DATOS PRÁCTICOS:
Título: APACHES
Autor: Miguel Sáez Carral
Editorial: Planeta
ISBN: 978-84-08-12470-2
Páginas: 640
Colección: Autores Españoles e Iberoamericanos
Presentación: Rústica con solapas
Hace unos días comentaba
con otra bloguera que últimamente me estoy volviendo muy selectiva con las
lecturas. Esto no significa que lo que elija sea mejor o peor que lo que lean
los demás, sino que por fin me he dado cuenta de que lo que soy capaz de leer
se puede cuantificar más o menos por meses o, a lo sumo, por años y sólo quiero
leer aquello que me tiente realmente, dejando de lado aquello que sea
susceptible de acumular polvo en la estantería y no pueda sacarlo adelante y teniendo
en cuenta que mes a mes siguen apareciendo caramelitos entre las novedades de
las editoriales y siempre hay libros que me resultan mucho más atractivos, la
bola de nieve entra en una espiral que me supera.
Por ello, cuando me
recomendaron esta novela, al no sonarme el nombre del autor –esta es su segunda
novela-, ni llamarme la atención el título (¡para historias indios estaba yo…!),
la desestimé sin más. Menos mal que me insistieron, e hicieron bien, ya que al
leerme el dossier de prensa comprendí que tenía todos los ingredientes que
suelo apreciar en una novela. Así que ahora estoy aquí, intentando explicar las
razones por las que creo que debéis leer este libro:
EL AUTOR:
De la solapa de la novela, he sacado la siguiente información:
Miguel Sáez Carral (Madrid, 1968). Licenciado en Periodismo
por la Universidad Complutense, inició su carrera como redactor de la
agencia Efe para trabajar después en otros medios de comunicación.
Abandona más tarde el periodismo para dedicarse a la creación de
guiones. Guionista de media docena de series de éxito, además ha sido jefe
de guion de Al salir de clase, responsable de la adaptación, jefe de guión y argumento de Sin tetas no hay paraíso y creador de Homicidios. Con su labor ha ganado todos los premios de su profesión, entre ellos el TP de Oro y el Ondas.
ARGUMENTO:
Tras el
infarto sufrido por el padre de Miguel, nada volverá a ser lo mismo en su
familia, aunque el detonante que desencadenó la espiral en la que se verán
sumidos comenzó dos años antes, tras la muerte de su madre.
Entonces su
padre, acostumbrado a proteger a los suyos de cualquier sufrimiento, cayó en
una profunda depresión y no pudo o no supo asumir el gobierno de su existencia,
tesitura que aprovecharon sus socios para estafarle. Y una vez que fue
consciente de ello, en vez de plantar cara a la situación explicándoles a sus
hijos la realidad en que se veía inmerso, se endeudó hasta las cejas pidiendo a
sus hijos mayores que le avalaran en los créditos que fue solicitando para
levantar un antiguo taller de joyería de su propiedad al que se aferró como una
tabla de salvación. Pero aquello no resultó y también sus colegas le dieron la
espalda. Por si fuera poco, los bancos empezaron a reclamar su parte y la
amenaza del embargo de casas y nóminas acechó a sus hijos.
Es entonces
cuando Miguel, abrumado, decide ayudar a su padre arriesgando su presente y su
futuro aunque le vaya la vida en ello. Regresa a su barrio y con la ayuda de su
amigo de la infancia, Sastre, determina reclamar lo que a su familia le
pertenece, entrando en una vorágine de robos y asaltos donde los obstáculos se
mezclarán con los sentimientos más profundos, haciendo peligrar todo lo que ha
conseguido cuando se enamora de Carol, su amor de adolescencia, que en la
actualidad es la amante del amo del barrio.
IMPRESIONES:
“Allí, en un bosque de pinos enormes, jugábamos a ser apaches. La causa de que en nuestros juegos eligiéramos ser apaches en lugar de vaqueros como el resto de los niños del mundo fue mi padre. Él sostenía que en las películas del Oeste, los vaqueros eran ladrones y asesinos que querían robarles sus tierras a los indios americanos. “Los indios eran los buenos”, decía mi padre.” (Página 36).
Posiblemente el título de esta novela llame la
atención a quienes vean el ejemplar por primera vez en los anaqueles de
cualquier librería, pues la foto de la portada, como podéis observar al
principio de esta reseña poco tengan que ver, ya que lo que se aprecia en
primer plano es una pareja, cogida de la mano, que camina con paso firma hacia
su destino. Quizás el subtítulo, más contundente, nos acerca más a la historia
que viviremos dentro de sus páginas: “Lucha por lo que importa cueste lo que
cueste”. Por ello he querido extractar un párrafo de la novela para que
entendáis por qué el protagonista y su amigo Sastre tienen tan claro el rumbo
que han de tomar sus vidas.
Y es que el
infarto del padre de Miguel marcará un antes y un después en la vida de toda la
familia, ya que a raíz de ese momento los hermanos descubrirán no sólo la
situación financiera de su progenitor, sino la estafa sufrida poco después de
la muerte de su madre. Será el momento en el que Miguel regrese a su barrio, localice
a sus antiguos amigos, a la niña de la que se enamoró en su adolescencia
convertida en toda una mujer y el aliento necesario prestado por Sastre que más
que un amigo incondicional es un hermano, para reclamar justicia, aunque esta
sea más bien poética, porque la otra rara vez entiende de lealtades y
traiciones que no se pueden argumentar como pruebas ante un juez. Y tendrá que
recurrir a la ley de la calle, la que le inoculó su padre desde su infancia con
su ejemplo.
Para ello, el autor nos remite a principios del año
94, momento en el que se sitúa la historia, aunque esta, para entender mejor
tanto al protagonista como al largo elenco de personajes que aparecen en la
narración, en ocasiones nos retrotrae a décadas anteriores, durante la infancia
y adolescencia de Miguel y Sastre. La acción se localiza en el madrileño barrio
de Tetuán y está narrada en primera persona. Y la concatenación de personajes,
localización y estilo narrativo dará origen a una novela redonda, por la habilidad
y destreza derrochada por Miguel Sáez a la hora de ejecutarla. Os explicaré las
razones:
Los
personajes:
Podríamos clasificar a los personajes que aparecen
en esta novela en dos grupos: por un lado, estaría la mayoría de ellos, que sin
ser ejemplares, son personas de carne y hueso, con sus filias y sus fobias y con
los que podríamos toparnos en la cola del supermercado. El mismo protagonista y
su familia pertenecerían a este grupo porque hasta que la desgracia se cebó con
ellos, trabajaba como periodista en una agencia de noticias, vivía con su novia
- abogada por más señas- y llevaba una vida normal y corriente. En el otro
grupo, estaría su amigo Sastre, quien junto con el Boris y el Dela se dedican a
asaltar camiones para luego malvender en el mercado negro el fruto de sus fechorías.
Por otro lado, encontraríamos al Chatarrero y sus secuaces, un advenedizo en el
barrio que a base de trapicheos ha conseguido hacerse un hueco y que pretende
hacerse con la voluntad de los vecinos. Pero todos y cada uno de ellos están
descritos con precisión, tanto en lo físico como en lo psicológico y somos
capaces de ponernos en sus zapatos porque a todos entendemos, incluso cuando algunos
de sus actos nos parezcan indecentes (es complicado justificar un atraco, por
ejemplo), entendemos las razones y vivimos con el alma en vilo cada vez que se
ponen el pasamontañas. Y entendemos y nos identificamos con el padre de Miguel,
o con sus hermanas y su exnovia, la ansiedad que hace mella en sus relaciones sabiendo
en lo que se ha convertido. O las razones que llevaron a Sastre a caminar por
el lado peligroso de la vida, ya que no todos tienen la oportunidad de cambiar
su destino.
El
barrio de Tetuán:
Tetuán es una almendra situada junto al distrito
financiero de Madrid. Sus límites están perfectamente delimitados: Cuatro
Caminos, con la popular calle de Bravo Murillo que forma parte de él; la Avda.
Pablo Iglesias, el Paseo de la Dirección y el de la Castellana. La gente que lo
habita es de clase media-baja, obreros de la construcción en su mayoría, herederos
de aquellos que un siglo antes se asentaron como consecuencia de la
inmigración. Pero el barrio que Miguel nos presenta no es aquel, del mismo modo
que el Madrid de aquella época no es el de la década de los noventa. Aún así,
todavía quedan vestigios de aquellas épocas en el aspecto meramente
arquitectónico: aquellas casas de fachadas rudimentarias que denominaron
baratas, con un acentuado carácter rural, de una planta y con patio o jardín o
de dos plantas que utilizaban la baja para un comercio o pequeño negocio.
Pero si hay algo que caracteriza a un barrio, eso
son sus habitantes y los de Tetuán se conocen en su gran mayoría, como nosotros
lo vamos haciendo a medida que pasamos páginas, gracias a la pericia del autor.
Ellos saben a lo que se dedica cada uno, el grado de honradez de cada miembro
de una familia, sus vicios y sus virtudes y se ayudan entre ellos cuando lo
pasan mal –es la ley del barrio, casi un dogma de fe- y lo que tienen que
callar cuando la pasma pregunta. Aunque todo eso está cambiando, fruto de la
especulación y la codicia, y la solidaridad empieza a resquebrajarse, por lo
que hay que ponerle remedio y Miguel y Sastre lo intentarán al menos, porque
son apaches.
Estilo:
Más de una vez he comentado que si me dan a elegir,
prefiero las novelas escritas en tercera
persona antes que en primera, pero obvio es que esta novela sólo podía
escribirse de la segunda manera para poder sacarle en mayor interés posible a
la historia de cara al lector. Es verdad que cuando empecé a leer las primeras
páginas la primera duda que me vino a la cabeza fue la de ¿pero esto es verdad?
¿realmente está basada en hechos reales? Todo eso independientemente de que
real o ficticio me daría lo mismo porque la novela, como ejercicio de
entretenimiento, no puede ser más contundente. Pero es que desde las primeras
páginas la sensación de empatía con el protagonista es inmediata, el autor
genera un clima de intimidad tal con Miguel que resulta sorprendente, que nada
tiene que ver con que su personalidad sea lo suficientemente atractiva como
para encandilarte, sino que comprendes sus motivaciones, sus impulsos, su
impotencia y todos los sentimientos que en él se originan como propios. Como no
podía ser de otra manera, siendo el autor un guionista de series de televisión
consolidado y con muchos premios en su haber, la novela es muy cinematográfica,
puedes ver cada escena porque está minunciosamente descrita y si a eso le
añades un ritmo tan dinámico como un torrente, donde la acción no cesa ni un
momento, blanco y en botella.
Para
terminar, también tengo que decir que Apaches es una novela cruel e
implacable en muchos momentos, hasta el punto que agradeces el final de algunos
capítulos para hacer una pausa y meditar sobre lo que estás leyendo, pero
también hay momentos sublimes, porque dos son los temas trascendentales que se
abordan en esta historia, posiblemente con el mismo peso específico: el amor
(en todas sus vertientes) que da pie a entender el por qué de todo y la
venganza, que influye decisivamente en el personaje para hacerle que no pierda
el norte y sepa, en todo momento, la razón de su proceder.
REFLEXIONES AL MARGEN:
Como veo que
últimamente se está debatiendo continuamente el si una novela es negra o no en
virtud de su temática y que aunque algunos autores, por activa y por pasiva se
hayan pronunciado con respecto a su obra (caso de Víctor del Árbol o el mismo
Miguel Sáez como es el caso), negando la mayor, os daré mi propia opinión al
respecto: Aunque sí es criminal (se producen varios asesinatos), esta novela no
es negra si nos atenemos al concepto clásico nacido en Estados Unidos en la
segunda década del siglo pasado y que asumiendo que el espíritu primigenio en
el que se basaban sus tramas –el mundo del gansterismo y el crimen organizado-
ha ido evolucionando como la propia sociedad, inventando y sofisticándose las
nuevas fórmulas de corrupción (narcotráfico, trata de blancas, prostitución,
etc.). Porque, precisamente, ahí reside el matiz que define precisamente la
novela negra como tal: el ejercicio de la corrupción nacida de la necesidad del
enriquecimiento personal rápido y excesivo de los líderes del crimen organizado
corrompiendo a cuantos estamentos se crucen en su camino para que miren hacia
otro lado a cambio de dinero.
Esta novela, si
tuviese que poner un símil, sería un Puerto Hurraco castizo, donde lo único que
se persigue es la venganza. Al igual que los hermanos Izquierdo quisieron
vengar el incendio de su casa en el que pereció la madre de éstos, provocado
por los Cabanillas, Miguel intenta apropiarse de los bienes de los socios de su
padre hasta saldar el valor de lo estafado, que le llevaron a la ruina
aprovechándose de la depresión galopante en la que se encontraba tras la muerte
de su esposa. Y para ello, no había otra salida, ni otra fórmula que la ley de
la calle.
Si acaso, Apaches
es una novela de amor puro y duro en todas sus acepciones. No hubiese sido
posible si Miguel no quisiera a su padre como le quería; amor que es recíproco
porque para el padre su familia lo era todo en su vida. O el que sentía por sus
hermanas, o por su amigo Sastre, al que consideraba un hermano, aunque llevasen
años sin tratarse. Por no hablar de su relación con Carol, que hace tambalearse
todo aquello que ha conseguido en unos meses… En definitiva, el motor que
convierte a esta novela en lo que es y le otorga toda la credibilidad.
CONCLUSIONES:
Durante unos días he vivido en territorio apache y os puedo asegurar que
me va a costar salir de la reserva. Y pocas veces me ha dado tanta lástima el
ver que una novela se me escapaba de las manos, porque a medida que avanzaba en
la lectura vislumbraba, muy a mi pesar, que se me iba agotando la dicha de
disfrutar de una historia irrepetible. Como podéis comprender, eso sólo ocurre
con las buenas novelas, que podrán convertirse en bestsellers o no –sin duda Apaches tiene todos los ingredientes para
serlo-, pero de la que os puedo asegurar, sin temor a equivocarme, que formará
parte de escasa lista de inolvidables que guardo como oro en paño en mis
estanterías.
Se ve y se palpa cuánto te ha gustado la novela, yo sólo puedo decir, bien alto y claro cuánto me ha gustado tu reseña. Esta novela va a ser mi próxima lectura, sin ninguna duda.
ResponderEliminarBesos,
Mira que esta novela no me llamaba mucho al principio, pero estoy viendo tantas buenas reseñas que me está tentando. Y la tuya es pura tentación!
ResponderEliminarBesotes!!!
Muy buena la reseña. Me punto la novela, aunque a este paso no se como voy a leer todo lo que quiero...Besinos.
ResponderEliminarMenudo homenaje le has hecho. Esta tarde la tuve en la mano en la librería pero me pasó lo que dices la portada y el título no me dijeron mucho y la sinopsis tampoco es que fuera muy diferente, pero después de leer tu reseña no me queda otra que apuntarla, porque es difícil a veces encontrar estos libros tan redondos. Respecto a lo que dices al principio estoy de acuerdo, tenemos que elegir y cuesta entre tanta oferta y luego el tiempo es el que es.
ResponderEliminarBesos
Aún no he leído ninguna novela de este autor, pero tu reseña me ha entusiasmado tanto que en cuanto pueda me pasaré por la librería. También quiero agradecerte la explicación que nos brindas sobre la novela negra; este concepto no lo tenía muy claro después de oír opiniones enfrentadas que me habían confundido, pero ahora lo veo muy claro.
ResponderEliminarUn beso
Me ha encantado tu reseña,la novela ya la tenía apuntada por otra reseña,a ver si me hago pronto con ella,besotes
ResponderEliminar¿Un puerto Hurraco castizo??? Jo, me ha impresionado esta frase. No sé si leeré el libro, lo dejaré en la recámara de momento, pero es una reseña muy completa y llamativa. Enhorabuena!!
ResponderEliminarDesde luego te ha entusiasmado sin lugar a dudas. A mi me pasa muchas veces que dejo de lado una novela por no profundizar un poco más en su trama además de un título muchas veces poco atrayente y una portada desastrosa y como a ti más de una vez me sorprenden.
ResponderEliminarUn saludo.
Está en mi lista de deseos :D
ResponderEliminarplas, plas, plas, temenda reseña, como para dejar de lado este libro, te haré caso, yo también quiero entrar unos días en la reserva Apache, yo también quiero ser india... Porque no reseñas más a menudo? Sigo insistiendo aunque me digas pesada, que es un placer leer una opinión tuya
ResponderEliminarMe había llamado pero tampoco de una manera poderosa. Tu reseña hace que escale puestos y ahora me atraiga mucho más, así que te agradezco la opinión y te aseguro que has logrado convencerme de que es una lectura más que recomendable.
ResponderEliminarUn besito.
No me llamaba pero como todo el mundo la pone tan bien que habrá que tenerla en cuenta
ResponderEliminarOstras, Kayena, esta novela se me pasaba desapercibida hasta que leí una rueda de prensa con el autor y me quedé de piedra. No sabía que estaba basada en experiencias biográficas, en vivencias muy personales de su padre y de sus hermanas. Cuando sabes eso, se te ponen los pelos de punta y lees esta novela de una manera muy distinta. Y es que a veces la realidad supera a la ficción. Bss
ResponderEliminarHas hecho una reseña magnífica y convincente, pero últimamente me cuesta mucho apuntarme libros de este tipo. Supongo que esto irá por rachas, así que intentaré no olvidar este título. 1eso!
ResponderEliminarSé de antemano que esta va a ser una de las mejores novelas que lea en el 2014. Dura y entrañable al mismo tiempo. A mi me encantó
ResponderEliminarYa me la apunté después de ver la reseña de Pedro (búho) el otro día que casi nos reñia diciéndonos que "ya estábamos tardando si no la teníamos". Si Pedro ya me convenció, tu has terminado empujándome así que ya la tengo, así sólo necesito la voluntad y el hueco :)
ResponderEliminarExcelente reseña Kayena, por cierto que me ha sorprendido lo bien que conoces la historia de Puerto Hurraco ¿eres extremeña?
Bs.
Creo que has tomado una sabia decisión. yo estoy un poco en el mismo proceso de ir rechazando algunas lecturas.
ResponderEliminarY sobre Apaches, que decir, que publiqué el booktrailer y ya me enganchó, que leí la reseña de Pedro y más todavía y ahora la tuya.
Esta reseña será destacada en la actualización (11) de Cruce de Caminos Negro y Criminal.
ResponderEliminarSaludos
Guau pues me lo llevo directamente, que buena pinta. Esraré atenta a cuando se publique.
ResponderEliminarUn beso!
Hola^^
ResponderEliminarTiene buena pinta pero tengo tantos libros pendientes que por el momento no me lo voy a apuntar.
Me quedo por aquí, un beso(:
Vaya, vaya me gusta mucho.... Ya me la pasarás cuando nos veamos porque me ha encantado lo que cuentas en la reseña. Me la pido. Y tus conclusiones, brillantes, como no podía ser de otra manera.
ResponderEliminarUn besazo achuchado, reina.
Madre mía! No tiene desperdicio lo que cuentas. Bien, pues me la apunto. Abrazos.
ResponderEliminarMe está pasando justo como a ti. No me llamaba nada, pero por lo que voy viendo estoy dejando escapar una buena historia, así que acabaré leyéndola. Un besote!
ResponderEliminarTampoco me llama nada precisamente pero tiene una portada bonita y lo pintas excelente así que si lo veo por mi país puede que le eche un ojo:)
ResponderEliminarBesos!
Una bonita historia la tuya con esta novela, me alegro de que haya tenido un final feliz. Me parece bien eso que comentas de ser 'selectiva'. Creo que debería comenzar a planteármelo porque hay novelas en mi estantería que no sé, pasados unos meses de su llegada, qué hacen ahí.
ResponderEliminarBesos.
Tengo muchas ganas de leerlo, mi padre me insta a que lo lea cuanto antes, jeje, así que no creo que tarde mucho en hacerlo.
ResponderEliminarCuánto razón tienes en que hay que elegir con tiento las lecturas, mi lista cada vez crece más, y el tiempo es limitado.
Por eso cada vez quiero leer menos novedades, dejar pasar un tiempo y ver qué opinan los demás, para ver si realmente merece la pena.
Aunque de vez en cuando viene bien arriesgar, porque a veces descubres joyas que, de otra manera, no habrías conocido.
Un beso!
Que ganas de leer este libro, tanto las reseñas como el booktrailer me llama mucho la atención ;D
ResponderEliminarOtra reseña de este libro que me cautiva. Confieso que en principio no me llamaba mucho, pero ahora le tengo muchas ganas.
ResponderEliminarBesos