Hoy, por
fin, celebramos el último de los sorteos que hemos venido realizando a lo largo
de diez días, en los que se han ido adjudicando diez libros distintos a los que
en junio participaron en la II Edición delMes de la novela negra, policíaca y de misterio.En esta ocasión se trata del libro:
Hace unos meses, concretamente el 4 de marzo, comenzaba Operación
Tagus, un concurso en el que la editorial virtual de Casa del Libro
buscaba la obra 2.0 más votada por los usuarios de Facebook. Se presentaron 130
candidatos y después de tres meses de votaciones, Prohibido excavar en este
pueblo, de Óscar Fabrega, se alzó con el triunfo al recabar 35.000 votos.
Pero la cosa no se ha quedado aquí y ahora Tagus vuelve con una nueva
iniciativa, dando la palabra en esta ocasión a la blogosfera y nos propone a
través de este blog un concurso de reseñas. Para ir haciendo boca, os dejo la
sinopsis de la novela, que es muy interesante:
A finales del siglo
XIX un párroco de una pequeña aldea del Languedoc francés, zona de leyendas y herejías,
de la noche a la mañana, se hizo enormemente rico, tanto que compró numerosas
tierras, realizó construcciones fastuosas y comenzó a vivir como un marqués.
¿Cuál fue la fuente de su riqueza? ¿Fue la venta ilegal de misas, como
afirmaron sus superiores eclesiásticos? ¿Encontró un tesoro escondido, como
afirman otros? Sea como fuere, la historia de aquel sacerdote y de aquel bello
pueblo, Rennes-Le-Château, se convirtió en un mito moderno, en el que el
protagonismo lo comparten, a partes iguales, los actores del drama y los
escritores que lo investigaron. Además, la aldea se convirtió en el lugar
preferido para los buscadores de tesoros, que durante años se dedicaron a
excavar en el pueblo en busca de una riqueza que nunca encontraron. Por
desgracia en esta historia hay más mentiras que verdades. Y todo gracias a un
señor que desde la sombra manipuló la Historia e inventó una extraña trama que
fue poco a poco haciendo pública. Un verdadero embaucador que reclamaba el
trono de Francia al considerarse último heredero de aquella estirpe real de la
Edad Media, los merovingios… aquellos que, según “El Código da Vinci”, de Dan
Brown, se mezclaron con los descendientes de Cristo. Lo que convertía a esta
éminence grise en descendiente de Jesús…
BASES DE PARTICIPACIÓN:
1.- Podrán participar en el sorteo cualquier persona física, mayor de
edad, residente en el territorio nacional español (incluyéndose Canarias,
Baleares, Ceuta y Melilla).
2.- Los participantes se responsabilizan de la veracidad y
actualización de los datos proporcionados.
3.- Participar es muy fácil. Simplemente tenéis que reseñar la novela
de Óscar Fabrega, Prohibido excavar en este pueblo en vuestro blog. Una
vez hecho, os tenéis que dirigir a la aplicación que Tagus ha publicado en
Facebook y dejar el enlace. Si no tenéis perfil en Facebook, podéis avisarme
mediante un e-mail o un comentario y yo enviaría el enlace en vuestro nombre
desde el mismo.
4.- También se agradecería la máxima difusión a la iniciativa. Para
ello, debéis publicar una “entrada” en vuestro blog, anunciando vuestra
participación en el sorteo y añadir el banner correspondiente.
5.- ¿Qué no tenéis un blog? No hay problema, podéis enviar la reseña a
la propia ficha del libro. En ese caso, a través de la aplicación de
Facebook tenéis que identiicarla para entrar en el sorteo.
6.- ¿Qué no tenéis la novela? Pues no pasa nada, os la
facilitaríamos gratuitamente hasta el 15 de agosto. Para ello, previamente
os tenéis que registrar en Casa del Libro y después me envíais un e-mail,
indicándome con qué dirección electrónica lo habéis hecho. Tagus se encargará
de facilitaros la lectura.
PREMIO:
Entre todos los blogger que reseñen se sorteará una
Tablet Tagus.
PLAZOS:
El concurso estará activo desde ahora mismo hasta el
15 de septiembre de 2013.
A continuación iré añadiendo los nombres de los participantes y el
enlace a las reseñas a medida que se vayan publicando.
Hace ya unos meses que leí esta novela, pero
por unas cosas y otras me ha resultado imposible reseñarla. Por eso ahora, cuando
acaba de cumplirse el 95 aniversario de la fecha en que la familia imperial
rusa fue asesinada ante unos sicarios de la Cheka, he considerado que ha
llegado el momento de dar mi opinión, ya que la historia merece la pena.
LA
AUTORA:
A estas alturas, intentar
descubrir quien es Carmen Posadas me parece un despropósito, por lo que he
preferido dejaros aquí lo que en su web oficial se destaca de su vida y de su
obra. Tiene varios formatos de biografía (corta, intermedia y larga) y he
preferido la última de ellas por ser la más completa:
Carmen Posadas nació en Montevideo en 1953, reside en Madrid desde 1965,
aunque pasó largas temporadas en Moscú, Buenos Aires y Londres, ciudad en la
que su padre desempeñó cargos diplomáticos.
La colección de relatos titulada Nada es lo que parece(1997) la consagró como autora de
éxito entre los lectores y críticos, distinción que ya había alcanzado con la
publicación, un año antes, de su primera novela,Cinco moscas azules(1996).
Ha escrito, además, cerca de veinte libros de literatura infantil, entre
ellosEl señor viento Norte,
que obtuvo el Premio del Ministerio de Cultura al mejor libro infantil editado
en 1984, y es autora de una decena de ensayos y además de guiones para el cine
y la televisión.
En el año 1998 gano el premio planeta con la novela Pequeñas Infamias.
Su obra que ha sido traducida a veintitrés idiomas y se vende en más de cuarenta
países con gran éxito de público y ventas en muchos de ellos.
De Pequeñas Infamiasel
New York Times comento que era: “una delicia que se derrite en la boca
sostenida sobre una ácida y sorprendentemente trama de misterio”. Mientras que
el Washington Post opinó que era “una novela que lo tiene todo, un decorado
elegante, una construcción espacio temporal perfecto, unos personajes
intrigantes y una escritura maravillosamente trabajada”.
En el año 2002 la revista Newsweek destaco a Carmen Posadas como una de
las autoras latinoamericanas más destacadas de su generación.
En el año 2001 publicó La
Bella Otero,que pronto será
llevada al cine y en el año 2003 El Buen Sirviente. En el año 2004 publicó A la sombra de Lilith. En abril del 2006 publica su
novela Juego de niñosy en
el año 2007 publica Literatura, Adulterio y una Visa Platino. En febrero de 2008 publica,
junto a su hermano Gervasio Posadas, Hoy caviar, mañana sardinas. En Mayo de 2008 publicaDeseos de mujerjunto a
Maríangeles Fernández, Clara Obligado y Pilar Rodríguez.
En Septiembre de 2008 publica La cinta roja. En Octubre de 2010 publica
Invitación a un asesinato. Todas ellas han sido recibidas
con igual éxito de critica y público que las anteriores. Su última obra, El testigo invisible, se publicó el 22 de enero
de 2013.
ARGUMENTO:
La noche del 17 de julio de 1918 Leonid Sednev tenía tan sólo quince
años. Era sirviente de la familia imperial rusa para la que comenzó a trabajar
siendo apenas un niño como deshollinador, pasando después a convertirse en
pinche de cocina. Y quiso la suerte que se convirtiese en el único
superviviente de aquella matanza. Su curiosidad le convirtió en testigo
invisible de lo que allí ocurrió.
En la actualidad es un nonagenario, postrado en la cama de una clínica
de Montevideo esperando a la Parca, mientras ultima a duras penas el relato de
su experiencia al lado de los zares y sus hijos.
IMPRESIONES:
Más de una vez he comentado en
este blog lo mucho que me gusta la novela histórica, pero si además, como en
este caso, a un periodo ciertamente interesante se le une el que los
protagonistas sean tan atractivos como los que esta historia refleja,
imaginaros las ganas con las que cogí el libro. Porque otra cosa no será, pero
la familia Romanov posee por sí misma todo el encanto que una buena lectura
requiere. Han sido mares de tinta los que se han vertido en todo tipo de
publicaciones, históricas o de ficción, y todavía hay quien se cuestiona si
realmente murieron todos los integrantes de la familia aquel aciago 17 de julio
de 1918 y mira que Rasputín lo tenía claro:
“Sé que partiré
antes del 1 de enero. Si muero a manos de mis hermanos los campesinos rusos,
nada habréis de temer, y vuestro linaje reinará por cuatrocientos años. Pero si
son vuestros parientes ricos quienes procuran mi muerte, ni vosotros ni ninguno
de vuestros cinco hijos me sobrevivirá más de dos años. Moriréis a manos del
pueblo de Rusia. Ya no estoy entre los vivos, me matarán en breve, pero mi
muerte se replicará en la vuestra como los círculos concéntricos que produce
una piedra al caer en las aguas de un estanque”.
Carta de Rasputín a Nicolás II
Pocos días antes de su muerte
El testigo invisible es Leonid Sednev quien a sus noventa y un años se
encuentra hospitalizado en una clínica de Montevideo,- lugar al que, como
muchos otros rusos, decidió exiliarse tras la tragedia de Ekaterimburgo-.
Leonid nos relata sus vivencias junto a la familia imperial rusa en dos
tiempos: presente y pasado (a través de retrospecciones) como si de una confesión
se tratase y de ese modo nos enteramos que comenzó a trabajar cuando siendo tan
sólo un niño pasó a formar parte de la extensa nómina de sirvientes del palacio
Pávlovsk. Y lo hizo como deshollinador –o water baby, como eran llamados en la
corte-, dado que su cuerpo todavía era lo suficientemente menudo como para poder
introducirse en los conductos de las estufas y así poder limpiar los rescoldos.
A través de las ranuras de estos aparatos presenciará y escuchará las
conversaciones que la familia imperial mantiene en la intimidad, amparado por
ese manto de invisibilidad que rodea a la servidumbre. También contemplará
fascinado las clases de las grandes duquesas, se enamorará platónicamente de
una de ellas y entablará amistad con Iuri, un enano que a pesar de los años
siempre podrá desarrollar su trabajo como water baby por su corta estatura.
Juntos pasearán por el reino vedado de OTMA (las habitaciones privadas de las
hijas de los zares, cuyas iniciales responden a las iniciales de sus nombres:
Olga, Tatiana, María y Anastasia) y serán testigos de la primera crisis grave
de hemofilia del pequeño zarevich, que dará lugar a la estrecha relación entre
la zarina y Rasputín, un visionario que será capaz de aliviar la tortura que
sufre el niño como consecuencia de la hemofilia.
Pero entonces eran tiempos de bonanza para la familia real rusa que,
poco a poco, verá como primero la guerra y después la revolución cambiarán sus
vidas y dará lugar al comienzo del periplo más amargo de su existencia. Es
verdad que la concatenación de desatinos de la zarina -que gobernaba el país con
el asesoramiento de Rasputín mientras el zar se encontraba en el frente-, a la
hora de tomar decisiones trascendentales consiguieron que el pueblo, hundido en
la miseria les pasara factura y alimentaran su ira. Y todo fue a peor, porque
elmonarca, además
de estar ausente, fue incapaz de cuantificar la gravedad política en la que se
hallaba el imperio. También coincidió con el peor momento de la vida de Leonid,
que tras recibir una carta de su tía en la que ésta le advierte de la extrema gravedad
de su madre, emprende viaje a San Petersburgo, no sin salvar ciertos escollos
hasta conseguir el permiso pertinente y allí, la noche en que su madre muere,
será testigo de excepción de la manera en que unos hombres lanzan al río Nevá
el cadáver de Rasputín, al que previamente habían asesinado tras invitarle a
una fiesta en el palacio del príncipe Yusúpov.
Meses después se desencadenaría la Revolución de Febrero y el zar abdicaría
renunciando a sus derechos y a los de su hijo. La vida en palacio cambiaría
drásticamente, tanto para señores como para criados, pues los lazos se
estrecharon más entre ambos, aunque la situación de peligro inminente para los
Romanov se hizo cada vez más evidente. Por este motivo Kérenski, uno de los
líderes de la revolución, tomó la decisión de trasladarlos a Tobolsk, en Siberia,
una vez denegada la solicitud de asilo remitida a Inglaterra y Francia. Y
aunque en este nuevo destino parecían vivir como prisioneros, en el último
tramo de la novela Leonid nos hará partícipes de que todo es susceptible de
empeorar, incluso las condiciones de vida más dramáticas, que se materializarán
con la llegada a Ekaterimburgo.
Como podéis imaginar, la historia en si es lo suficientemente atractiva
como para aún conociendo los hechos al formar parte de la historia, me ha
gustado especialmente la mezcla entre realidad y ficción que ha sabido
transmitir Carmen Posadas. La elección no podía ser más acertada a la hora de
elegir a un simple sirviente (quien con la ayuda de su familia y algún
personaje más, también ficticios aportarán nuevos datos y abrirá nuevas vías a
la historia) para narrarnos ese momento histórico y permitirnos acceder a lo
más recóndito y cotidiano de sus vidas, pues del mismo modo que conocemos los
más íntimos anhelos de los Romanov, descubrimos que sus costumbres en el
momento de mayor esplendor son de lo más básicas: las grandes duquesas y el
zarevich duermen en habitaciones escasamente amuebladas, en pequeñas camas
plegables, duras como cualquier camastro y se duchan con agua fría, incluso en
invierno, por ejemplo. Por eso, cuando llega el momento del exilio, aceptan
resignados su destino, con una dignidad envidiable.
Pero sin lugar a dudas, obviando
la labor de documentación que es más que evidente, por minunciosa y metódica,
destacaría sin lugar a dudas a los personajes, que son muchos y de todas las
clases sociales. Desde la propia familia Romanov, que se nos presenta con una
humanidad descarnada: unos monarcas a los que Carmen Posadas nos presenta con
todos sus defectos y virtudes y nos permite empatizar rápidamente con ellos; a
fin de cuentas, ella era una mujer que creyó en el hombre que podría salvar a
su hijo y en el que depositó su confianza y el emperador era un hombre que
adoraba (a su familia) y creía ciegamente en su mujer, pasando por las grandes
duquesas y el zarevich, abnegados y perseverantes a pesar de su juventud. O el
propio Leonid, cuya lealtad y compañerismo está fuera de toda duda. Pero, sin
lugar a dudas, hay un personaje que no se puede obviar en esta historia. Y no
es otro que Grigori Efimovich, conocido popularmente como Rasputín, el starets
(guía espiritual) de la zarina gracias a la intervención de su buena amiga Anna
Výruboba que lo lleva ante su presencia para tratar una crisis de hemofilia que
padecía el heredero. De esa manera se ganó la confianza absoluta de la
emperatriz, que llegó a considerarle un enviado de Dios y, por consiguiente,
contaba con sus consejos a la hora de tomar decisiones de todo tipo, incluídas
las políticas. Además, tenía fama de libertino descarado y juerguista, lo cual
perjudicaba notablemente la imagen de la zarina Alexandra.
Otro punto destacable de la novela
son los escenarios. No sólo se trata de mostrarnos el lujo y el boato en el que
vivían los monarcas en la etapa en que residieron en el Palacio de Pávlovsk, una especie de residencia campestre situada en la ciudad
del mismo nombre a escasos tres kilómetros del conjunto palaciego de Tsárskoye
Seló, lugar de residencia de
Catalina II, sino
el progresivo deterioro al que se ven sometidos los Romanov tras ese trágico peregrinaje
de destino incierto, concretado en el viaje hacia Siberia primero, con escala
en Tobolsk para continuar posteriormente
hacia su destino final en la Casa Ipatiev, propiedad de un comerciante y demolida
en 1977 para evitar que se convirtiese en un lugar de culto –sobre todo tras
ser canonizada la familia por la Iglesia Ortodoxa- y reconvertida en Catedral
de la Sangre Derramada de Ekaterimburgo.
Puedes
leer un fragmento del libro en este enlace.
Booktrailer
de El testigo invisible
CONCLUSIONES:
Que la novela me ha encantado huelga decirlo. A una magistral labor de documentación, que queda patente a lo largo de la narración, hay que añadir el modo en que la autora es capaz de convertirnos a nosotros en un testigo más, tan invisible como el propio Leonid, que comparte junto a los perfectamente perfilados personajes –principales y secundarios- los aciagos momentos que les ha tocado vivir, con una delicadeza infinita.