DATOS TÉCNICOS:
Título: EL
JUEGO DE LAS TRES CARTAS
Autor: Marco
Malvaldi
Traductor: Juan
Carlos Gentile Vitale
Editorial: Destino
Colección: Áncora &
Delfin
ISBN: 978-84-233-2948-9
Páginas: 212
Presentación: Rústica
con solapas
Me gusta navegar por la web oficial de la
Editorial Destino, porque siempre encuentro algún libro que me llama la
atención, en particular entre los que forman parte de su Colección Áncora y
Delfín, aunque, si os digo la verdad, cada vez que tengo un libro de la
mencionada recopilación, siempre busco en la solapa a ver qué títulos nuevos
hay, porque me gustan todos. Ya he leído unos cuantos y, sean del género que
sean, ninguno me ha decepcionado, sino todo lo contrario.
EL AUTOR:
Poca información
he podido recabar sobre el autor, excepto la que he encontrado en la solapa de
la novela:
Marco Malvaldi
nació en 1974 en la ciudad de la torre inclinada. Estudió y se licenció como
Químico teórico en la Universidad de su ciudad natal, Pisa, pero por lo que ha
llegado a consagrarse como un autor de éxito entre los lectores es con la saga
de novelas protagonizada por los jubilados del BarLume, consiguiendo el apoyo
unánime de los libreros italianos.
ARGUMENTO:
En Pineta, una turística y pequeña localidad de
unos cinco mil habitantes cercana a Pisa, se celebra un Congreso Internacional
sobre Química (el XII Internacional Workshop on Macromolecular and
Biomacromolecular Chemistry), al que lógicamente, acuden expertos en la materia
de todos los rincones del mundo. Todo transcurre con normalidad, en el primer
día del XII Internacional Workshop: el congreso se inaugura con una conferencia
a cargo de uno de los ponentes más prestigiosos que se han dado cita, para
continuar con la primera tanda de seminarios durante las dos horas siguientes.
A continuación se hace una pausa para enlazar hasta la hora del almuerzo. Más
tarde se retoma la actividad por la tarde, haciendo una nueva pausa para el
café y abordar el último tramo, momento en el que la normalidad deja paso al
estupor, al saberse que Kiminobu Asahara, un anciano profesor japonés y toda
una eminencia en su campo, de setenta y cuatro años de edad ha muerto tras
golpearse con el canto de un mueble en la cabeza.
Los responsables del catering son Massimo y
Aldo –dos hosteleros de la localidad-, que a la vez que llevan a cabo su tarea
con diligencia como camarero y maître respectivamente, no pueden evitar prestar
atención a algunas de las conversaciones que ante ellos se mantienen. Y
precisamente, al comprobarse que lo que en principio parecía un accidente,
tiene visos de asesinato, el comisario Fusco llama a sus convecinos para
conocer sus impresiones al encontrarse en el lugar. Obviamente, los problemas
de comunicación entre el entorno del viejo profesor y la policía son
complicadas por cuestión de idioma, por lo que el comisario solicitará la ayuda
de Massimo en estos menesteres.
Lógicamente, los congresistas son retenidos
por las autoridades para iniciar la investigación y mientras, en el bar, el
cuarteto de jubilados aprovecha para llevar a cabo una investigación paralela.
IMPRESIONES:
Esta novela es la segunda entrega de la
que ya se ha denominado Trilogía del BarLume. Poco o nada puedo decir de
la primera, excepto lo que nos cuenta la editorial a través de su sinopsis: que
mantiene la misma línea argumental, porque no la he leído. Ni siquiera sabía de
su existencia hasta que he terminado ésta. No obstante, no hay problemas en
cuanto a falta de información como suele ocurrir con algunas series, pues
además de ser historias concluyentes, no se echan en falta ningún tipo de datos
sobre los personajes relevantes, ya que estos están muy bien perfilados.
El autor ha elegido una perspectiva de lo
más gratificante para engancharte desde el primer momento: sitúa la acción en
un pintoresco pueblo italiano, cercano a Pisa, donde un grupo de jubilados se
reúnen a la sombra de un olmo en la terraza de único bar de la localidad. El
dueño, nieto de uno de ellos, está hasta la coronilla de soportarlos, tanto a
ellos, como a sus costumbres y cotilleos y por más indirectas que les echa, no
se dan por aludidos.
La narración comienza presentándonos a
Koichi Kawaguchi, uno de los congresistas que acuden a Pineta procedente de
Tokio. Y es en esas primeras páginas cuando nos damos cuenta de lo que nos
vamos a encontrar a lo largo de la novela: unas descripciones detalladas,
incluso profundas, y un profuso y lúcido sentido del humor. Para que os hagáis
una idea, os pongo en antecedentes: como os decía, el japonés llega al
aeropuerto de Roma Fuimicino cargado con todo tipo de prejuicios hacia los
italianos, pero como su destino es Pisa, tiene que hacer una escala de dos
horas, que aprovecha para matar el tiempo dirigiendo sus pasos en primer lugar hacia
los servicios públicos (que no le hacen mucha gracia tanto por su falta de
higiene como por su mala conservación) y a continuación hacia uno de los bares
del recinto aeroportuario. Pide entonces un café, “oscuro y concentrado,
servido en un taza ya templada, estaba buenísimo”.
Para deducir en consecuencia: los
italianos, al contrario que los japoneses, calientan las tazas en sentido
inverso a como ellos lo hacen, que prefieren los sanitarios calientes y las
vasijas frías.
Con respecto al humor, he de decir que no
es que sea un libro gracioso con el que te estés partiendo de risa
continuamente, sino que tiene ligeros toques divertidos que te hacen sonreir en
bastantes ocasiones. (También es verdad que muchos de los libros que se venden
como divertidísimos, a mi no me lo parecen).
Uno de los puntos destacables de la
novela es el de la ambientación, realista y cotidiana, más cuando te enteras
que Pineta es un pueblo ficticio, porque nos lo describe de tal modo que
pasaría por el típico pueblo costero y turístico de la Toscana, con sus problemas
estructurales y urbanísticos, pero también con esos rincones ribereños
bellamente detallados. La fina ironía del autor es más que palpable en muchos
detalles, como cuando Massimo se aproxima a las dependencias de la policía,
andando para llegar antes, y empieza a meditar sobre las mejoras urbanas llevadas
a término por el lumbrera de turno en el trazado viario al crear doce
kilómetros de carriles bici con el único fin de conseguir fondos de la
Comunidad Europea.
Pero si destacable es la ambientación, la
fuerza de la historia recae en sus personajes, ciertamente carismáticos, aunque
no por ello debemos llevarnos a engaño, pues se trata de una novela donde
abundan bastantes de ellos y las descripciones de su carácter son más bien
someras. Por un lado, tendríamos a Massimo, el dueño del BarLume, que
lleva el local desde hace algunos años con la ayuda de Tiziana, una chica para
todo, jovial e inteligente; por otro, al
grupo de veteranos que se reúnen en la terraza del establecimiento a la
sombra de un viejo olmo:
● Ampelio: Es abuelo de
dueño del BarLume y tiene ochenta y tres años. En su juventud fue jefe de
estación y sindicalista. La única afición que se le conoce de aquella época era
el ciclismo y en la actualidad pasa las tardes en la terraza del bar, junto a sus
amigos.
● Aldo: Es viudo y aunque septuagenario,
se niega a jubilarse. Es dueño de un afamado restaurante, -el Boccaccio- que
sobresale gracias a su surtida bodega y su admirable cocina, debido a las artes
culinarias de su cocinero Otello Brondi. Sus grandes pasiones, además de las
mujeres, son la música y la literatura clásica.
● Del Tacca del Ayuntamiento, Su nombre de
pila es Pilado, pero es llamado así para diferenciarlo de otros muchos “del
Taccas” que habitan en la localidad. En su juventud trabajó en la Casa
Consistorial y de ahí el sobrenombre. Más ancho que alto, entre sus
“cualidades” también se encuentra la antipatía.
● Rimediotti: Posiblemente el
más mayor del cuarteto, en realidad se llama Gino. De apariencia decrépita “a
medio camino entre un enfermo crónico y un fugitivo”, tiene muy buen carácter,
a no ser que le saquen de quicio, claro.
Después estarían algunos de los
congresistas, siendo los más detacables Koichi Kawaguchi, un informático
que ha desarrollado un código de gran valor para los cálculos que en virtud de
sus investigaciones es vital para los químicos allí reunidos y A.C.J. Sniijders,
un holandés un tanto estrafalario en el vestir y en sus costumbres que hará las
delicias de los parroquianos del BarLume al alimentar sus cotilleos, dándoles
pie al filtrarles información para sus indagaciones. Sin olvidar la figura del comisario
Vinicio Fusco, un personaje que nada entre la presunción y la chulería, la
simpleza y la tozudez, al que Massimo ya ayudó en un caso anterior.
El desenlace lo he encontrado algo precipitado,
dejándome la sensación de que se ha quedado a medio camino. La pena es que el
autor tenía a su disposición las herramientas suficientes como para haberlo
conseguido, ya que bastaba con haberle sacado más partido a la motivación del
asesino y las circunstancias en que se movían los implicados.
CONCLUSIONES:
En
ocasiones le pedimos a los libros lo que nos falta: aventuras épicas y
fascinantes, un suspense emocionante o un dramón en toda regla que nos haga
llorar como si no hubiese mañana, pero hay otros libros que sencillamente
entretienen, que te permiten pasar unas horas enganchada a una historia amable.
Por ello, si lo que buscas es el entretenimiento puro y duro, te aseguro que
este libro te está pidiendo a gritos que te lo lleves a casa. Si eres un
purista del género negro o policíaco, puedes cogerte un buen mosqueo, porque
aquí el asesinato es prácticamente un pretexto, eso si, delicioso, ya que
durante unas horas no se te irá la sonrisa de la boca.
Hola! A mi este tipo de libros me suelen hacer pasar ratos agradables. Me gustan los libros ambientados en pueblos de toda la vida y los personajes propios de ellos. Quizás sea porque mis raíces están en dos pueblecitos de no más de 200 habitantes y haya pasado largos e inolvidables veranos en ellos.
ResponderEliminarMe lo apunto. Mil gracias
Besos!
laseternaspalabras.blogspot.com.es
Me encanta la portada
ResponderEliminarLo había visto por ahí y me había llamado la atención, pero esta es la primera reseña que leo. La idea de que la trama se desarrolle en un pueblo me llama mucho la atención, seguro que es un escenario que da para mucho. No iré corriendo a por él, pero si necesito alguna lectura entretenida entre otras más densas puede que lo pille. 1beso!
ResponderEliminarNo me has acabado de convencer, aunque la reseña sea muy buena y la portada del libro de esas que te comerías (jajaja).
ResponderEliminarSaludos
Pues me encanta. Por lo que explicas creo que es un libro con mucho encanto y personalidad, me apetece un montón leerlo. Aish, otro que va para la lista, es que esto es un nunca acabar...
ResponderEliminarPues pese a tu reseña no me termina de llamar. Me alegro de que a tí te haya gustado. Un beso!!
ResponderEliminarNo sé... Creo que no es mi tipo (de lectura). Pero se agradecen las reseñas de todo tipo. Un besazo.
ResponderEliminarParece interesante, pero no me acaba de convencer.
ResponderEliminarMuy buena reseña.
Un beso.
Estupenda reseña!!! Pues, como tu bien dices, a veces buscamos o necesitamos un libro que nos haga pasar un Buen rato, y a mi si que me has convencido.... :)
ResponderEliminarMe tomo nota del título para hacerme con él!
Muchas gracias por tu reseña!!!
Besos.
La verdad es que con esa portada no esperaba ese argumento, creo que con tus conclusiones me hago más a la idea. Además creo que es la primera reseña que leo, así que me lo descubres. Un besito
ResponderEliminarA mi no me suena de verlo antes, buena reseña, gracias por compartirla, saludos
ResponderEliminarTe he dejado un premio en mi blog http://omeucartafoldelibros.blogspot.com.es/2013/01/premios-para-el-blog.html
EliminarA mi me gustó mucho el libro (y gana si lo lees en su lengua original) :)
ResponderEliminarUn libro a tener en cuenta, parece tener una lectura agradable y si además tiene guiños con los que sacarnos una sonrisa e ironía con la que disfrutar será cuestión de asomarse a sus páginas,
ResponderEliminarbesucus
Pues oye, ya sólo por la sonrisa merecerá la pena seguro, aunque sea para pasar el rato sin ser demasiado puristas con el género. ;-)
ResponderEliminarHe leído todo tipo de opiniones, las menos favorables lo eran por lo que apuntas sobre que no es género negro al uso. Parece una lectura agradable para cuando no tengamos la cabeza para mucho trote.
ResponderEliminarBesos
Pues no me termina de convencer, pese a tu fantástica reseña. Últimamente estoy dejando el género negro un poco aparcado y aunque esta no parezca ser puramente novela negra sino una especie de híbrido, creo que no me llama lo suficiente como para probar.
ResponderEliminarBesos.
PUes no lo conocía. Me lo dejo apuntado para aquellos momentos en que busque simplemente una lectura entretenida y ligera, que son muchos los momentos en los que sólo apetece esto.
ResponderEliminarBesotes!!!
Parece un libro original, pero los malos finales me traen de cabeza.
ResponderEliminarUn saludo.
Me gusta. Siempre he sentido simpatía por los grupos de viejetes o señoras mayores que se sientan a la fresca y cotillean de lo divino y lo humano. Cuándo era pequeña, una parte de mi calle se conservaba como en los 40, con sus casas bajas y oscuras. Y a la puerta, en cuanto hacía buen tiempo, sacaban las sillas los vecinos para charlar. Lo curioso era el fino olfato que tenían para averiguar según qué cosas. Por eso he sonreído al leer lo de los cuatro abueletes. Lo de los finales precipitados parece una maldición en los últimos tiempos, como si el autor tuviese prisa para acabar. Muchos besos, hermosa mía.
ResponderEliminar¿Ah sí? Pues me daré una vuelta a ver qué veo, no soy muy asiduo de esta editorial y no me gusta esta sensación de que me estoy perdiendo algo. desde luego el libro que nos traes es original y llamativo. Un beso Kayena.
ResponderEliminarMenuda pintaza que tiene.
ResponderEliminarÚltimamente no leo muchos libros que simplemente entretengan; a ver si en 2013 puede volver a equilibrar esta delicada balanza. Hablando de otro tema, te quería decir que acabo de recibir "La cosecha humana". Ya sé, es domingo; pero parece que había ido a parar al buzón equivocado. ¡Muchas gracias Kayena! Un besito
ResponderEliminarMe quedo con tu conclusion a veces solo queremos un libro que entretenga y poco mas, este libro me parece una buena opcion un beso.
ResponderEliminarCoincido contigo, consiguió sacarme la sonrisa desde el principio con los problemas de wifi y no me la quité hasta el final.
ResponderEliminarBesos
Es interesante lo que cuentas, me agrada el tema.
ResponderEliminarBesos
Me han hablado bastante bien de este libro. Coinciden contigo no es un novelon pero entretiene que da gusto.
ResponderEliminarme has matado, porque tenía este libro muchas cosas interesantes, y me estaba apeteciendo, hasta que has dicho lo del final precipitado, no hay cosa que odie más que los autores teniendo en sus manos las armas para hacer una novela redonda no lo consigan por falta de pericia. Ains me da que elegiré otras sendas para la novela negra...
ResponderEliminarNo me he decidido con la reseña, le encontré tantos aspectos positivos como negativos.
ResponderEliminarBesos.
Que me entretenga es el mínimo que suelo pedir a mis lecturas. Y luego como bien dices, depende de cómo esté busco distintas emociones: enamorarme, viajar o un buen apocalipsis;)
ResponderEliminarBesos!
La portada es chulísima!
ResponderEliminarLo había visto en otro blog hace tiempo, no me importaría leerlo =)
Besotes
Por un lado me llama la atención pero por otro no termina de convencerme y lo que comentas del final precipitado no termina de gustarme, así que lo voy a dejar pasar.
ResponderEliminarMusus.
Pues a mí me han entrado ganas de leerlo, la portada me parece entrañable y creo que no engaña, transmite esa sensación de amabilidad que tú destacas, y esas horas de lectura tranquila con una sonrisa permanente en los labios es algo que me gusta, yo creo que sí me has convencido y tomo nota con las únicas pretensiones de pasar unas horas entretenidas. Un besote.
ResponderEliminarComo yo vivo en un pueblo, aunque de un tamaño un poco mayor que el de la novela, me doy cuenta de que aquí también pasan estas cosas, no me refiero a los asesinatos, sino a lo de los jubilados, (las fuerzas vivas, les llamo yo) están siempre en los lugares donde hay alguna cosa importante, por ejemplo, el día del mercado, allí están, vigilantes, a ver quien está o a quien no han visto; donde hay una obra allí te los encuentras, en corrillo, diciendo como lo harían ellos, etc. debe ser lo habitual de todos los pueblos.
ResponderEliminarAparte de esto, el libro tiene buena pinta y a veces viene bien leer algo entretenido sin más.
Besos
Yo disfruté mucho con La brisca de cinco pero no tenía ni idea de que había salido ya esta novela. Por tu reseña veo que sigue el estilo de la anterior así que no me queda más remedio que añadirlo a la lista infinita de lectura :)
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