DATOS PRÁCTICOS:
Título: LA SONATA DEL SILENCIO
Autora: Paloma Sánchez-Garnica
Editorial: Planeta
ISBN: 978-84-08-12705-5
Páginas: 896
Colección: Autores Españoles e
Iberoamericanos
Presentación: Tapa dura con sobrecubierta
Cuando en junio de 2012
leí Las tres heridas, de Paloma
Sánchez-Garnica, comprendí que era una escritora a la que debía seguir, pues me
encantó aquella historia que transcurría a partir del día en que se produjo el
Alzamiento Militar que dio origen a la Guerra Civil. Me gustó todo de la
novela, la trama principal y la secundaria (la obra transcurre en dos momentos
históricos distintos, alternando pasado y presente), el trasfondo, los
personajes, las descripciones y la multitud de anécdotas que en ella se
narraban. Tuve claro que el éxito que alcanzó la novela no iba a ser flor de un
día y que la autora se convertiría en alguien a quien leer en el futuro. Por
ello, cuando me enteré que salía al mercado un nuevo libro de Paloma
Sánchez-Garnica, me faltó tiempo para conseguirlo y hoy es el día en que quiero
hablaros de lo que su lectura me ha supuesto.
LA AUTORA:
Paloma
Sánchez-Garnica (Madrid, 1962),
licenciada en Derecho y en Historia, en la actualidad se dedica a escribir.
Llegó a este mundo por casualidad, como ella misma afirma, pero lo ha hecho con
paso firme y, hasta el momento, son cinco las novelas que ha publicado:
- El Gran Arcano, en 2006, con Plaza & Janés.
- La brisa de Oriente, en 2009, con Plaza
& Janés.
- El alma de las piedras, en 2010, con
Espasa
- Las tres heridas, en 2012, con Planeta
- La sonata del silencio, en 2014, con Planeta.
ARGUMENTO:
Cuando Marta
Ribas y Antonio Montejano se casaron, lo tenían todo en su mano para ser felices,
pero la guerra y un mal entendido sentido de amistad por parte de él trastocaron
sus sueños e ilusiones y, por tanto, sus vidas. Él era médico, ella ansiaba
convertirse en pianista profesional, pero los derroteros de la vida les
llevaron a renunciar a sus anhelos más profundos. También a su status social,
convirtiéndose en pobres de solemnidad de la noche a la mañana a raíz de una
acusación de homicidio que Antonio no había cometido, pero por el que fue a la
cárcel, de la que salió por la ayuda prestada por sus amigos. Por ello, cuando
Antonio enferma y tiene que ser hospitalizado, Marta se ve sin ingresos de
ningún tipo y comienza a trabajar como asistente personal de una mujer de
negocios italiana, muy rica, que se hospeda en el Hotel Palace, gracias a la
intermediación de Don Próculo, un sacerdote amigo de la familia. Pero eso no le
vale al vencindario en el que vive ni a los que se consideran sus amigos, que
no dudan en cuestionar su trabajo y actitud. Tampoco su marido lo acepta y la
obliga a abandonar su actividad a pesar de que gracias a ella pueden saldar
todas sus deudas y vivir dignamente.
Pero esto
sólo será la punta del iciberg de una historia que transcurre durante la
postguerra y una intrahistoria en la que la indigencia y la abundancia se dan
la mano y en la que podemos ser testigos del los ambientes más populares del
momento o el carácter típico de los madrileños de la época en diferentes
entornos.
IMPRESIONES:
Normalmente el título de una novela –aparte de su
argumento- es el mejor de los reclamos y, en este caso, es todo un acierto, porque
el alma de la historia queda resumida en esas cuatro palabras. No obstante, no
es sólo la música uno de los ingredientes básicos de la misma, así que intentaré
explicar por qué a mí me lo ha parecido. Efectivamente, a lo largo de las
páginas nos encontraremos con que un músico de renombre internacional compone una
pieza musical en honor a la protagonista cuyo título es el mismo. Por otro
lado, el título me ha parecido una analogía del devenir de la existencia de
Marta y su hija Elena, ya que una sonata es, a fin de cuentas, una composición
para uno o dos instrumentos que se estructura en tres o cuatro tiempos.
Obviamente, los instrumentos serían ellas y los tiempos los momentos que van
determinando su evolución personal. El silencio vendría de serie, porque en
ambos casos, tanto madre como hija se guardan demasiada información vital para
ellas, que de haberla comentado en el momento adecuado, no hubiese dado lugar a
un mutismo envenenado que sólo beneficia a otros.
La acción se
desarrolla en el Madrid de 1946, aunque no puede decirse que se trate de una narración
lineal al uso, ya que a medida que vamos avanzando en la trama, se nos remitirá
al pasado para que podamos entender la realidad y el por qué de muchas
circunstancias. Por ello, nada mejor para entender un poco esta historia, que
hacer un breve bosquejo de los personajes, dado que son la base sobre la que se
asienta esta interesante historia:
- Antonio Montejano: Esposo de Marta y médico, aunque abandonó
su profesión al poco tiempo de iniciarla tras un accidente de automóvil que
segó la vida de su padre y de cuatro de sus hermanos. Tuvo que hacerse cargo de
la tienda de antigüedades que regentaba en la calle Alcalá. Pero el negocio se
vino abajo como consecuencia de la guerra, ya que un bombardeo asoló el local
por completo junto con el material que en él almacenaba. Tiempo después, una
vez terminada la contienda, fue inculpado de un asesinato que no cometió, por
lo que entró en prisión, saliendo en poco tiempo gracias a la colaboración de
sus amigos. Pero le resultó imposible encontrar empleo, ya que los
expresidiarios difícilmente pueden librarse de esa marca imborrable que les acompañan de por vida, por
lo que no le quedó otra que trabajar para su amigo Carlos en su notaría, por un
sueldo ridículo que apenas da para pagar el alquiler de la casa en la que vive
junto a su familia y sin seguro médico.
- Marta Ribas: Es la abnegada esposa de Antonio
y la protagonista indiscutible de la novela, ya que toda la trama gira en torno
a ella. Hija de diplomáticos, su educación fue muy esmerada hasta el punto de
dominar varios idiomas. De joven quiso convertirse en pianista profesional,
pero la guerra y la concatenación de distintos errores cometidos por su esposo frustraron
sus sueños. Aunque se casaron muy enamorados, el carácter de su esposo a lo
largo de los años hizo mella en sus sentimientos y a pesar del rencor acumulado
por las situaciones que tuvo que torear, la sumisión parece formar parte de su
ADN. Cuando su marido enferma y se encuentra sin ingresos, encuentra un trabajo
en el que además de sentirse realizada y feliz, le permite llevar una vida
digna, pero que acaba abandonando ante la insistencia de su esposo.
- Elena Montejano: Hija única de Antonio y Marta, es
una joven humilde y esencialmente buena. Su respeto a la autoridad paterna se
hace más que evidente cuando acepta un matrimonio apañado entre su padre y un
vecino del inmueble en el que viven, machista hasta la médula, que la llevará
por el camino de la amargura desde el primer día, aún estando enamorada de un músico
callejero.
- Rafael Figueroa: Amigo íntimo de Antonio desde la
infancia. Nacieron el mismo año y vivieron siempre en el mismo edificio. Casado
con Virtudes, ejerce como Notario. Su oficina se encuentra en el piso que antes
de la guerra habitaban los Montejano. En el momento de iniciarse la acción,
tiene tres hijos: Virtuditas, Basilio y la benjamina Julia que se lleva tres
semanas con Elena Montenajo, su mejor amiga.
- Virtudes Molina: Esposa de Rafael, conoció a su
marido cuando este llegó a Betanzos para ocupar su primera plaza como notario.
Además de ser poco agraciada en lo físico, su carácter también deja mucho que
desear. Víbora y santurrona a partes iguales, no dudó en urdir una trama junto
con su madre para embaucar al notario y casarse con él.
- Basilio Figueroa: Único hijo varón del matrimonio Figueroa
Molina. Es un joven tarambana que aparentemente estudia Derecho para
posteriormente seguir la estela de su padre, pero que prefiere dilapidar su
tiempo y su dinero entregado a sus muchos vicios, a caballo entre la
prostitución y el consumo de cocaína. Éste último le llevará a convertirse en esbirro
de un “notable” mafioso de origen alemán
para poder costeárselo.
- Mauricio Canales: Vecino del inmueble, un personaje
sin escrúpulos que utiliza su cargo en la judicatura para su propio beneficio.
Viudo desde poco tiempo después de casarse, no tuvo reparos en agenciarse con
todo el patrimonio de su esposa y sus suegros. Durante un tiempo tiró los tejos
a la hija mayor de los Figueroa, para acabar casándose con Elena Montejano.
- Eutimio Granados: Oficial de la notaría de Rafael
Figueroa. Es un hombre taimado, interesado y aprovechado acostumbrado a hacer
el trabajo en la oficina de manera impecable y mucho mejor en la calle, donde se
encuentra como pez en el agua nadando en el submundo del estraperlo y los bajos
fondos.
- Don Próculo Calasancio: Amigo desde la infancia de
Antonio y Carlos, ya que eran compañeros del colegio, la amistad con el primero
se afianzó mucho más en la facultad, ya que ambos eligieron cursar la carrera
de medicina. Aún así, los tres fueron, sobre todo, amigos de correrías en su
juventud. Precisamente en una de ellas, Próculo se vió envuelto en una pelea
nocturna en la que dejó a su enemigo tirado en el suelo e inconsciente. A los
pocos días se enteró que había muerto esa misma noche, atropellado por un vehículo
y decidió abrazar la religión para purgar su desazón. De ese modo pasó a
convertirse en sacerdote y, por su condición, aglutina en su persona los
secretos más íntimos de las dos familias, aunque está obligado a guardar
silencio al haber sido formulados en el confesionario.
- Celia Baldomero: Estando recién casada, a los
pocos días de su boda su esposo, Benito Olmedo, murió, convirtiéndose en una
viuda prematura y sin ningún ingreso. Por eso, poco antes de quitarse el luto,
decidió convertir su casa de ocho
dormitorios, situada al principio del Paseo de Santa María de la Cabeza y por
lo tanto muy próxima a la estación de Atocha, en una pensión. Después de unos
años de relativa tranquilidad en lo económico, pues su clientela era
prácticamente fija, llegó la guerra y sus planes se desbarataron, ya que unido
a las carencias propias de la contienda espantó a sus huéspedes, por lo que el
negocio pasó a convertirse en una casa de citas, alquilando las habitaciones
por horas y evitándose, de este modo, las tres comidas que daba a sus clientes.
A través de ella conoceremos cómo funcionaba ese submundo y cómo se comportaba
su clientela.
Y, por
supuesto, también está la Música, a la que podemos considerar un
personaje más. No sólo está presente en el título como os decía al principio,
sino que lo está a lo largo de las páginas de este libro. De hecho, todos los
capítulos están titulados y, muchos de ellos, hacen referencia a distintas
piezas musicales de compositores consagrados. Lo sorprendente de todo es que la
autora, en los agradecimientos, nos comenta que aunque es capaz de alcanzar la
máxima emoción al escucharla, no se considera una entendida en este arte, por
lo que se ha servido de los conocimientos de Carmen Luque y Pedro Ramos,
pianistas o de Fernando Turina, Julio Alexis Muñoz, María José Zamora y algún
otro para entender mejor y de ese modo transmitirnos lo que sienten los músicos
a la hora de interpretar una pieza musical, ya que algunos de los personajes de
esta historia lo son.
Me ha
fascinado el modo en que Paloma Sánchez-Garnica retrata a la sociedad de la
época, de ese amargo trasfondo en el que no sólo las leyes, sino la mentalidad
de las gentes marginaba a las mujeres, empezando por ellas mismas y un
sometimiento enfermizo difícil de entender hoy en día. Esto se plasma en todos
los ámbitos: desde el laboral, al personal o penal. Cuando Marta Ribas empieza
a trabajar, su vecindario se permite cuestionarla y criticarla, hasta el punto
de organización una reunión para tratar el asunto en el domicilio de Rafael
Figueroa, a instancias de su esposa, como si estuviese cometiendo un crimen y
buscar entre todos ellos una solución, cuando lo único que pretende es vivir
con un mínimo de dignidad realizando un trabajo para el que está plenamente
capacitada, ya que se mantienen prácticamente de la caridad ofrecida
precisamente por su amigo Rafael Figueroa, amigo de la infancia de su marido.
Pero Antonio Montejano, su esposo, piensa lo mismo que los demás, hasta el
punto de que nada más abandonar el hospital en el que ha sido ingresado por una
neumonía, la obliga a abandonar esa fuente de ingresos a pesar de que él no
tiene medios ni salud para poder mantener a su familia. Tampoco tiene reparos
en que su hija trabaje y la exploten en una zapatería, de sol a sol, por dos
reales y entiende que su salario ha de ser más bajo que el de un hombre aunque
haga la misma tarea. Porque hay que mantener las apariencias por miedo al qué
dirán. Eso por no hablar de infidelidades o adulterios, ya que mientras los
hombres pueden cometerlos sin reparos, el que una mujer haga lo mismo implicaría
la asunción de un delito por el que podría ir a la cárcel con la simple
denuncia del esposo.
En el mismo
plano estaría el poder de la Iglesia sobre la ciudadanía, siempre ligada al
régimen con el que alcanzó una profunda complicidad y grandes privilegios. Se
erigió como la institución adecuada para educar y manipular a los cristianos.
Por ello, los ciudadanos estaban obligados a participar en todo tipo de actos
religiosos, como bodas, misas y procesiones. También adquirieron el control
tanto en la censura como en la educación. En la novela nos encontramos con un
personaje –el cura Don Próculo- que es un fiel exponente de todo ello y que por
medio del secreto de confesión es capaz de controlar sutilmente pero con
eficacia la vida de sus conocidos.
Las descripciones
en general son muy someras, pero me ha extrañado este extremo cuando de lugares
se trataba. Teniendo en cuenta que la acción transcurre en Madrid, me sorprende
que alguien que no conozca la ciudad sea capaz de reconocerla. Es más, los
escenarios siempre suelen ser prácticamente los mismos, habida cuenta que la
inmensa mayoría de personajes –tanto protagonistas como secundarios- viven en
el mismo edificio: una comunidad situada en el número 10 de la Plaza del Ángel.
Por poneros un ejemplo, son muchas las veces en que Marta Ribas o su hija salen
de su casa en dirección a la Plaza Santa Ana, para luego llegar a la calle
Atocha. Pues bien, la autora no nos contará nada acerca de estos sitios, ni un
solo detalle y eso que a efectos lúdicos, son unos de los espacios más
frecuentados a nivel turístico en la ciudad o una mínima mención a los
monumentos que nos podemos encontrar. Lo mismo puede decirse cuando acuden al
hotel Palace, situado en la Plaza de Cánovas del Castillo (conocida
popularmente como Plaza de Neptuno por el conjunto escultórico que se alza en
el centro de la misma) o la Iglesia de los Jerónimos, por poner algunos
ejemplos.
La prosa es
muy fluida, con un estilo elegante, aunque de ritmo lento. No obstante, ha habido
una serie de detalles que en ciertos momentos me han llegado a irritar como es el
uso repetitivo de ciertas palabras, como si no hubiese sinónimos suficientes
como para recurrir a ellos. Algún ejemplo de ellas sería zaquizamí, siempre
refiriéndose al domicilio de los Montejano, que si bien lo era, también se
podía referir a él como cuchitril o cuartucho, entre otras; otro ejemplo es la
palabra salaz, utilizada siempre en los mismos términos (y no será por palabras
equivalentes que se podrían usar). Y lo que más me molestaba es que era rara la
escena –mucho más si en ella aparecen hombres- en que estos estén fumando y
siempre, siempre, aparece la palabra “pinzar” bien para coger el cigarro entre
los dedos o llevárselo a la boca. Hubo momentos en que me la veía venir, os lo
aseguro.
CONCLUSIONES:
La sonata del silencio es una novela
entretenida y muy interesante, que retrata a la perfección un momento de
nuestra historia reciente y la sociedad de la época. Pero, sobre todo, es una
novela de personajes impecablemente perfilados, con sus luces y sus sombras y
esa sensación de espontaneidad que los hace imprevisibles, con toda la
humanidad que eso conlleva.
Deseando leerla, la autora se encuentra entre mis preferidas y lo que cuentas me abre el apetito,
ResponderEliminarbesucus
No he leído la reseña porque tengo el libro en la estantería y no quiero que me incluyas, vuelvo cuando lo lea y son 800 páginas de nada
ResponderEliminarHe visto su anuncio y su carátula en Facebook y me había llamado la atención el resumen. Veo que es una lectura de lo más recomendable, aunque el momento histórico en que se encuadra no es de mis favoritos.
ResponderEliminarMuchos besos.
También me convenció esta autora con Las tres heridas, así que este libro lo tengo más que fichadito. Parece que de nuevo nos ofrece otra gran novela, por lo que cuentas.
ResponderEliminarBesotes!!!
Después de leer Las tres heridas, la autora dejo el listón muy alto, espero y deseo que mis expectativas también se cumplan con esta novela. Muchas gracias por tu magnífica reseña. Besos
ResponderEliminarEste me llama mucho la atención,aunque quería empezar con el de Las tres heridas antes, besotes y gracias por la reseña.
ResponderEliminarTengo Las tres heridas en casa sin leer pero tu reseña me despierta las ganas de estrenarme con la autora. A ver si le hago un hueco y me gusta tanto que repito con esta novela.
ResponderEliminarBesos
Yo leí ambas , están perfiladas en un momento complicado , pero Paloma lo trasmite también que por encima de la época se vea , se sienta , se palpe las emociones y las condiciones según formas de pensar . Dibuja mejor a las mujeres y lo que aguantaban, las buenas y no tan buenas aunque a su manera tb sometidas. Y ese reflejo de someter del hombre , y cuando no pueden es como un doble juego , les gustan las mujeres con ideas pero bajo su yugo, ese machito español sometedor se le da muy bien. Perfila sutilmente muy bien a los personajes , es lo que mejor se le da , sus tramas no son complejas pero creo que se necesitaba una voz que sacara estos temas y como éramos y se vivía.
EliminarMuchas lectoras de la conjunta acabábamos muy crispadas por actitudes, pero por otra veíamos que son parte de la vida real de mucha gente en este país .
Me apetece mucho leerla, a ver si me hago con ella
ResponderEliminarTiene una pinta muy buena, me gustan los personajes y que la música tenga tanta importancia. Lo que comentas de la falta de descripciones de lugares que se resuelven nombrando las calles es lo que menos me gusta, si no conoces la ciudad no sirven de nada. De todas formas me lo apunto.
ResponderEliminarBesos
Me lo llevo apuntado.
ResponderEliminarTengo pendiente Las tres heridas =)
Besotes
Estaba deseando leer una reseña de este libro que me llamaba tanto la atención, un beso
ResponderEliminarTengo todavía pendiente el anterior de la autora, pero este también me lo anoto, me gustan las novelas de personajes
ResponderEliminarbesos
Paso de puntillas que lo quiero leer pronto.
ResponderEliminarBesos.
Nohabía caído en lo de las descripciones. ¿Tal vez porque ese ha sido mi barrio hasta que me casé y reconocía cada lugar sin necesidad de que me lo contaran? Me ha gustado mucho esta novela, mejor que la anterior (Las tres heridas)
ResponderEliminarNo me importaría leerla aunque me parece mucho más atractiva la sinopsis de 'Las tres heridas'. Una pena lo de las palabras repetitivas, parece más una manía de la autora que otra cosa.
ResponderEliminarBesos.
Me gustó mucho "Las tres heridas" y me apetecía también leer este libro, pero la verdad es que frena un poco su extensión. Tendré que animarme.Un beso
ResponderEliminarMe gustó mucho otra novela que leí de la autora, así que le estoy siguiendo la pista a ésta, que está dejando buenas impresiones. 1beso!
ResponderEliminarNo he leído nada de ella. Buscaré alguna opinión más antes de aventurarme.
ResponderEliminarUn saludo.
Fíjate que no he leído nada de esta autora pero la conocí personalmente en una charla. Me pareció muy normal, nada diva, capaz de ir a una charla sin cobrar nada en un centro cultural de las afueras, con pocas personas. Muy natural, sin nada especialmente preparado, se habló como en un grupo de amigos. Una recomendación suya: hay tanto para leer que es preferible leer a autores españoles que extranjeros para que las traducciones no desvirtúen lo escrito en origen. Saludos.
ResponderEliminarMe ha llamado bastante la atención el libro después de tu reseña, proque hasta ahora mucha atención no le había prestado. Lo anoto por ahí para tenerlo en cuenta.
ResponderEliminarBesotes
El otro día estuve en la presentación que hizo la autora en el conservatorio de Móstoles, y me quedé con unas ganas tremendas de leer la novela.
ResponderEliminarUn beso!
Mira, inicialmente no se me hubiera ocurrido leerla, pero a medida que avanzaba en tu reseña me ha ido pareciendo más y más interesante! la pongo en mi whistlist!
ResponderEliminarYo ya la he empezado y me está gustando.También me encantó "Las tres heridas"
ResponderEliminaryo lo he empezado tambien y me esta encantando
ResponderEliminarSé que esta reseña ya tiene algún tiempo. Yo hace un par de días que la terminé y aún se me peno la piel de gallina cuando pienso en Marta, en su vida, en Elena. Creo que es de esas historias que forman a pasar parte de nuestra alma.
ResponderEliminarun beso
Hacia tiempo , que no me iba con un libro a todas partes, me ha gustado tanto que ya tengo preparados todos los libros de esta autora. Acabo de empezar Las tres heridas y ya estoy enganchada.
ResponderEliminarNo conocía a esta escritora pero este verano una amiga me dejó Las tres heridas. Lo devoré y hacía mucho tiempo que no pasaba algo así con un libro. Así que de vuelta a casa compré La sonata del silencio y me está pasando exactamente lo mismo. Me encanta, no puedo dejar de leerlo...
ResponderEliminaren pocos días me he leído la sonata del silencio y las tres heridas. Buenísimas las dos, no podía dejar de leer. Me ha cautivado tanto que estoy esperando a que mañanaa abran las librerías y poder comprarme otro libro de ella.
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