DATOS PRÁCTICOS:
Título: EL SUEÑO DE LOS FARAONES
Autor: Nacho Ares
Editorial: Grijalbo
ISBN: 978-84-253-5142-6
Páginas: 459
Presentación: Tapa blanda con solapas
Si hay un escenario
literario por antonomasia, por la gran cantidad de novelas publicadas cuya
trama transcurre en sus rincones más emblemáticos, ese es el antiguo Egipto.
¿Quién se puede resistir a un buen libro en el que faraones, pirámides o
sacerdotes nos acercan a un contexto cargado de misterio, aventuras y
descubrimientos? Bueno, también estarían las de arqueólogos en busca de
insondables tesoros rodeados de misterio que, si además son egiptólogos, más
razón para pasar unas cuantas horas con un libro entre las manos ¿verdad?
Pues eso es lo que pensé
cuanto tuve ante mí la última novela de Nacho Ares y os aseguro que si os
gustan las novelas que transcurren a ambos márgenes del Nilo y que mezclan
géneros como el histórico y el thriller, no debéis dejar de leerla. Ahora os
explico las razones:
EL AUTOR:
Nacho Ares (León, 1970). Licenciado en
Historia Antigua por la Universidad de Valladolid, también posee el Certificado
en Egiptología en el KNH de la University of Manchester. Ha pasado gran parte
de su vida a la investigación y divulgación de los enigmas que rodean al antiguo
Egipto.
Ha publicado
dieciséis libros, donde uno decena de ellos están dedicados a la cultura egipcia:
- Egipto el
oculto, 1998
- Egipto
insólito, 1999
- El Valle de
las Momias de Oro, 2000
- El guardián
de las pirámides, 2001
- Un viaje
iniciático por los templos sagrados del Antiguo Egipto, 2001
-
Tutankhamón, el último hijo del Sol, 2002
- Egipto:
Hechos y objetos inexplicables del Egipto Faraónico, 2002
- La historia
perdida, 2003
- La historia
perdida II, 2003
- El enigma
de la Gran Pirámide, 2004
- Éboli.
Secretos de la vida de Ana de Mendoza, 2005
- Egipto Tierra
de dioses, 2006
- Arqueología
de los dioses, 2007
- El retrato,
2009
- La tumba
perdida, 2012
- El sueño de
los faraones, 2014
También ha
sido traductor y corrector de numerosos libros del inglés, además de dirigir
durante una década la Revista de Arqueología, todo un referente en este campo. Ha
publicado más de trescientos artículos en diferentes revistas especializadas y
ha colaborado en diversos medios radiofónicos (SER Historia, de la Cadena Ser o
Milenio 3) así como Cuarto Milenio en televisión, donde es reportero.
ARGUMENTO:
Año 969 antes de nuestra era. Kemet, el antiguo Egipto, sufre
un momento muy crispado. La hambruna se ha propagado por todos los rincones del
país y los ladrones de tumbas saquean por doquier en la ribera occidental de la
capital tibana. Pinedjem II, sumo sacerdote de Amón, se encuentra amedrantado
por el descanso eterno de sus antepasados y por el suyo propio, ya que intuye
que su último suspiro está cercano y encarga a Ahmose, primer escriba de la
Necrópolis de Millones de Años y a Takelot que encuentren y capturen a los
ladrones y darles su merecido. Pero no es nada fácil, porque los robos se
practican en tumbas de las que el pueblo no tiene conocimiento, por lo que la
información sobre su ubicación sólo puede salir del Templo de Amón en Karnak, lo
que implica que la corrupción se ha instalado en el Templo y que hay que buscar
un nuevo alojamiento mortuorio tanto para él como para los miembros de su
dinastía. Será Takelot quien encuentre el sitio ideal: un pozo oculto en una
hondonada en uno de los extremos de Deir-el-Bahari, detrás de la colina de
Gurna que miles de años después descubrirá Ahmed Abderrasul.
Visión aérea de una reconstrucción del complejo de Karnak
Febrero de 1874. Ahmed Abderrasul, junto con su
hermano Mohamed y el amigo de ambos, Kamal, regresan a casa tras una jornada de
pastoreo, cuando reparan en que les falta una cabra. No les queda más remedio que
buscarla, a pesar de que la noche se les está echando encima, pues la escasez
de alimentos está más que generalizada en todo el país y no pueden prescindir
de ningún animal, ya que son vitales para la subsistencia de la familia.
Enseguida descubren el pozo en el que ha caído y Ahmed decide bajar a por ella,
colgado de una soga con la ayuda de Mohamed y Kamal.
Cuando consigue
hacer pie prende una antorcha y descubre que del fondo sale un pasadizo.
Escucha entonces un gemido suplicante y no duda en avanzar para recoger al animal
que no debe andar lejos, hasta dar con una cámara enorme donde se apilan
montones de papiros, estatuillas, ataúdes y toda clase de tesoros de un valor
incalculable. Enseguida comprende que debe guardar secreto sobre lo que acaba
de descubrir para después ir vendiendo las piezas poco a poco en el mercado
negro, so pena de que en la aldea se enteren y la noticia llegue a oídos de los
efendis del gobierno. Por ello, coge a la cabra y desanda el camino. Cuando
llega al inicio del pozo se ata la soga a la cintura y avisa a los de arriba
para que le suban.
Diciembre de 1880. Émile Brugsch, utilizando el
sobrenombre de Kurt Marek, llega a Luxor (antigua Tebas) y se hospeda en el
hotel más famoso y refinado de la ciudad, tras la reunión mantenida con su jefe
y el resto de sus hombres de confianza para investigar la razón de la aparición
de numerosas antigüedades en el mercado negro y que según todos los indicios
pertenecen a la dinastía XXI. Se trata de distintas piezas: papiros, ushebtis,
etc., de extraordinaria calidad. Visita la tienda de Antoun Wardi, un reputado
anticuario de origen libanés y allí adquiere un ushebti de indudable belleza
que perteneció a la reina Henut-taui, esposa de Pinedjem I, lo que confirma sus
sospechas.
IMPRESIONES:
En El sueño de los
faraones nos encontramos con una historia donde el suspense está asegurado
y en la que confluyen los misterios del antiguo Egipto y uno de los hallazgos
arqueológicos más impresionantes del siglo XIX, tras el hallazgo del escondite
de momias reales de Deir-el-Bahari, un complejo funerario que se encuentra en
el margen occidental del Nilo, frente a la antigua Tebas (actual Luxor) en
Egipto. En este enclave, se encuentra el templo de la reina Hatshepsut
(dinastía XVIII), único en su género y el más impresionante de los levantados
en el valle.
La novela se divide en un breve prólogo de tan sólo siete
páginas que nos pone sobre aviso de la trama a desentrañar en los siguientes treinta
y un capítulos. Al final, en una Nota del Autor, que es mucho más que un
epílogo, Nacho Ares nos hace partícipes de los entresijos de la historia de la
que hemos sido testigos, pues todo lo que nos describe (hechos, lugares o
situaciones), incluido el descubrimiento del escondite de Deir el-Bahari, fueron
reales. Los personajes que nos iremos encontrando –salvo raras excepciones- también
existieron, así como las situaciones que se relatan. Quizás por ello, cuando
acabas de leer la última palabra, sientes la sensación de que has asistido a
una clase magistral, porque todo lo leído resulta todavía más emocionante.
Por ello, creo que es mejor que conozcamos primero a los principales
personajes, aunque no son están todos los que aparecen en la novela, sino los
que más relevancia tienen en la misma:
Primera
etapa: Año 969 a de JC.
-
Pinedjem II, Sumo sacerdote de Amón y jefe del ejército. Cuando comienza
la trama es un anciano ya vencido y sin grandes ambiciones, en las postrimerías
de su vida que sólo pretende acabar con los saqueos de las tumbas reales, para
asegurarse como contrapartida su paso al reino de Osiris.
-
Ahmose, primer escriba de la necrópolis tebana, a sus cincuenta
años puede decirse que su vida siempre ha estado ligada al servicio de los
escribas, desde que inició sus estudios en la Casa de la Vida del templo.
- Takelot,
segundo escriba de la necrópolis, que ayuda a Ahmose en la investigación
ordenada por el sumo sacerdote de Amón. De origen libio, apenas cuenta con
veinticinco años.
Segunda
etapa: Finales de 1880 y 1881.
-
Kurt Marek: Alias utilizado por Émile Brugsch, colaborador del director del
Servicio de Antigüedades (Gaston Maspero)
en El Cairo para pasar desapercibido en la investigación emprendida para
localizar unas antigüedades que están surgiendo en el mercado negro de Luxor
correspondientes al período de la dinastía XXI. Apenas roza la cuarentena y además
de fotógrafo es un estudioso de la egiptología. De origen alemán, es soltero
además de elegante y con fama de zalamero.
-
Charles Edwin Wilbour: De origen norteamericano, es un
adinerado expolítico y hombre de negocios que abandonó sus actividades en Nueva
York para dedicarse al mundo de la egiptología. Cuando Kurt Marek empieza a
levantar sospechas por sus indagaciones, él le sustituye.
- Antoun
Wardi: De origen libanés (nació en Beirut) posee una tienda de
antigüedades en Luxor y es todo un referente por la calidad de sus artículos.
Toda su vida la ha dedicado a traficar con este tipo de piezas, por lo que
tiene contactos a nivel internacional.
-
Mariam Gergess: Trabaja como dependienta en la tienda de Antoun Wardi. De
cabello oscuro, no lo lleva cubierto porque profesa la religión copta
(cristiana egipcia) y apenas tiene poco más de veinte años.
Os comentaba al principio que en la narración confluyen los
misterios del antiguo Egipto y el descubrimiento del escondite de momias reales
de Deir-el-Bahari (la tumba DB320). Esto es posible porque el autor juega con dos
líneas temporales (la primera transcurre
durante el año 969 antes de nuestra era, siendo sumo sacerdote de Tebas
Pinedjem II; la segunda transcurre en 1881, cuando un grupo de egiptólogos que
trabajan para el Servicio de Antigüedades Egipcias deciden iniciar una investigación).
Con un ritmo muy dinámico y un estilo sencillo, te ves obligado a mantenerte
pegado a sus páginas, porque el interés va en aumento capítulo a capítulo,
página a página.
Los capítulos se van alternando y lo más curioso es que en
ambas etapas, separadas por tres milenios, el planteamiento es similar, así
como la situación desesperada de una población en la que el hambre y las
enfermedades están haciendo mella, puesto que en los dos casos se inicia una
investigación sobre objetos funerarios robados y puestos a la venta en el
mercado negro, claro que con diferentes motivaciones. En la primera etapa (año
969 antes de nuestra era) el sumo sacerdote, jefe del ejército y Visir de Amón, Pinedjem
II, siendo sabedor de que unos ladrones de tumbas están robando los objetos de
sus ancestros, encarga una investigación no sólo para capturarlos y someterlos
a escarnio público, sino para poner fin a la corrupción que se ha instalado en
el Templo de Karnak. La solución final parte por encontrar un escondite donde
dormir el sueño eterno sin temor a que los saqueadores se hagan con los objetos
indispensables que le han de ayudar a superar las distintas pruebas y así alcanzar
el reino de Osiris. En la segunda etapa, son los responsables del Servicio de
Antigüedades ubicado en el Museo Bulaq (Gaston Maspero, Émile Brugsch, Charles
Wilbour, Maxence Chalvet y Ahmed Kamal, el primer egiptólogo egipcio) quienes
pretenden proteger el patrimonio nacional, localizando a los ladrones de tumbas
y rastrear el origen de un flujo constante de tesoros hasta dar con la red
corrupta que los ampara, que actúa con total impunidad por pura y simple
codicia. Entre ellos, se encuentran Mustafa Aga Ayat y el anticuario Antoun
Wardi y la familia Abderrasul.
El sueño de los faraones es una novela
llena de intriga y misterio, basada en hechos reales, lo que supone un valor
añadido por el interés que es capaz de despertar. No por ello es menos amena, ya
que el autor sabe conjugar un estilo sencillo, pero eficaz con unas
descripciones precisas e insuperables en muchos momentos. El trabajo de
documentación es más que obvio, no en vano Nacho Ares es un gran investigador
especializado en egiptología, por lo que la ambientación es espectacular y
merece la pena recrearse entre sus páginas para, de la manera más placentera posible,
ser testigos de un fragmento de la historia del antiguo Egipto.