking a recoger sus vehículos o una simple mueca en muchos de los casos. Es
más, tienen prohibido hablar con cualquier persona, por lo que la sensación de
aislamiento es más que obvia y da lugar a que especulen continuamente. De todo
y por todo.
Las identidades de ambos
están muy bien definidas: Michel es detallista, escrupuloso y concienzudo en su
trabajo. Harry es todo lo contrario: irreflexivo, vehemente y, en ocasiones,
incluso violento. Son la cara y la cruz de dos personalidades que se nos
muestran en toda su amplitud. Una de las cosas más curiosas de la relación que
mantienen es que estando y sintiéndose solos ante las circunstancias, ambos
tienen establecida una jerárquica, siendo bastante evidente que Michel tiene un
rango inferior en base al momento en que empezaron a prestar servicios en el
edificio en el que trabajan. Se ve en detalles tales como que él es el
encargado de hacer la colada de ambos en un triste lavabo, hacer el recuento de
municiones o que teniendo únicamente una silla y un taburete, cuando ambos
hacen guardia siempre es Harry quien utiliza la silla dejando la otra pieza
para Michel. Nunca se plantean turnarse en labores que vayan más allá de las
rondas que hacen a diario y la guardia ante la puerta de la pequeña habitación
en la que duermen por turnos durante cinco horas al día.
CONCLUSIONES:
El vigilante es una novela muy original, no sólo en su
planteamiento, sino por los temas que aborda. Obviamente, no creo que deje
indiferente a nadie, porque a lo largo de sus páginas hace, o al menos conmigo
lo ha conseguido, que me replantease muchas cosas; es más, hay momentos en que ha
conseguido sacarme de quicio y obligado a hacer más de una parada para tomar un
respiro y decirme a mi misma que sólo era una novela, porque llegas a
involucrarte en la historia. Creo que eso es más que suficiente para
recomendarla, aunque reconozco también que no puede gustarle a todo el mundo
precisamente por ser tan desconcertante.
Es la primera reseña que leo de la novela, la buscaré =)
ResponderEliminarBesotes
No me había fijado en ella demasiado pero por lo que cuentas parece una lectura interesante y además me gustan los libros que hacen que te impliques en la historia
ResponderEliminarBesos
No le había prestado mucha atención. Pero leyendo tu reseña,creo que tiene que estar muy bien escrita para conseguir implicar al lector de ese modo.
ResponderEliminarGracias por tus impresiones.
No me sonaba de nada este libro. Y tu reseña me ha dejado con ganas de disfrutar de esta historia. La apunto.
ResponderEliminarBesotes!!!
Leí en su día una reseña y me gustó, creo que es una historia bastante original y que puede hacerte reflexionar sobre las situaciones que pueden llevar al ser humano a momentos extremos.
ResponderEliminarEstoy deseando hacerme con él y disfrutarlo!
ResponderEliminarMuchas gracias por tu reseña.
Besos
Me lo apunto , tiene una pinta estupenda y no había escuchado hablar de su autor. Un saludo
ResponderEliminarTiene que estar muy bien!:)
ResponderEliminarNo la conozco pero la verdad es que me resulta interesante, me la apunto!
ResponderEliminarUn beso
Pues no lo conocia pero pinta genial. Lo apunto.
ResponderEliminarUn beso!
No me importaría leerlo!
ResponderEliminarBesos.
Otro libro mas que no conocia no creo que le haga asos si me lo cruzo por el camino
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