RESPIRAR POR LA HERIDA, de Víctor del Árbol

DATOS PRÁCTICOS:

Título: RESPIRAR POR LA HERIDA

Autor: Víctor del Árbol

Editorial: Alrevés

ISBN: 978-84-15098-79-9

Páginas: 528

Presentación: Rústica con solapas

                                                           

Empecé a leer esta novela en febrero con motivo del mes de la  Novela negra, policíaca y de misterio y, aunque la terminé en fecha, hasta ahora no he podido reseñarla. Me fijé en ella gracias a una reseña de David Gómez (Bolzano), del blog Cruce de Caminos, en la que la catalogaba como negra. Después vendría la reseña de Montse, que en su blog Con el alma prendida a los libros también se quitaba el sombrero ante esta historia. Por ello, cuando desde la editorial me propusieron leerla, se me hicieron los dedos huéspedes pensado en la satisfacción que se me avecinaba.

Eso si, no me ha parecido novela negra, ya que no he apreciado las características que singularizan este género; tampoco hay investigación policial ni nada que se le parezca… pero crímenes hay como para quedarse satisfecho durante una buena temporada. Y lo mejor de todo: muchas ganas de seguir leyendo cada novela que Víctor del Árbol publique porque tiene un oficio y un arte literario difícil de igualar.

EL AUTOR:

De la web oficial del autor, he recabado la siguiente información:

Víctor del Árbol, nacido en Barcelona en 1968, fue funcionario de la Generalitat desde 1992 hasta 2012. Cursó estudios en Historia en la Universitat de Barcelona, colaboró dos años como locutor y colaborador en el programa radiofónico de realidad social «Catalunya sense barreres» (Radio Estel, ONCE).

Como escritor fue finalista del VIII Premio Fernando Lara en 2003 con El abismo de los sueños (no publicada) y ganó el Premio Tiflos de Novela en 2006 con El peso de los muertos.

En 2011 publicó La tristeza del samurái (Editorial Alrevés), que ha sido un éxito nacional e internacional. Traducida a una decena de idiomas y best seller en Francia, cuenta con el reconocimiento de la crítica y de numerosos premios. Entre ellos, Le Prix du polar Européen 2012 a la mejor novela negra europea que otorga la prestigiosa publicación francesa Le Point en el festival de Novela Negra de Lyon, galardón que obtuvieron, en anteriores ediciones, Philip Kerr y Arnaldur Indridason, entre otros.

ARGUMENTO:

Normalmente suelo escribir los argumentos de las novelas que leo, pero la trama de esta historia es tan poliédrica que prefiero incluir en este apartado la sinopsis que facilita la editorial para no desvelar más allá de la cuenta:

“Quizás Dios juega a los dados con nuestro destino, desperdigando las piezas de un rompecabezas que siempre vuelve a unirse de un modo u otro. Acaso sea el azar el que nos arrebata aquello que más amamos, pero puede que todo lo que nos ocurre sea simplemente el resultado de nuestros propios actos.

Estas son las preguntas que atormentan a Eduardo, un pintor para quien nada tiene sentido tras la muerte de su mujer y su hija, hasta que una famosa violoncelista, Gloria Tagger, le encarga el mayor reto de su vida: pintar el retrato de Arthur, un empresario de pasado incierto.

Aceptar ese encargo desencadena una espiral de emociones y acontecimientos trágicos que succiona inevitablemente a cuantas personas le rodean. Con cada pincelada, Eduardo va abriendo puertas que habría sido mejor mantener cerradas, pero que, una vez abiertas, nada ni nadie podrá volver a cerrar.

Con una trama perfectamente urdida y una intensidad descarnada de dolor y culpa, pero también el ansia de vivir, Respirar por la herida desborda los límites de sus protagonistas con una precisión y una psicología digna del maestro en que se ha convertido ya su autor, Víctor del Árbol.”.

IMPRESIONES:

A veces cuesta mucho expresar lo que la lectura de un libro supone para quien lo lee. En mi caso, son muchos los motivos y muy variados, así que dado que éste ha sido uno de los que han conseguido dejarme muda, intentaré coger el camino más cómodo (hablando en primer lugar de lo periférico: título y portada) y luego ya veremos si no me complico la existencia intentando resumir lo que esta historia me ha supuesto.

Respirar por la herida significa reaccionar a causa de una ofensa recibida, aunque también suele entenderse como expresarse desde el dolor. El caso es que, como título para esta novela, no puede ser más acertado, aunque quizás, más que ofensas, lo que reciben los protagonistas de las distintas subtramas que se dan cita en esta historia son auténticas mutilaciones que cambian el rumbo de sus vidas y las de las personas con ellas relacionadas.

Con respecto a la portada, tengo que decir que en principio no me gustó. Había algo que me resultaba inquietante en la imagen proyectada por ese hombre de traje gris (del color de su porvenir, que diría Sabina) que parece observarnos desde un pedestal. Y, sin embargo, aunque sigue sin seducirme, se trata de un fragmento de un autorretrato de Lucian Freud (Reflection with Two Children, Reflejo con dos niños), que se alberga en el Museo Thyssen-Bornemisza,

Porque Respirar por la herida es precisamente una novela de personajes, difícil de etiquetar en un género concreto como ya os comenté anteriormente. Son ellos quienes llevan el peso de la trama, con sus luces y sombras en un universo preñado de grises. Aunque en un principio parece haber un protagonista, a medida que avanzamos en la lectura descubrimos que cualquiera de los que aparecen  pueden serlo, porque de la vida de cada uno podría reescribirse una nueva novela. Me he quedado pasmada viendo la riqueza de matices de cada uno, el trabajazo a la hora de perfilar cada personalidad. Y son más de una veintena. Para ello, el autor no sólo nos los describe físicamente, para que podamos hacernos una fotografía mental, sino que también conocemos su pasado para entender las razones que les han llevado a su situación actual, las influencias recibidas, sus valores, su entorno social, sus conflictos internos y como evolucionan para convertirse en personajes inolvidables.

Y si os decía que cada personaje podría ser el protagonista de su propia novela, es porque precisamente las circunstancias de cada uno se podrían equiparar a una matrioska, esa típica rusa hueca que al abrirse por la mitad guarda otras en su interior, cada vez más pequeñas. De este modo, la historia comienza cuando Gloria Tagger una violinista de éxito en las postrimerías de su carrera contrata a Eduardo Quintana, un pintor en horas bajas para que realice el retrato del hombre que mató a su hijo. Si, el encargo se las trae ¿verdad? Pero uno puede llegar a entender que cada cual tiene sus razones para actuar en nombre del rencor, más cuando este emana sin control en un momento determinado como un géiser. Y las razones se nos explican, incluso las del artista que acepta el desafío, porque él también ha perdido a su esposa y su hija en un accidente y la comprende porque su vida también ha dejado de tener sentido. Son dos personas destinadas a encontrarse al concurrir en una misma coyuntura, a pesar de los años transcurridos, pero con una salvedad: en el caso de la violinista, el verdugo, Arthur, sigue vivo y durante años ha estado en la cárcel, cumpliendo condena por ello, pero ahora ha conseguido el indulto y para ella es como si las entrañas se le removiesen, como si la herida siguiese segregando pus y necesitase ajustar cuentas con su existencia.

Pero como decía al principio, esta es una novela poliédrica, elaborada a golpe de fragmentos vitales; es decir, a medida que los personajes van apareciendo, el autor nos va desvelando su razón de ser, su historia, el pasado que acarrean. Y no repara en detalles, desde luego que no. Por ello, cuando avanzada la mitad del libro descubres que cada uno es como una pieza de puzzle, que consigue ensamblarse en otras con las que están relacionadas, te quedas obnubilado, disfrutando de una fiesta de ingenio, hasta que llegas al momento final, el último giro que te deja ojiplático o de pasta de boniato, como prefieras.

Y es una novela que te hace reflexionar en muchos sentidos, en particular porque son personajes de carne y hueso, con los que es fácil identificarse. ¿Quién no siente lástima por alguien que ha visto morir a su hija o a su esposa en un accidente de tráfico, sin poder hacer nada, mientras el culpable se ha fugado, sin prestar ayuda? ¿Qué harías tú si supieses quien es? Pues si, a lo largo de esta lectura, son muchas las ocasiones en que te planteas qué hubieses hecho tú en su lugar y, mal que nos pese, quizás porque la venganza es más humana que la justicia (a la que pintan ciega aunque luego nos vendan que es porque de ese modo es equitativa y no distingue entre las personas…), todos o la inmensa mayoría hubiésemos actuado como ellos. El precio está claro: hay quien opta por vivir lo que le queda de vida de la mejor manera que puee; otros mueren en vida, teniendo como único aliciente la venganza, viviendo para matar. Quizas porque en la vida no existe la casualidad, sino la causalidad.

Y lo más curioso es que excepto en el caso de unos pocos personajes, (una vez que los conocemos a todos porque las piezas del intrincado puzzle que en principio se nos plantea, acaban por encajar), ninguno cae bien, precisamente porque en esa exquisita labor de perfilado, el autor nos presenta a unos personajes en cierto modo inadaptados, que no sienten apego por sus semejantes, ya que el dolor, su dolor, sigue latente. Y quizás esto todavía sea lo más complicado de todo, porque cuando en una novela los personajes además de carismáticos nos caen bien, es muy fácil que te atrapen, pero en este caso, la novela te engancha gracias al talento narrativo del autor, que es mucho.

Pero si no he sido lo suficientemente clara, para resumir, quiero destacar los puntos fuertes de la novela:

1.- El lenguaje: cuidado, claro, fluido y, sin embargo, natural. Me ha encantado el uso de la metáfora, en pequeñas dosis, pero nada rebuscadas.

2.- Las descripciones: tanto de los personajes como de los distintos ambientes en los que se mueven. El arte del autor se plasma en cada una de ellas, consiguiendo que podamos hacernos una composición de lugar bastante precisa.

3.- Los diálogos: sugestivos, naturales y bien construidos, nos permiten conocer la situación de los personajes, sus conflictos internos y externos y gran cantidad de detalles de una manera cercana y fluida.

4.- La atmósfera: Desde las primeras páginas se masca la tensión y la intriga lo envuelve todo. Es muy sutil y cuando creemos conocerlo todo y que la historia no puede dar más de si, se produce un giro insospechado superable únicamente por los siguientes.

5.- Los personajes: Podrían ser cualquiera, porque son personas normales y corrientes, de carne y hueso a los que podrías confundir con un vecino, un amigo o un compañero. Perfectamente delineados, puedes hacerte una imagen casi real de ellos.

ENLACES DE INTERÉS:

Web oficial de Víctor del Árbol.

Facebook de Víctor del Árbol.

Twitter de Víctor del Árbol.

Booktrailer de la novela: 

CONCLUSIONES:

En algunas reseñas que he leído sobre esta novela, la mayoría la comparaban con La tristeza del samurái, la anterior novela de Víctor del Árbol. No es mi caso, por lo que no puedo juzgar si es mejor o peor, pero si puedo asegurar que Respirar por la herida es una novela intensa, original y muy interesante, capaz de dejar satisfecho al lector más escrupuloso, por todos los aspectos que he comentado y que van más allá del impecable estilo del autor. Es una historia visceral, donde los personajes viven al límite de sus posibilidades y que no te dejará indiferente.

RETOS:
CRUCE DE CAMINOS: NEGRO Y CRIMINAL (7/15)

AUTORES DE LA A a la Z (Por la A)

25 ESPAÑOLES EN 2013(8/25)

75 LIBROS EN 2013 (13/75)