NUNCA VOLVERÁS, de Hans Koppel

DATOS PRÁCTICOS:

Título: NUNCA VOLVERÁS

Autor: Hans Koppel

Traductor: Pontus Sánchez

Editorial: Planeta

Colección: Planeta Internacional

ISBN: 978-84-08-01394-5

Páginas: 336

Presentación: Rústica con solapas

Cuando vi este libro entre las novedades de Planeta, no pude evitar fijarme en él. La portada me parecía inquietante, la sinopsis atractiva y venía avalado por algunas críticas que lo convertían en un “caramelito”:

Suspense psicológico en estado puro y desde la primera página. La crítica internacional se ha rendido ante esta obra y fue nominado mejor libro por la Academia de novela negra sueca.

EL AUTOR:

Petter Lidbeck (Suecia, 1964) es realmente el nombre bajo el que se cobija Hans Koppel, pseudónimo con el que ha publicado una larga serie de novelas en las que satiriza a la burguesía sueca.

Con este libro, nominado como mejor novela por la Academia de la novela negra sueca, ha alcanzado un éxito notable en su país, que se ha extendido a otros países como Alemania e Inglaterra.

ARGUMENTO:

Nos encontramos en Helsingborg, una tranquila ciudad localizada al sur de Suecia en la provincia de Skane. Allí viven los Zetterberg, Mike e Ylva, con su hijita Sanna. Una tarde, tras la jornada laboral, Ylva no regresa a casa. Su esposo entiende que se ha quedado a tomar unas copas con sus compañeros, algo que precisamente habían comentado por la mañana, antes de despedirse para acudir a sus respectivos trabajos. Pero las horas pasan y sigue si aparecer.

Al día siguiente Mike se da cuenta que se ha quedado dormido esperándola cuando su hija le despierta, pero no hay ni rastro de ella, ni un mensaje en el teléfono respondiendo al que él le dejó a última hora, ni una llamada perdida. Cuando consigue dejar a la niña entretenida, llama a Noor, la compañera de trabajo de su mujer con la que además ha entablado una verdadera amistad. Pero ella le corrobora que no salieron la tarde anterior y que Ylva le dijo que se marchaba a casa directamente. A continuación llamó al único hospital de la ciudad, por si había tenido algún tipo de accidente, pero tampoco había noticias de ella y cuando la desesperación empezó a ahogarle, repitió llamada a Noor, a quien le pidió que hiciese una ronda de llamadas entre sus conocidos, por si acaso.

Después llegará la investigación policial, que tampoco arrojará novedades sobre el paradero de Ylva, Mientras tanto, a poco menos de cien metros, ella observa desde el sótano de la vivienda de unos nuevos vecinos recién llegados y a través de una pantalla de ordenador  conectada a una cámara que sus raptores han instalado en el domicilio de los Zetterberg, el devenir diario de su familia, mientras es violada y vejada sin descanso.

           

IMPRESIONES:

La primera palabra que se me viene a la cabeza cuando intento determinar qué define o cual es la característica más notable de esta novela es la de intensidad. Y eso tiene mucho que ver por una trama que no agota, ya que está muy bien definida, aunque al principio se nos plantean, de sopetón, cuatro realidades simultáneas:

- En las cinco primeras páginas de la novela nos presentan un asesinato a sangre fría, en el que podemos dilucidar, sin el menor atisbo de duda, que es el resultado de una venganza urdida con mucho esfuerzo.

- A continuación nos encontramos con Gösta Lundin, un profesor en psiquiatría ya retirado que está dando una conferencia a un grupo de policías, titulada “¿Cómo es posible?”, en la que intenta explicar las razones por las que muchas víctimas son capaces de someterse a sus verdugos sin ofrecer la más mínima resistencia, que sólo es debido a los métodos empleados. De ese modo, enumera las distintas fases que tendrán mucho que ver a lo largo de la trama:

1.- Traslado, aislamiento social.

2.- Breaking in violence.

3.- Inanición.

4.- Agresión o amenaza de agresión.

5.- Degradación.

6.- Culpa.

7.- Amabilidad, recompensas.

8.- Bloqueo del yo.

9.- Pérdida de la perspectiva de futuro.

- En otro punto tenemos a Jörgen Petersson, un muchimillonario algo excéntrico que para matar el aburrimiento, decide un buen día rescatar de entre las muchas cajas de mudanza que pueblan el sótano de su casa el álbum de fotos del instituto. Tiene interés en dar con la foto de grupo con los compañeros de clase. A continuación llama a uno de ellos, que sigue siendo su amigo en la actualidad: Calle Collin, un periodista que no acaba de encontrar su espacio. Poco a poco, entre los dos, intentan saber qué ha sido de la vida de sus antiguos compañeros, en particular de “La Pandilla de los Cuatro”, compuesta por Morgan, Anders Johan, Ylva. El primero murió de cáncer de páncreas, no hace mucho porque Jörgen leyó la esquela en el periódico. El segundo, también, como consecuencia de un asesinato que todavía no está resuelto. Pero de Johan y de Ylva no saben nada todavía…

- Y por fin, nos trasladaremos a Helsingborg, el lugar donde se desarrolla la acción principal y donde residen Mike Zetterberg, su esposa Ylva y Sanna, la hija de ambos. Todo comienza cuando Ylva, un viernes, tras su jornada laboral no acude a casa. Su marido, en principio, piensa que se ha quedado con sus compañeras a tomar unas copas… mientras que realmente esa era la intención de la esposa, antes de que fuera abordada por una pareja a la que reconoció de antaño. Y desde ese momento, desaparece de las vidas de su familia y amigos…

Como se puede comprobar, son varias tramas que se van intercalando a lo largo de los capítulos (curiosamente muchos para la extensión de la novela, aunque cortos) que lógicamente, al final confluyen. Estas distintas escenas te permiten conocer a los personajes minunciosamente, pues salen a relucir no sólo los rasgos de su personalidad, sino todo aquello que la fraguaron.

La novela está escrita en tercera persona por un narrador omnisciente y sigue un orden lineal, aunque eso no implica que los personajes, en particular los principales, sean capaces de meditar y retrotraerse hacia su pasado, según las circunstancias. De hecho, el origen de todo lo que ocurre y en lo que después degenera tiene que ver con algo que sucedió hace dos décadas.

Pero hay algo en cada una de las situaciones que me ha resultado singular y es que cualquiera de los personajes que aparecen en la novela son incapaces de caerle bien a alguien. Es verdad que puedes llegar a sentir lástima en un momento determinado por alguno de ellos –como la familia Zetterberg, cada uno por un motivo- pero hay mucho de pusilanimidad en la mayoría de ellos que desespera, incluidos los policías encargados de resolver el secuestro que es de nota. Imagino que eso es lo que busca el autor precisamente.

La intriga se dosifica poco a poco y de tal manera que si os sirve como anécdota os diré que empecé a leer la novela un sábado. Normalmente leo sólo por las noches, excepto algún rato suelto los días laborables. Los fines de semana suelo extenderme más, así que cogí el libro por la tarde. Leí aproximadamente la mitad. Por la noche volví a las andadas, intentando avanzar algo hasta que el sueño me venciese, pero no hubo manera. Cuando entendí que no podía más, porque ya tenía la vista cansada, intenté dejarlo y dormir. Pero no hubo manera. Al cabo de veinte minutos volví a encender la lamparita de mi habitación y no pude parar hasta las seis de la mañana en que lo terminé.

Eso si, también os digo que Koppel no nos engaña en ningún momento, nos presenta los hechos desde el principio e incluso las pautas expuestas por ese profesor emérito que al inicio de la novela exponía cómo las víctimas son capaces de dejarse hacer cualquier cosa sin mostrar oposición se cumplen a rajatabla. Es más, si en la charla se limitaba a enunciarlas, a lo largo de los capítulos en los que la acción se centra en el cautiverio de Ylva, éste comienza con la explicación de cada fase, anticipándonos lo que nos vamos a encontrar. Nada bueno, claro.

ENLACES DE INTERÉS:

Puedes leer un fragmento del libro en este enlace.

Booktrailer de Nunca volverás:

CONCLUSIONES:

Como decía al principio, estamos ante una novela donde la intensidad lo envuelve todo. Desde el primer momento somos conscientes de todo lo que ocurre y sólo podemos especular con el final, que por mucha fantasía que le echemos, será de todo menos feliz ¿o alguien puede salir indemne de un secuestro?. Y la espera, ante lo que se avecina, es tensa como pocas veces he experimentado. La prosa es ágil, directa y en cierto modo cruda, por no decir que cruel, de fácil lectura. Un relato adictivo que no te dejará indiferente.

                    Esta reseña participa en la iniciativa:

RETOS:
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