DATOS PRÁCTICOS:
Título: EL
TESTIGO INVISIBLE
Autora: Carmen Posadas
Editorial: Planeta
Colección: Autores Españoles e Iberoamericanos
ISBN: 978-84-08-08-03455-1
Páginas: 464
Presentación: Tapa
dura con sobrecubierta
Hace ya unos meses que leí esta novela, pero
por unas cosas y otras me ha resultado imposible reseñarla. Por eso ahora, cuando
acaba de cumplirse el 95 aniversario de la fecha en que la familia imperial
rusa fue asesinada ante unos sicarios de la Cheka, he considerado que ha
llegado el momento de dar mi opinión, ya que la historia merece la pena.
LA
AUTORA:
A estas alturas, intentar
descubrir quien es Carmen Posadas me parece un despropósito, por lo que he
preferido dejaros aquí lo que en su web oficial se destaca de su vida y de su
obra. Tiene varios formatos de biografía (corta, intermedia y larga) y he
preferido la última de ellas por ser la más completa:
Carmen Posadas nació en Montevideo en 1953, reside en Madrid desde 1965,
aunque pasó largas temporadas en Moscú, Buenos Aires y Londres, ciudad en la
que su padre desempeñó cargos diplomáticos.
La colección de relatos titulada Nada es lo que parece (1997) la consagró como autora de
éxito entre los lectores y críticos, distinción que ya había alcanzado con la
publicación, un año antes, de su primera novela, Cinco moscas azules (1996).
Ha escrito, además, cerca de veinte libros de literatura infantil, entre
ellos El señor viento Norte,
que obtuvo el Premio del Ministerio de Cultura al mejor libro infantil editado
en 1984, y es autora de una decena de ensayos y además de guiones para el cine
y la televisión.
En el año 1998 gano el premio planeta con la novela Pequeñas Infamias.
Su obra que ha sido traducida a veintitrés idiomas y se vende en más de cuarenta
países con gran éxito de público y ventas en muchos de ellos.
De Pequeñas Infamias el
New York Times comento que era: “una delicia que se derrite en la boca
sostenida sobre una ácida y sorprendentemente trama de misterio”. Mientras que
el Washington Post opinó que era “una novela que lo tiene todo, un decorado
elegante, una construcción espacio temporal perfecto, unos personajes
intrigantes y una escritura maravillosamente trabajada”.
En el año 2002 la revista Newsweek destaco a Carmen Posadas como una de
las autoras latinoamericanas más destacadas de su generación.
En el año 2004 publicó A la sombra de Lilith.
En abril del 2006 publica su novela Juego de niños y en el año 2007 publica Literatura, Adulterio y una Visa Platino.
En febrero de 2008 publica, junto a su hermano Gervasio Posadas, Hoy caviar, mañana sardinas.
En Mayo de 2008 publica Deseos de mujer junto a Maríangeles Fernández, Clara Obligado y Pilar Rodríguez.
En Septiembre de 2008 publica La cinta roja.
En Octubre de 2010 publica Invitación a un asesinato.
Todas ellas han sido recibidas con igual éxito de critica y público que las anteriores.
Su última obra, El testigo invisible, se publicó el 22 de enero de 2013.
ARGUMENTO:
La noche del 17 de julio de 1918 Leonid Sednev tenía tan sólo quince
años. Era sirviente de la familia imperial rusa para la que comenzó a trabajar
siendo apenas un niño como deshollinador, pasando después a convertirse en
pinche de cocina. Y quiso la suerte que se convirtiese en el único
superviviente de aquella matanza. Su curiosidad le convirtió en testigo
invisible de lo que allí ocurrió.
En la actualidad es un nonagenario, postrado en la cama de una clínica
de Montevideo esperando a la Parca, mientras ultima a duras penas el relato de
su experiencia al lado de los zares y sus hijos.
IMPRESIONES:
Más de una vez he comentado en
este blog lo mucho que me gusta la novela histórica, pero si además, como en
este caso, a un periodo ciertamente interesante se le une el que los
protagonistas sean tan atractivos como los que esta historia refleja,
imaginaros las ganas con las que cogí el libro. Porque otra cosa no será, pero
la familia Romanov posee por sí misma todo el encanto que una buena lectura
requiere. Han sido mares de tinta los que se han vertido en todo tipo de
publicaciones, históricas o de ficción, y todavía hay quien se cuestiona si
realmente murieron todos los integrantes de la familia aquel aciago 17 de julio
de 1918 y mira que Rasputín lo tenía claro:
“Sé que partiré antes del 1 de enero. Si muero a manos de mis hermanos los campesinos rusos, nada habréis de temer, y vuestro linaje reinará por cuatrocientos años. Pero si son vuestros parientes ricos quienes procuran mi muerte, ni vosotros ni ninguno de vuestros cinco hijos me sobrevivirá más de dos años. Moriréis a manos del pueblo de Rusia. Ya no estoy entre los vivos, me matarán en breve, pero mi muerte se replicará en la vuestra como los círculos concéntricos que produce una piedra al caer en las aguas de un estanque”.
Carta de Rasputín a Nicolás IIPocos días antes de su muerte
El testigo invisible es Leonid Sednev quien a sus noventa y un años se
encuentra hospitalizado en una clínica de Montevideo,- lugar al que, como
muchos otros rusos, decidió exiliarse tras la tragedia de Ekaterimburgo-.
Leonid nos relata sus vivencias junto a la familia imperial rusa en dos
tiempos: presente y pasado (a través de retrospecciones) como si de una confesión
se tratase y de ese modo nos enteramos que comenzó a trabajar cuando siendo tan
sólo un niño pasó a formar parte de la extensa nómina de sirvientes del palacio
Pávlovsk. Y lo hizo como deshollinador –o water baby, como eran llamados en la
corte-, dado que su cuerpo todavía era lo suficientemente menudo como para poder
introducirse en los conductos de las estufas y así poder limpiar los rescoldos.
A través de las ranuras de estos aparatos presenciará y escuchará las
conversaciones que la familia imperial mantiene en la intimidad, amparado por
ese manto de invisibilidad que rodea a la servidumbre. También contemplará
fascinado las clases de las grandes duquesas, se enamorará platónicamente de
una de ellas y entablará amistad con Iuri, un enano que a pesar de los años
siempre podrá desarrollar su trabajo como water baby por su corta estatura.
Juntos pasearán por el reino vedado de OTMA (las habitaciones privadas de las
hijas de los zares, cuyas iniciales responden a las iniciales de sus nombres:
Olga, Tatiana, María y Anastasia) y serán testigos de la primera crisis grave
de hemofilia del pequeño zarevich, que dará lugar a la estrecha relación entre
la zarina y Rasputín, un visionario que será capaz de aliviar la tortura que
sufre el niño como consecuencia de la hemofilia.
Pero entonces eran tiempos de bonanza para la familia real rusa que,
poco a poco, verá como primero la guerra y después la revolución cambiarán sus
vidas y dará lugar al comienzo del periplo más amargo de su existencia. Es
verdad que la concatenación de desatinos de la zarina -que gobernaba el país con
el asesoramiento de Rasputín mientras el zar se encontraba en el frente-, a la
hora de tomar decisiones trascendentales consiguieron que el pueblo, hundido en
la miseria les pasara factura y alimentaran su ira. Y todo fue a peor, porque
el monarca, además
de estar ausente, fue incapaz de cuantificar la gravedad política en la que se
hallaba el imperio. También coincidió con el peor momento de la vida de Leonid,
que tras recibir una carta de su tía en la que ésta le advierte de la extrema gravedad
de su madre, emprende viaje a San Petersburgo, no sin salvar ciertos escollos
hasta conseguir el permiso pertinente y allí, la noche en que su madre muere,
será testigo de excepción de la manera en que unos hombres lanzan al río Nevá
el cadáver de Rasputín, al que previamente habían asesinado tras invitarle a
una fiesta en el palacio del príncipe Yusúpov.
Meses después se desencadenaría la Revolución de Febrero y el zar abdicaría
renunciando a sus derechos y a los de su hijo. La vida en palacio cambiaría
drásticamente, tanto para señores como para criados, pues los lazos se
estrecharon más entre ambos, aunque la situación de peligro inminente para los
Romanov se hizo cada vez más evidente. Por este motivo Kérenski, uno de los
líderes de la revolución, tomó la decisión de trasladarlos a Tobolsk, en Siberia,
una vez denegada la solicitud de asilo remitida a Inglaterra y Francia. Y
aunque en este nuevo destino parecían vivir como prisioneros, en el último
tramo de la novela Leonid nos hará partícipes de que todo es susceptible de
empeorar, incluso las condiciones de vida más dramáticas, que se materializarán
con la llegada a Ekaterimburgo.
Como podéis imaginar, la historia en si es lo suficientemente atractiva
como para aún conociendo los hechos al formar parte de la historia, me ha
gustado especialmente la mezcla entre realidad y ficción que ha sabido
transmitir Carmen Posadas. La elección no podía ser más acertada a la hora de
elegir a un simple sirviente (quien con la ayuda de su familia y algún
personaje más, también ficticios aportarán nuevos datos y abrirá nuevas vías a
la historia) para narrarnos ese momento histórico y permitirnos acceder a lo
más recóndito y cotidiano de sus vidas, pues del mismo modo que conocemos los
más íntimos anhelos de los Romanov, descubrimos que sus costumbres en el
momento de mayor esplendor son de lo más básicas: las grandes duquesas y el
zarevich duermen en habitaciones escasamente amuebladas, en pequeñas camas
plegables, duras como cualquier camastro y se duchan con agua fría, incluso en
invierno, por ejemplo. Por eso, cuando llega el momento del exilio, aceptan
resignados su destino, con una dignidad envidiable.
Pero sin lugar a dudas, obviando
la labor de documentación que es más que evidente, por minunciosa y metódica,
destacaría sin lugar a dudas a los personajes, que son muchos y de todas las
clases sociales. Desde la propia familia Romanov, que se nos presenta con una
humanidad descarnada: unos monarcas a los que Carmen Posadas nos presenta con
todos sus defectos y virtudes y nos permite empatizar rápidamente con ellos; a
fin de cuentas, ella era una mujer que creyó en el hombre que podría salvar a
su hijo y en el que depositó su confianza y el emperador era un hombre que
adoraba (a su familia) y creía ciegamente en su mujer, pasando por las grandes
duquesas y el zarevich, abnegados y perseverantes a pesar de su juventud. O el
propio Leonid, cuya lealtad y compañerismo está fuera de toda duda. Pero, sin
lugar a dudas, hay un personaje que no se puede obviar en esta historia. Y no
es otro que Grigori Efimovich, conocido popularmente como Rasputín, el starets
(guía espiritual) de la zarina gracias a la intervención de su buena amiga Anna
Výruboba que lo lleva ante su presencia para tratar una crisis de hemofilia que
padecía el heredero. De esa manera se ganó la confianza absoluta de la
emperatriz, que llegó a considerarle un enviado de Dios y, por consiguiente,
contaba con sus consejos a la hora de tomar decisiones de todo tipo, incluídas
las políticas. Además, tenía fama de libertino descarado y juerguista, lo cual
perjudicaba notablemente la imagen de la zarina Alexandra.
Otro punto destacable de la novela
son los escenarios. No sólo se trata de mostrarnos el lujo y el boato en el que
vivían los monarcas en la etapa en que residieron en el Palacio de Pávlovsk, una especie de residencia campestre situada en la ciudad
del mismo nombre a escasos tres kilómetros del conjunto palaciego de Tsárskoye
Seló, lugar de residencia de
Catalina II, sino
el progresivo deterioro al que se ven sometidos los Romanov tras ese trágico peregrinaje
de destino incierto, concretado en el viaje hacia Siberia primero, con escala
en Tobolsk para continuar posteriormente
hacia su destino final en la Casa Ipatiev, propiedad de un comerciante y demolida
en 1977 para evitar que se convirtiese en un lugar de culto –sobre todo tras
ser canonizada la familia por la Iglesia Ortodoxa- y reconvertida en Catedral
de la Sangre Derramada de Ekaterimburgo.
ENLACES
DE INTERÉS:
Web oficial de Carmen Posadas.
Puedes
leer un fragmento del libro en este enlace.
Booktrailer
de El testigo invisible
CONCLUSIONES:
Que la novela me ha encantado huelga decirlo. A una magistral labor de documentación, que queda patente a lo largo de la narración, hay que añadir el modo en que la autora es capaz de convertirnos a nosotros en un testigo más, tan invisible como el propio Leonid, que comparte junto a los perfectamente perfilados personajes –principales y secundarios- los aciagos momentos que les ha tocado vivir, con una delicadeza infinita.
He leído muchas reseñas de lo más entusiastas de esta novela, la tengo pendiente, porque además de este período histórico no he leído mucho
ResponderEliminarBesos
Qué puedo decirte? Es una novela a la que al principio no le hice mucho caso, pero en lo que he leído reseñas que exaltan su buena documentación y la trama tan sólida, no me ha quedado más remedio que anotarla para le futuro. Me encanta la historia rusa y este periodo en concreto siempre me ha interesado muchísimo, así que creo que me lo pasaré bien con este libro. 1beso!
ResponderEliminarHola Kayena, quiero felicitarte por la magnífica reseña que nos presentas. Hace ya algún tiempo que leí la novela y la reseñe en mi blog, pero la tuya es impresionante y desde luego que coincido completamente con tus conclusiones.
ResponderEliminarUn beso y feliz verano, por cierto te veo muy activa, con los sorteos, reseñas, no te coges vacaciones???
Lo estoy leyendo ahora y me queda muy poquito para terminarlo. Una auténtica maravilla, como bien describes, esta novela!
ResponderEliminarTengo claro que es uno de los libros que me compraré o pediré que me regalen para mi cumple.
ResponderEliminarMuy buena la reseña.
Un saludo.
Hola, Kayena. He leído la reseña por encima, me va a perdonar pero tengo pendiente reseñarlo y prefiero leerla cuando tenga la mía redactada ;-) Pero coincidimos en las conclusiones, me ha encantado, gran labor de documentación y muy bien hilada la historia.
ResponderEliminarBesos
Seguro que está muy bien, pero ahora mismo no es el tipo de libro que más nos apetezca leer.
ResponderEliminarA mí también me encantó. Verlo todo desde el punto de vista de un sirviente es un acierto y más si es alguien con tanto encanto como Leonid.
ResponderEliminarLa labor de documentación es tremenda y Carmen nos da una verdadera lección de historia, bajo la forma de una novela de lo más entretenida.
Besos
No la tenía entre mis favoritas pero últimamente se ha colado en la lista
ResponderEliminarMe lo apunto, me ha encantado tu reseña, besotes
ResponderEliminarMira que he visto veces reseñado este libro, con comentarios positivos... Pero no sé porqué, en pare porque la novela histórica no es mi fuerte, en parte por pereza, lo he ido dejando pasar. Pero leyéndote me doy cuenta que puede ser una buena novela para abordar un período historico que tampoco conozco mucho, y disfrutar de un género en el que no me prodigo.
ResponderEliminarGracias y un saludo!
Estoy en ello. Me quedan un par de horitas de dedicación este fin de semana y listo. Me está gustando mucho...
ResponderEliminarQué gran reseña! Ya me apetecía mucho este libro, que eol hecho histórico que aborda siempre me ha interesado. Pero si como dices está todo tan bien narrado y documentado, muchos puestos adelanta en la lista de pendientes.
ResponderEliminarBesotes!!!
Todas las reseñas que he leído de esta novela son muy positivas y a mí me atrae muchísimo, así que no me queda más opción que hacerle un hueco y espero que sea pronto
ResponderEliminarbesos
Te felicito por la reseña, Kayena. Muy buena. Soy un gran amante de la novela histórica. Es una de mis pasiones literarias, quizá mi niña bonita, como se diría en este caso. Tengo la novela y no tardaré en leerla pues cada vez me está atrayendo más la historia que en ella nos cuenta Carmen Posadas. Besos.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo. Además siempre me ha intrigado esta historia del zar en concreto.
ResponderEliminarA ver si me pongo con él, porque lo tengo por aquí rodando (es un decir, que en realidad está quieto) desde hace meses y creo que todavía le queda un rato hasta que le llegue el turno...
ResponderEliminarTengo muchísimas ganas de hacerme con este libro!!!!! Nada más que leo buenas reseñas!!! ;-)
ResponderEliminarSaludos
Le tengo muchísimas ganas a esta novela, apenas conozco la historia de los Romanov y me apetece saber algo más del tema, pero con la interminable lista de pendientes no acabo de encontrarle un hueco.
ResponderEliminarUn beso shakiano!!!
Ahora lo esta leyendo mi hermana espero que lo termine pronto jeje, un beso
ResponderEliminarYo la leí hace unos meses y también me gustó. Saludos
ResponderEliminarTengo ganas de leer esta novela, fui a la presentación del libro y salí con muchas ganas. Besos
ResponderEliminarYa sólo por la temática el libro me atraía, ahora le sumo tus conclusiones y me han entrado más ganas aún.
ResponderEliminarBesos
Este es uno de los muchos pasajes de la historia que me despierta más curiosidad. Hace tiempo que la tengo presente sobre todo por la autora y porque me fío mucho de su labor de documentación. Me lo confirmas con tu reseña.
ResponderEliminarUn saludo.
He leído críticas geniales de esta novela. Y no me importaría leerla, la verdad, pero acabo de terminar una novela que trata el tema de los Romanov y no me ha convencido en absoluto, así que dejaré 'descansar' ese tema unos cuantos meses y entonces me lo volveré a plantear.
ResponderEliminarBesos.
Tengo muchas ganas de leer esta y La cinta roja, a ver cuál cae antes =)
ResponderEliminarBesotes
Me ha gustado mucho la reseña, todas las que estoy viendo son positivas, estoy deseando ponerme con él, y con otros de la autora como "La cinta roja" o "Juego de niños". Un besote!
ResponderEliminarMuy buena la reseña. Yo tengo claro que este libro lo tengo que leer.
ResponderEliminarUn saludo.
Me has hablado mucho de este libro, incluso cuando aun lo estabas leyendo. Me gusta mucho lo que has contado de él y cómo lo has contado. A pesar de que no he leído nada de Carmen Posadas puede ser un buen modo de empezar a conocerla.
ResponderEliminarMuchos besos.