DATOS PRÁCTICOS:
Título: LA
PREDICCIÓN DEL ASTRÓLOGO
Autor: Teo Palacios
Editorial: Ediciones B
ISBN: 978-84-666-5240-7
Páginas: 536
Presentación: Tapa
dura con sobrecubierta
Conocí
esta novela a través de Facebook, concretamente en el perfil de Javier
Pellicer, (autor de El espíritu del lince), lugar por el que me gusta
pasarme cuando el tiempo me lo permite y en el que algunos tendemos a pasar el
rato hablando de diversos y variados temas, porque Javier es todo un “personaje”,
comprometido no sólo con la literatura, sino con cualquier aspecto social,
cultural, económico, etc. Sin embargo, siendo Javier un escritor, es normal que
muchos de los asiduos a su espacio lo sean. Uno de ellos es Teo Palacios, al
que sólo conocía por comentarios, hasta que un buen día Javier nos sorprendió
mostrándonos una foto de la portada de la novela que próximamente aparecería en
el mercado. Sinceramente me cautivó (fijaos en la parte superior de esta reseña
y decirme si es o no acertada), lo que unido a un título de lo más sugerente,
supe que tenía que leerla y cuanto antes mejor. Poco tiempo después un ejemplar
llegaría a mi casa, gracias a la intermediación del autor ante la editorial y
nos os podéis hacer una idea del sacrificio que tuve que hacer para dejarla
estar hasta leerme otras dos que ya tenía empezadas. Ni qué decir tiene que a
pesar del magnífico “envoltorio”, el contenido es todavía mejor, así que
intentaré explicar los motivos:
BIOGRAFÍA
CONTADA POR EL AUTOR:
Nací en
la ciudad de Dos Hermanas, Sevilla, en 1970.
Con
estudios de Marketing y diseño, he desarrollado mi labor profesional en
diversos puestos directivos.
He
vivido en Cataluña y Galicia y, tras varios años alejado de mis orígenes, ahora
resido nuevamente en mi ciudad natal.
Como
autor cultivo varios géneros, siendo uno de mis favoritos la novela histórica.
Formo
parte del comité organizador de las Jornadas de Literatura Fantástica de Dos
Hermanas, evento que año tras año está alcanzando un amplio reconocimiento
literario, y que reúne a grandes autores del panorama nacional.
Colaboro
como entrevistador y articulista con varias revistas: Cambio16, La Aventura de
la Historia, Clío… También colaboro en programas de radio como entrevistador y
contertulio.
Además,
imparto cursos y talleres de creación literaria.
Formo
parte del equipo de Biblioforum, una asociación cultural en Sevilla que
organiza mensualmente charlas en torno al mundo de la literatura y la edición.
Mi
primera novela, Hijos de Heracles, fue publicada en 2010 por Edhasa. En
Octubre de 2012 publiqué El Collar Maya en formato digital con Ediciones
aContracorriente. Mi última novela es La Predicción del Astrólogo, que
llegó a librerías a mediados de febrero de 2013.
ARGUMENTO:
Tras la
muerte de Almanzor, caudillo de Córdoba en 1002, el califato se ve abocado a
una situación insostenible, tanto por problemas sucesorios como de gobierno,
que se traducirían años más tarde en una guerra civil (1010), hasta el total
fraccionamiento en 1031 con el derrocamiento del califa Hisham III. Surgen en esta etapa
crucial los denominados reinos de Taifas, que se disputan entre si la hegemonía
de la Península. Uno de los reinos con mayor relevancia es precisamente el
sevillano y tras el ascenso al trono de Al-Mutadid, el astrólogo de la corte augura
al rey el triste destino de su linaje que concluirá en manos de los bereberes,
a no ser que lo evite.
Será
este lúgubre presagio el que durante toda su vida arrastre Al-Mutadid y
traslade a su heredero (Al-Mutammid) y el que le haga tomar la
determinación de atacar sin tregua a sus correligionarios en vez de hacer un
frente común contra los reinos cristianos, que aprovecharán el enfrentamiento
de sus adversarios para reforzar su supremacía y autoridad, hasta que cuando
parece que Al-Ándalus va a ser definitivamente vencido, piden ayuda a los
almorávides del norte de África quienes, una vez vencidos los cristianos en la
batalla decisiva, se erigen como gobernantes destituyendo a los que
anteriormente ejercían el poder en las diferentes taifas. La predicción se
consuma y antes de que eso ocurra, todas las pasiones que acompañan al ser
humano desde sus orígenes.
IMPRESIONES:
Os comentaba al principio que el
título de esta novela me llamó poderosamente la atención desde el primer
momento. Y lo hizo por dos motivos: el primero, no me negaréis que es de lo más
sugerente, pero no os llevéis a engaño quienes penséis que es la clásica
historia de adivinos, astrólogos, predicciones o profecías basada en la
antigüedad. En absoluto, es una novela histórica cien por cien, que hará las
delicias del aficionado a este género. Y cuando hablo de que lo es cien por
cien es porque con este género se tiende a etiquetar muchas novelas en él como
si fuera el cajón de un sastre, donde cabe de todo de cualquier manera por el
simple hecho de narrar historias que sucedieron en un pasado –próximo o lejano-
haciéndolas coincidir con momentos históricos. No, aquí el trabajo de
documentación es palpable y meritorio, porque transcurre durante el siglo XI,
un momento espectacular en la península del que apenas el común de los
mortales puede encontrar documentos
medianamente fidedignos en los que apoyarse. El segundo, es que la famosa
predicción, de la que tenemos conocimiento en las primeras páginas, sobrevuela
durante la lectura como una losa, pero no entorpece. Asistimos como convidados
de piedra a los esfuerzos que realiza primero Al-Mutadid y después su heredero
para librarse de ella, disfrutamos y sufrimos con ellos y por ellos, pero la
historia sigue su curso y Teo Palacios nos inocula el virus de la fascinación y
nos mantiene pegados a sus páginas, desde el primer momento hasta el final.
Y como novela histórica que es,
primero tengo que situarla en su contexto ¿no?. Para que os hagáis una idea, a
la izquierda podéis ver el mapa del Califato de Córdoba, proclamado por
Abderramán III en el año 923. Este orden se mantuvo hasta el año 1031, tras el
derrocamiento del califa Hisham III, momento en el que se fragmentaría en los
diferentes reinos de taifas o facciones, para situarnos después en la taifa de
Sevilla, que durante el gobierno de la familia abadí creció, anexionando
territorios gracias al uso de las armas, de manera considerable.
Los escenarios:
La acción transcurre
principalmente en Sevilla, lugar de residencia de los personajes principales.
Pero dado que hablamos de una novela histórica, cuyo aspecto más sobresaliente
es el bélico y el ansia de poder materializado en la ocupación de territorios
por parte de la familia abadí, viajaremos con ellos por Córdoba, Toledo, Carmona,
Silves, Murcia y alguna taifa más, incluido el norte de África.
Y precisamente, de la ciudad
hispalense conoceremos todo: desde la forma de vivir de sus gentes –no
olvidemos que los cristianos cohabitaban en Triana con los andalusíes sin problemas-,
así como sus lugares más emblemáticos. En este sentido, el Alcázar es el
sitio estratégico sobre el que gira todo. Obviamente, no es el mismo que
podemos visitar en la actualidad, ya que a lo largo de los siglos ha sufrido
tanto ampliaciones como rehabilitaciones, pero fue precisamente la familia
abadí durante el siglo XI –en particular Al Mutamid, segundo rey de la
dinastía- quien mandó levantar el Palacio Al-Mubarak (La Bendición).
También seremos conscientes de
algunas obras más, como la creación del Salón de las Pléyades (el actual
Salón de Embajadores) que Al-Mutammid mandó
construir para su esposa y donde solía reunirse con sus ministros e
intelectuales de la época o bien para estudiar las constelaciones. De hecho, el
monarca dejó constancia de ello en numerosos poemas escritos durante su
destierro. Con forma de torreón, de planta cuadrada y con una bóveda
semiesférica espectacular, se encontraba situado en el centro del palacio,
rodeado por varios salones, uno por cada una de las Pléyades (según la
mitología griega, son las
siete hijas de Atlas y Pleione, llamadas Alcione, Merote, Electra, Celaeno,
Taygeta, Maia y Asterote). Fue una
prueba más de su amor por ella, aunque no la única (me viene ahora a la memoria
el capricho por ver la nieve de la reina que llevó a Al-Mutammid a ordenar que
plantasen almendros adultos en las laderas de la sierra cordobesa para que
Itimad pudiese ver la magia de los árboles en flor, simulando los efectos de
una copiosa nevada), ya que no se puede olvidar que esta familia sentía una
particular debilidad por las artes, en especial la poesía y todas las ciencias
conocidas (astronomía, astrología, etc.), que no dudaban en conciliar
llegado el caso, hasta el punto de encontrar referencias por doquier.
Los personajes:
La mayoría de los personajes son
reales y son muchos, aunque como toda historia ficcionada, también los hay que
son pura invención. En algunos casos nos encontraremos con que el autor, dados
los pocos datos existentes sobre algunos, basándose en hechos reales ha
elaborado una perfecta composición para darles vida. De cualquier modo, tanto al
inicio de la novela como en las sucesivas partes en que se divide, nos
encontramos con un índice onomástico de los intervinientes donde diferenciar
quienes son unos y otros. También nos encontraremos con personajes “sorpresa”,
que aparecen en la novela sin tener gran relevancia en esta historia, aunque la
tengan realmente porque sus hechos los amparan, como pueden ser Alfonso VI o El
Cid, pero es que esta es la historia de otros.
Dado que resultaría complicado
describiros a los principales, porque como decía son muchos, os adelantaré mis
impresiones sobre los protagonistas:
Al-Mutadid: Segundo en la estirpe abadí,
sucedió a su padre Muhammad ibn
Ismail ibn Abbad. Durante su reinado,
consiguió anexionar prácticamente todo el sur de la península, desde Badajoz
hasta Granada, sin embargo, estas contiendas desembocaron en un debilitamiento
de las finanzas y del contingente militar que le llevaron a tener que prestar
vasallaje al rey de Castilla, Fernando I. De su carácter, destaca la
ambivalencia: por un lado, era un mecenas con una extremada sensibilidad hacia
la poesía; por otro, era legendaria la extrema crueldad de la que alardeaba.
Ejemplos de ello, entre otros, fue que mató con sus propias manos a su
primogénito y heredero por rebelarse contra él o el asesinato por asfixia a los
jefes de la Taifa de Ronda en una visita diplomática a Sevilla, por no hablar
de la macabra costumbre de conservar los cráneos de sus enemigos muertos.
Al-Mutammid: Segundo hijo
de Al-Mutadid, se convirtió en heredero y posterior rey de la Taifa sevillana
tras la muerte de su hermano Ismail a manos de su padre. De carácter inestable,
tan pronto se nos presenta como un militar implacable como negligente, según
las circunstancias. En el plano personal, más de lo mismo: desde muy joven
mantuvo una estrecha e íntima amistad con su mentor, el poeta Ibn Ammar, al que
decía querer más que a cualquier miembro de su familia, pero también en más de
una ocasión la dejaba aparcada (llegó incluso a desterrarle) como consecuencia de
la influencia que sobre él ejercía su esposa Itimad.
Ibn Ammar: De origen
humilde, nació en Silves, enseguida destacó por su talento para la poesía, lo
que le llevaría a ampliar sus estudios en Córdoba donde, a su vez, se convirtió
en un maestro con el ajedrez. En su juventud se dedicó a escribir panegíricos
en verso a quienes deseaban ser conocidos por sus hazañas y de ese modo
consiguió entablar relación con el rey de Sevilla, que maravillado con su arte,
le convirtió en mentor de Al-Mutammid, para convertirse con el tiempo en su
mejor amigo, una amistad más estrecha de lo habitual, que daría pie a habladurías,
que aseguraban que entre los dos amigos la relación era de carácter sexual y
que empieza a tambalearse cuando el príncipe se enamora y casa con Itimad, que
siempre estuvo en su contra, urdiendo todo tipo de tretas para alejarle de su
esposo, hasta conseguir que Ibn Ammar se revelase contra el monarca, con
trágicas consecuencias.
Itimad: Esposa de
Al-Mutammid, anteriormente a su matrimonio fue esclava; de hecho, hasta
entonces se la conocía como Rumaiquilla (esclava de Rumaiq), un comerciante que
la secuestró siendo una niña, mientras jugaba a las afueras de Silves con su
hermano y un amigo de ambos. Ella se hirió y mientras los chicos fueron a
buscar ayuda, la dejaron sola y al volver al lugar no la encontraron. Durante
años no dejaron de buscarla, por eso no se entiende bien su reacción al reencontrarse
con Ibn Abdun años más tarde, que se enamora ciegamente de ella en ese momento,
ni del odio y el rencor que fue capaz de albergar siempre hacia el tío de éste
(Ibn Ammar) y mentor de su esposo. Días después se encontraría con
Al-Mutammid mientras ella lavaba ropas a la orilla del río y él paseaba junto
con Ibn Ammar por la orilla; ambos se entretenían con un juego recurrente: uno
iniciaba una poesía y el otro la terminaba. Así, mientras el joven príncipe
recitó los primeros versos, su mentor dudó unos momentos que ella aprovechó
para darle respuesta. El príncipe se enamoró perdidamente de la esclava y pocos
días después se casó con ella, en secreto, para presentársela a su padre como
hecho consumado.
Ibn Abdun: Sobrino de Ibn
Ammar, tuvo una infancia difícil, ya que tuvo que presenciar como lapidaban a
su madre y como su padre se suicidó amargado por el remordimiento. Su tío se
hizo cargo de él entonces, hasta que consiguió colocarle en el taller de un
alfarero mientras él volvía a Sevilla a intentar labrarse un futuro. Pero si
algo marcó su vida fue un la desaparición de Naylaa, la hermana de su mejor
amigo a la que nunca dejó de buscar. Tuvieron que pasar muchos años, hasta que
el azar la puso en su camino y entonces sólo encontró un rechazo visceral que
le hundió definitivamente. Decidió entonces abandonar su localidad natal,
Silves, y hacer su particular periplo vital.
Para resumir, independientemente
de la relevancia histórica de cada uno de ellos, son personajes perfectamente
construidos, capaces de despertar con sus actitudes todo tipo de pasiones en el
lector, incluido el odio, porque cada uno de ellos, a su modo, vivieron su vida
sin medida, respondiendo a cada ofensa real o imaginaria por medio de la
venganza, sentimientos que el autor, con su generosa pluma, ha sabido
transmitir con una fuerza inexorable.
Pero hay uno en particular que hace de la venganza un arte
porque no duda en esperar el tiempo suficiente para levarla a cabo:
“He vivido en el turbulento periodo que siguió a la caída del Califato y la aparición de mil reinos en lo que antes fue la poderosa al-Ándalus. Aprendí siendo un niño lo que era el dolor y la pérdida cuando mi madre fue ejecutada. Quedé al cuidado de mi tío, que pasó de ser un pobre poeta a convertirse en uno de los hombres más poderosos de nuestra época.
Mi vida se desmoronó y la levanté de nuevo, entretejiéndola junto con el barro al que aprendí a dar forma en el taller de un alfarero. Pero los ojos de una mujer son el arma definitiva contra el corazón de un muchacho enamorado. En especial cuando miran hacia la protección que puede ofrecer un príncipe en lugar de hacia la humilde casa de un ceramista.
He cruzado desiertos y he vivido guerras mientras que, en el mundo que dejé atrás, las vidas de mi tío, de la mujer a la que amé y de mi rey, bailaban al ritmo de la traición y las intrigas. He sido esclavo y he bordeado la muerte. Y ahora regreso con un ejército, dispuesto a vengarme.”
Se trata de Ibn Abdun, por quien el autor dice sentir una
especial debilidad. No sé si se debe a esa necesidad de crear belleza desde la
nada (uno desde el barro, otro desde una página en blanco), a mantener sus
principios inmutables, a esa necesidad de renacer cuando todo parece perdido o
a una mezcla de todo. El caso, es que me ha parecido el más cercano y el más
humano de todos, capaz de aferrarse a la vida cuando todo parece perdido.
Estilo:
Partiendo de la base de que Teo
Palacio utiliza todos los elementos fundamentales para mantener nuestro
interés: unos escenarios fascinantes, personajes complejos perfectamente
perfilados, sentimientos a flor de piel: amor, amistad, odio, deseo de venganza
o de poder… y la sombra de una predicción que obliga a los protagonistas a
buscar la manera de evitarla, divide la novela en cuatro partes y un epílogo y
estas, a su vez, en capítulos medianamente extensos. Lo curioso, es que
mientras las tres primeras partes están contadas por un narrador omnisciente en
tercera persona, la última lo está en primera, por uno de los protagonistas.
Abundan en la historia las
detalladas descripciones, simultaneadas con diálogos que hacen que el ritmo
narrativo no se ralentice. Obviamente, también se intercalan tramas secundarias
y relatos que nos proporcionan información adicional. Pero si hay algo que me
ha sorprendido muy positivamente es la introducción de distintos poemas
escritos realmente por los protagonistas.
ENLACES
DE INTERÉS:
Web oficial del autor.
Web oficial de la novela.
Facebook
del autor.
Twitterdel autor.
Booktrailer
de la novela:
CONCLUSIONES:
La predicción del astrólogo es una novela histórica con una trama muy bien urdida, unos
escenarios perfectamente descritos y unos personajes tan atractivos como bien
construidos. Si te apetece conocer un período de lo más interesante de nuestra
historia, relatado de una manera amena y minunciosa en cuanto a documentación,
este es tu libro, te lo aseguro. Pero también te aconsejo que lo hagas con
calma, paladeando cada párrafo, viviendo cada situación, porque es una novela para
disfrutar y recordar.