EL DESPERTAR DE LA SEÑORITA PRIM, de Natalia Sanmartín Fenollera

DATOS TÉCNICOS:

Título: EL DESPERTAR DE LA SEÑORITA PRIM

Autora: Natalia Sanmartín Fenollera

Editorial: Planeta

Colección: Autores Españoles e Iberoamericanos

ISBN: 978-84-08-05987-5

Páginas: 352

Presentación: Rústica con solapas

Hace unas semanas descubrí, entre las novedades de Planeta, esta novela. No sabía nada de ella, ya que todavía no había salido al mercado, pero me atrajo en primer lugar su portada con aires vintage y un título de lo más atractivo, que incluso me hizo parpadear un par de veces para volver a leerlo, ya que automáticamente lo asocié con otro de Paulo Coelho (El demonio y la señorita Prym). Pero fue la sinopsis lo que me convenció y, una vez que lo tuve en mis manos, no pude evitar ponerme a leerlo.

Una vez terminado y antes de comentar las impresiones, si quiero deciros que no es una novela de entretenimiento sin más, sino que merece una lectura atenta pues, aún siendo sencilla, los diálogos son absolutamente interesantes por los temas que trata y merece la pena y mucho, prestarles toda la atención. Fijaos que yo, que soy una aficionada a las distopías, precisamente en este libro me he encontrado con todo lo contrario: una utopía que me ha encantado y que si supiese de su existencia real, no me importaría nada hacer una mudanza.

LA AUTORA:

El despertar de la señorita Prim es la primera novela de Natalia Sanmartín Fenollera. Periodista de profesión, en la actualidad es jefa de “Opinión” en el diario económico Cinco Días. También ha estado al frente de las secciones de “Cinco sentidos” y “Vida Profesional”.

Licenciada en Derecho por la ULC, es Máster en Periodismo por la Escuela de Periodismo de El País y la UAM y cuenta con un PIDD por la Escuela de Negocios ESIC.

ARGUMENTO:

Prudencia Prim llega a San Ireneo de Arnois respondiendo a un anuncio de trabajo en donde se solicitaban los servicios de una bibliotecaria en una casa particular:

“Se busca espíritu femenino en absoluto subyugado por el mundo. Capaz de ejercer de bibliotecaria para un caballero y sus libros. Con facilidad para convivir con perros y niños. Mejor sin experiencia laboral. Abstenerse tituladas superiores y posgraduadas.”.

Realmente, no cumple todas las premisas que se solicitan, ya que es varias veces tituladas o, como bien dice ella “intensamente titulada”. Constan en su haber varias licenciaturas: en Relaciones Internacionales, Ciencias Políticas y Antropología, un doctorado en Sociología y además es una especialista en biblioteconomía y arte ruso medieval, pero espera convencer al que será su nuevo jefe y poder disfrutar de un trabajo que realmente le puede entusiasmar abandonando, definitivamente, una vida anodina y rutinaria marcada por largas jornadas laborales realizando trabajos administrativos.

Pero enseguida descubrirá que las cosas no son como se las había imaginado con respecto a su trabajo: su jefe, al que ha rebautizado como “el hombre del sillón” es un hombre autoritario y enigmático. Vive con sus cuatro sobrinos de cuya educación se encarga personalmente, pero los métodos que utiliza distan mucho de lo que ella entiende por como se debe educar a un niño. El mayor, Septimus, apenas tiene once años y como sus hermanos pequeños –Téseris, de diez, Deka, de nueve y Eksi, de siete-, ya conocen las lenguas clásicas, mantienen complicados debates sobre literatura y cada mañana, antes del desayuno, escuchan misa en latín en la antigua abadía que dista de la casa a varios kilómetros, haciendo el camino a pie.  

Poco a poco se aclimatará al entorno. O lo intentará. En el pueblo hará nuevas amistades que le ayudarán a comprender y entender las situaciones propias y extrañas, aunque no es fácil para alguien tan delicado como ella…

IMPRESIONES:

San Ireneo de Arnois es un pueblo pintoresco, casi podría decirse que de otra época, con unos habitantes tan singulares que merecería la pena perderse por allí y conocerlos. Aparentemente, podría decirse que son peculiares en cuanto a mentalidad, pero una vez que entendemos sus razones, estamos deseosos por asistir a su día a día, vivir su modo de vida, sus costumbres, ideales y formas de llevarlos a cabo. Y es que realmente, San Ireneo de Arnois es una pequeña localidad a la que han ido a parar aquellos que desdeñan la vida moderna y abogan por mantener las tradiciones, llevando una vida apacible y campestre. Para ello han tomado las medidas adeduadas; por ejemplo, habiendo sólo una escuela infantil y una sola maestra para impartir clases a niños pequeños, apenas mostraron gran interés a la hora de contratarla, como sería lo habitual en la sociedad a la que estamos acostumbrados. Y no es que se trate de una aldea perdida en el mundo a la que el que llegue un maestro es como para celebrarlo so pena de quedarse sin ninguno; no, en San Ireneo es la propia familia la que se encarga de que los menores reciban una educación exquisita, la maestra en accesoria. Lo mismo ocurre en temas profesionales: las jornadas son bastante reducidas y se someten a las necesidades domésticas. Ellos conciliaron desde el principio la vida laboral y la familiar desde el origen.

La acción transcurre en el pueblo, (excepto en el último capítulo en que la protagonista se desplaza a Italia) y los escenarios están cabalmente descritos. Puedes hacerte una idea del lugar y el entorno en el que se mueven los convecinos sin problemas:

“Rodeadas de jardines repletos de rosas, las antiguas casas de piedra se alzaban orgullosas en torno a un puñado de calles que desembocaban en una bulliciosa plaza. Allí reinaban pequeños establecimientos y comercios que compraban y vendían con el rito regular de un corazón sano. Los alrededores del pueblo estaban salpicados de minúsculas granjas y talleres que aprovisionaban de bienes las tiendas del lugar.” (Página 14).

Y del mismo modo que los escenarios se describen con todo lujo de detalles, lo mismo ocurre con los personajes. Obvio es que la mejor retratada es la protagonista: Prudencia Prim, una mujer sobrada de inteligencia y con un currículo académico excepcional, de educación exquisita e inclinada a las buenas maneras, entre las que destaca la delicadeza;  o su jefe, del que no conoceremos su nombre, dada su fijación y la del narrador omnisciente en renombrarle bajo el alias de “el hombre del sillón”, un hombre extremadamente culto que posee sólidos conocimientos en diferentes disciplinas. A medida que vamos adentrándonos en la historia veremos aparecer un sinfín de personajes: desde los niños que habitan en la misma casa que ella, como la cocinera o el jardinero. Su pronta afinidad con el mejor amigo de su jefe dará lugar a unos diálogos impagables, para nada sencillos y que junto con los que mantiene con algunas vecinas del pueblo, te hacen reflexionar sobre lo que realmente importa en la vida: desde el tipo de vida que llevamos, la falta de tiempo, el sistema educativo, el amor y el matrimonio, la religión… y la trascendencia de conocerse a sí mismo y retornar al placer de las pequeñas cosas y lo cotidiano. Eso si, en ningún momento he encontrado esa necesidad de adoctrinar de la que pecan muchas historias que tratan estos temas.

El estilo me ha encantado, me ha recordado lo mejor de la novela decimonónica, por esa gran capacidad para profundizar en el análisis recóndito de los personajes, el lenguaje utilizado, la presentación de los hechos y, sobre todo, por la historia de amor que se va pergeñando poco a poco: imposible en origen pero que, poco a poco y gracias al empeño y tesón de sus protagonistas, con visos de solución. Porque el final, aparentemente abierto, deja paso a la imaginación del lector.

ENLACES DE INTERÉS:

Web oficial de la novela

Puedes leer el primer capítulo en este enlace.

Booktrailer de la novela:

CONCLUSIONES:

Me ha gustado mucho la novela y he disfrutado con ella, sabe mantener la intriga y es muy interesante por la cantidad de ideas que plantea y las controversias que se generan. Incluso los partidarios de la metaliteratura disfrutarán a lo largo de sus páginas, pues son muchas las referencias a grandes obras del arte que utiliza como herramienta la palabra, como ha sido mi caso. En algunos momentos me he sentido desorientada siendo consciente de la cantidad de libros que me faltan por leer, pero he disfrutado mucho de los diálogos en que se hablaban de ellos y más, si cabe, cuando lo hacían de los que si conocía.

RETOS:

25 ESPAÑOLES (12 de 25)

75 LIBROS EN 2013 (18/75)