El pasado 1 de agosto publiqué las bases correspondientes a este sorteoque se celebra con carácter mensual y cuyo ganador sería el que hubiese elegido el número que coincidiese con el del sorteo ordinario del último día del mes de la ONCE.
Pues bien, una vez celebrado, este ha sido el resultado:
Por lo tanto, la ganadora ha resultado ser Rebeca de Winter, del blog Negro sobre blanco, que tendrá que elegir uno de los ejemplares que se proponían y enviarme un correo con sus datos postales en el plazo de cinco días, de lo contrario, el premio recaerá en el número anterior al premiado:
Con este libro concluyo el reto personal que me propuse cumplir este mes de agosto que finaliza. Me sirvió para tal objetivo el Maratón al que me adherí y que consiguió que eligiese algunos libros que a lo largo del año, por diferentes motivos, andaban acumulando polvo en la estantería. Tanto este libro, como El temor de un hombre sabio, no tenían culpa los pobres de mi mala cabeza, pero tan solo verlos ahí, tan tochos ellos, me echaban para atrás y una vez leídos, sólo puedo deciros que ganas me dan de aplicarme un correctivo por los buenos momentos que me he estado perdiendo durante muchos meses, teniendo dos lecturas pendientes que valen un potosí. Por ello, sólo os puedo recomendar que no sigáis mi ejemplo y que si los tenéis, os pongáis a leerlos desde ¡ya!, porque me lo agradeceréis.
Ahora sólo me resta contaros por qué esta estupenda novela merece ser leída:
EL AUTOR:
Jorge Molist nació en Barcelona, en 1951. Aunque a nivel profesional ha alcanzado un éxito notable, habiendo ocupado puestos de responsabilidad en diferentes corporaciones tras graduarse como Ingeniero Industrial y habiendo realizado un máster en Dirección de Empresas, siempre tuvo clara su vocación como escritor. Contaba tan sólo catorce años cuando se lo comentó a su padre y la respuesta, realista y lúcida, fue “Con eso vas a pasar mucha hambre” e inmediatamente, empezó a trabajar como aprendiz en una imprenta para, de ese modo, conocer el terreno desde abajo.
La experiencia debió ser gratificante, porque los resultados son más que evidentes:
-En el años 2000 publicó Los muros de Jericó.
-En el año 2003, Presagio
-En el año 2004, El anillo, La herencia del último templario
-En el año 2006, El retorno cátaro
-En el año 2007, La reina oculta
Fue en 2008 cuando superó ese miedo vaticinado por su padre y entonces abandonó su trabajo para dedicarse en cuerpo y alma a la escritura y, hasta la fecha, ha publicado esta novela en 2011.
ARGUMENTO:
Nos encontramos en 1484 cuando, en Llafranc –una pequeña localidad marinera situada al sureste de Palafrugell-, una galera pirata atraca la aldea. Los hombres, capitaneados por Ramón Serra, deciden hacer frente a los saqueadores en la playa, para permitir la huida de las mujeres y los niños hacia el Faro de San Sebastián. Pero Ramón muere a manos de un arcabucero y la inmensa mayoría abandona espantada. Su hijo mayor le encuentra agonizando y en su último estertor le implora: “Prométeme que serás libre”. Después el niño, de tan sólo doce años, verá como raptan a las mujeres jóvenes y niñas de la aldea, entre las que se encuentran su madre y hermana, dejando a la pequeña Isabel, todavía lactante, abandonada y herida en la arena.
Inmediatamente uno de los amigos y compañero de faena de su padre, que también ha perdido a su mujer y su hija, se hará cargo de los dos hermanos, ya que la niña muere como consecuencia de las heridas. Pero los acontecimientos se precipitan y los hermanos serán conducidos a Barcelona, siendo alojados en un convento.
Joan conocerá a Anna, la hija de unos joyeros y entablará relación con ella cuando comience a trabajar como aprendiz en la librería de los Corró, a quienes llega a coger un gran afecto. Son tiempos difíciles, tiempos de guerra y de Inquisición y el ambiente es hostil en una ciudad empobrecida como consecuencia de la situación.
Pero Joan tiene una promesa que cumplir: rescatar a su madre y hermana, pues nadie es libre plenamente teniendo a su familia esclavizada y dos propósitos: casarse con Anna y convertirse en librero. El camino no será fácil, mucho menos siendo pobre en tiempos convulsos. Por ello, se verá inmerso en todo tipo de situaciones, que le llevarán a participar en varias batallas y conocer todo tipo de alianzas y conspiraciones.
IMPRESIONES:
No voy a negar a estas alturas que el género histórico me apasiona, más con novelas como la que nos ocupa, en donde el proceso de documentación se palpa en cada hoja. Imagino que para el autor ha tenido que ser complicado y engorroso en cierto modo, dado el momento histórico en el que se desarrolla la historia, pero es muy gratificante para el lector, porque su labor, más allá de lo que fueron los hechos acaecidos realmente, su labor también se manifiesta en la ambientación, los escenarios e incluso la forma de pensar de la época, que a su vez sirve para caracterizar a los personajes.
Y en este sentido, tiene más valor todavía el que junto a los personajes ficticios, aparezcan otros reales, que tienen una gran relevancia en la trama, para los cuales, el autor se ha valido de diferentes medios, contrastando la información disponible, para acercárnoslos. Y resulta curioso lo ricos que son a efectos psicológicos, cuando, por otro lado, podría haber dado más protagonismo a los de ficción para curarse en salud. Me ha recordado al famoso Principio del Iceberg del que hablaba Ernest Hemingway refiriéndose a El viejo y el mar.
“… Por si sirve de algo, yo siempre intento escribir según elprincipio del iceberg. Hay siete octavos de iceberg bajo el agua por cada parte que se muestra en la superficie. Puedes eliminar cualquier cosa que conozcas y sólo fortalecerás tu iceberg. Es la parte que no se muestra. Si un escritor omite algo porque no lo conoce, hay un agujero en la historia.
El viejo y el marpodría haber tenido miles de paginas y hablar de todos los personajes de la aldea y todos los procesos de cómo era su día a día, donde nacieron, crecieron, etcétera. Así lo han hecho otros escritores de manera excelente. En la escritura, estás limitado por lo que ya se ha hecho satisfactoriamente.Por eso he intentado aprender a hacer algo más. Primero he intentado eliminar todos los elementos innecesarios para transmitir la experiencia al lector haciendo que, después de que él o ella lo haya leído, se convierta en parte de su propia experiencia como si realmente le hubiese ocurrido. Esto es muy difícil de hacer y he estado trabajando duro en ello”.
Pues bien, eso es lo que ocurre en esta novela, con respecto a los personajes históricos, el autor no omite ningún dato, evitando posibles agujeros. Y eso que tenemos un elenco de lo más ilustrativo: Bartomeu Sastre, el prior Cristòfol de Gualbes, el matrimonio de libreros Corró (Antoni Ramón y Joana), los remensas Pere Joan Sala y Joan de Canymars, el almirante Bernat II de Vilamarí, Juan Borgia y Miguel Corella, además de alusiones a otros muchos, que tienen relación directa con la trama. Sin embargo, de los personajes de ficción, se nos cuenta lo imprescindible, excepto del protagonista, claro. Incluso el hermano del protagonista, que a fin de cuentas ha sufrido las mismas circunstancias, el origen de todo el problema, a lo largo de la novela tiene una actitud pasiva; o la propia Anna, que se deja llevar a lo largo de los años, respetando la voluntad de sus padres y asumiéndola, porque es como se pensaba y actuaba en la época; o Abdallah, el maestro nazarí de la Librería Corró, condenado a su suerte sin plantarle cara, enamorado de una Granada en la distancia, una patria a la que no quiere volver por temor a verla sometida; o Carles, el galeote y amigo en la Santa Eulalia, que acepta estoicamente su destino, dando un ejemplo de dignidad sin parangón. Sin embargo, la postura de Joan Serra es contradictoria, lógico cuando siguiendo la promesa hecha a su padre, está obligado a ser libre, con todas las connotaciones que ello implican. Y el camino no fue precisamente fácil y como toda novela con alma de best-seller, cuajado de aventuras a cual más excitante.
La novela está narrada en tercera persona, con un narrador omnisciente. Se compone de 127 capítulos de corta extensión, que se devoran con ansiedad, divididos en cuatro partes, que corresponden a los diferentes estados vitales del protagonista:
La primera parte comienza con el ataque de los piratas a la aldea de Llafranc y posterior traslado organizado por el clérigo de Palafrugell y encomendado al comerciante Bartomeu Sastre de los hermanos a Barcelona. Es precisamente, tras desembarcar, cuando de camino al monasterio donde se alojarán conocerá a Anna, la hija de unos joyeros. También en ese periodo Joan comenzará a trabajar como aprendiz en la librería de los Corró, donde descubrirá su amor por los libros, mientras su hermano ayuda en el monasterio. Es el momento más álgido en la corta existencia del protagonista y en el que sufre más cambios a nivel psicológico, ya que el asalto de su aldea, que lógicamente le marcará de por vida, alimentará un rencor y un deseo de venganza que se irá perfilando progresivamente.
En la segunda parte, la Inquisición arriba en Barcelona y muchos conversos serán quemados en la hoguera. Ese es el triste destino que correrá el matrimonio Corró, los dueños de la librería, y de ahí su cambio de ocupación -comenzará a trabajar como forjador y artillero- y de gremio que, por otro lado, le será muy útil de cara al futuro, cuando en una riña de taberna mate a un marinero en legítima defensa y sea condenado a galeras.
En la tercera parte comenzará su periplo mediterráneo; por un lado, tendrá que cumplir una condena de dos años como galeote en la nave comandada por el almirante Vilamarí, el responsable de la matanza de Llafranc, por otro, su acercamiento a los territorios dependientes de la Corona española, le permitirán encontrar tanto a Anna (que tuvo que salir huyendo de Barcelona junto con su familia por ser cristianos conversos) como a su familia. En este periodo se opera un cierto grado de madurez, a lo que ayuda mucho su compañero y amigo Carles. En un golpe de fortuna (para él por los resultados posteriores), se ofrece como artillero, al verse capaz de arremeter contra un barco enemigo dados sus conocimientos de artillería. Deciden probarlo y ante el éxito obtenido, comienza a desarrollar esa tarea, lo que le permite un acercamiento al almirante, a quien en principio aborrece, pero que acaba comprendiendo con el paso del tiempo.
La cuarta y última parte corresponde al desenlace. Es posible que el final sea predecible, pero sólo en el sentido en que tiene el final deseado para un personaje que se lo ha trabajado.
Como se puede observar, por lo dicho anteriormente, la novela en cuanto a su estructura, es clásica, como suele ser habitual en el género histórico: la típica fórmula de planteamiento, nudo y desenlace, siendo la trama el cuerpo de de la historia que, a medida que avanza, crece en cuanto a tensión narrativa. Obvio es, por tanto, que la narración sea lineal, con magníficas descripciones de lugares y una lectura ágil y entretenida que en ningún momento decae.
La portada me encantó, por ser lo suficientemente ilustrativa y adaptada al momento en el que se desarrolla la acción. Hay un detalle que me parece conmovedor: Si os fijáis en el título, el “Prométeme” está escrito como si fuese manuscrito, el resto “que serás libre”, con caracteres de imprenta, en franca alusión al momento histórico, a medio camino entre la Edad Media y el Renacimiento; entre los libros manuscritos y los publicados por medio de la imprenta.
Y del título qué decir… si soy sincera, fue lo primero que me llamó la atención del libro y el motivo por el que quise leerlo. ¿Puede haber otro más hermoso? Creo que no. Pero todavía impresiona más cuando, metidos en harina, descubrimos la forma y el momento en que la frase se pronuncia.
No puedo obviar que este libro es un homenaje al mundo del libro y de quienes aman la Literatura en general, y en particular a los libreros, editores y encuadernadores y, como en su día aprecié a través de las páginas de otra gran novela ambientada en la misma época -El taller de los libros libros prohibidos- la inmensa labor que un puñado de hombres hicieron, jugándose la vida, para que otros tuviésemos acceso a la cultura.
“Los libros tienen cuerpo y alma, como nosotros. Hazle a tu amada un libro con un hermoso cuerpo que acaricie el suyo y que se deje acariciar. Ponle un alma que llegue a la suya, que se funda con ella, que la sosiegue y que le dé paz. Un libro que la descargue de sus miedos, penas y culpas para que se vuelva a sentir como la niña que conociste, que tenía el corazón nuevo para amar y que decidió dártelo a ti”.(Página 711)
Como en muchas novelas del género histórico, está henchida de detalles, los vemos desfilar ante nuestros ojos. Un ejemplo de ello es cuando nos explican el significado de alguna palabra, por ejemplo, cuando Bartomeu que es un mercader que trabaja para la Iglesia, (aunque de tapadillo también ejerce como librero y lleva sus propio género) cuando llega a Barcelona con los niños, lo hace por mar y tras contratar a los porteadores y pagar los impuestos, se dirige a la calle donde se encuentran los cambistas, pues en cada localidad se utiliza un tipo de moneda y les explica el significado de la palabra “bancarrota”, refiriéndose a que las mesas donde realizaban su trabajo se denominaban “bancas”. Entre las atribuciones de estos trabajadores estaba la de destruir aquella moneda que identificasen como falsa, pero lo fundamental era que, bajo ningún concepto, podían engañar en sus transacciones, so riesgo de que los oficiales de la ciudad, que velaban por la buena praxis, les rompiesen la banca, lo que significaría quedar en bancarrota pública. Por otro lado, había dos clases de cambistas: los Cambis Vells y los Cambis Nous, siendo los segundos los que volvían a intentarlo de nuevo tras haber sido castigados públicamente y la gente estaba prevenida de sus antecedentes ¡Qué tiempos!.
También nos ofrece un par de grabados: uno de Barcelona al principio, otro de Nápoles, al final. Igualmente se nos presenta el mapa de la Barcelona de 1492, donde podemos observar los lugares por donde se desenvuelve el protagonista a su llegada a la ciudad condal. No son los únicos detalles, pues la edición está muy cuidada. También aparece el dibujo del esqueleto de una galera, La Santa Eulalia y un glosario de los personajes históricos que aparecen en la novela.
1.Convento Santa Ana 2.Librería Corró 3.Joyería Roig 4.Fragua de Eloi
5.Casa en Peu de la Creu 6.Plaza del Rey 7.Iglesia de Sant Just 8.Iglesia de la Trinitat
Si quieres leer el primer capítulo, pincha en este enlace.
Book-Trailer:
CONCLUSIONES:
En definitiva, Prométeme que serás libre es la novela ideal si tu género es el histórico, pero no es sólo ese el motivo por el que te recomiendo su lectura. Si te apasiona la aventura, disfrutarás de ella como nunca pudiste imaginar, porque está abierta a cualquier tipo de lector, porque la prosa es ágil y rápida y la historia inolvidable. La devorarás con fruición, porque es un placer sumergirse las peripecias vividas por estos personajes que se hacen querer y, por unas horas, tu único deseo será el de formar parte de sus vidas, que son cualquier cosa, menos aburridas.
Conseguí este libro en un sorteo bloguero hace unos cuantos meses. La verdad es que me apetecía un montón leerlo como consecuencia de las reseñas que se habían publicado en la red, pero por unas cosas o por otras, nunca le llegaba el momento, hasta que me apunté al Maratón veraniego de este mes de agosto y decidí quitar el polvo a la estantería, que falta le hacía aunque no ha sido suficiente.
EL AUTOR:
Óscar R. Arteaga, el menor de seis hermanos, nació en La Línea de la Concepción (Cádiz), un 12 de abril de 1974. Pero su infancia no transcurrió allí, sino que debido a la profesión de su padre, residieron en distintos lugares de la geografía española, hasta que se instaló en Sevilla, donde cursó estudios universitarios de Filología Árabe e Italiana. Posteriormente viajaría a Marruecos, contando veintidós años, sumergiéndose en el mundo del turismo, que le permitió conocer lugares como Lanzarote, Tenerife, Fuerteventura, Mallorca o Menoría.
El autor, que se declara un apasionado de la literatura desde su infancia y de un amante de la escritura, nos presenta su primera novela autopublicada, aunque también podemos conocerle a través de las crónicas que periódicamente publica en su blog.
ARGUMENTO:
Todo comienza cuando Mara, fotógrafa de profesión, acepta una oferta de trabajo en Tenerife, para ponerse a las órdenes de otra profesional de reconocido prestigio internacional –Chloe Vanderhoeven-, casada con el gerente de un hotel de lujo.
Enseguida se hace al trabajo, que aunque es ciertamente estresante, le recompensa y, al alimón, entablará una relación de amistad con la secretaria del estudio fotográfico y su hermano, que trabaja en el hotel. Las relaciones con su jefa y el marido de ésta también se vanampliando, hasta que llega a la isla el hijo de él, procedente de Estados Unidos, fruto de una relación de juventud con otra mujer y se enamoran. Vivirán un intenso romance, capaz de hacerles cuestionarse su propia realidad e intentar modificarla, hasta que entra en escena una tercera persona.
IMPRESIONES:
La primera vez que leí una reseña de este libro, el título de la novela me llamó poderosamente la atención. Después, al ver que la acción transcurría en Tenerife, até cabos, ya que es así como los romanos denominaron a la isla, (Nivaria: del latínnix,nivis, nieve), que vendría a significar Tierra de la nieve, en clara alusión a las nieves que permanecen sobre el Teide. Todo ello se explica también en el libro, claro está.
Nivaria narra la historia de amor y desamor de Mara, la protagonista de esta novela, una mujer normal y corriente, aunque con un poso de amargura, que a medida que vamos adentrándonos en su día a día, iremos conociendo. Cuando llega a Tenerife, tras aceptar una oferta de trabajo, lo hace intentando abandonar una existencia tediosa y anodina, para dar un giro a su vida. Y se vuelca en su trabajo, con el que disfruta, como quien se agarra a un salvavidas en un seísmo. Y de rondón, entabla una estupenda relación de amistad con Guayarmina, la secretaria del estudio de fotografía y su hermano Yerai, así como con su propia jefa y su esposo. Hasta que ocurre lo inevitable: llega, por vacaciones, el hijo de sus jefes –un norteamericano guapo, divertido y mujeriego- y se enamoran. Aunque en principio son conscientes de todo lo que les separa, de que la permanencia de William en la isla es transitoria, deciden seguir adelante con la relación… hasta que ésta se trunca de la manera más dura posible.
Y siendo el amor el motor sobre el que gira la novela, los personajes son la pieza primordial que lo ponen en funcionamiento, por lo que se podría decir que Nivaria es una novela de personajes y, como tal, están perfectamente definidos, incluidos sus claroscuros. Pero, sobre todos ellos, Mara se nos presenta como una mujer rica en matices. Resulta sorprendente la manera en que un hombre ha sabido dar vida a una protagonista tan compleja, con la que es tan fácil empatizar debido a su buen hacer, en particular por las formas elegidas, ya que con mucho acierto, no sólo borda el carácter de la protagonista, sino que éste se nos va mostrando muy poco a poco. De hecho, en principio se nos muestra como una mujer frustrada, que huye de cualquier compromiso, pero poco iremos viendo su evolución, los motivos que le han hecho desconfiar del género masculino, encontrándose el origen en su propio entorno familiar, representado en la figura de un padre machista hasta la médula que a lo largo de los años ha conseguido anular psicológicamente a su madre y unos hermanos fielmente retratados a su imagen y semejanza.
En cuanto a escenarios, viajaremos con Mara a Tenerife, Marruecos, Lisboa y su Palencia natal. Es bien cierto que las descripciones de Tenerife son las más explícitas, porque es el lugar donde más tiempo reside y porque quizás, como cualquier persona que viaja a un lugar tan diferente al suyo de origen, aprovecha para darnos su punto de vista. A Lisboa sólo va un fin de semana; a Marruecos unas semanas, precisamente por otro trabajo y en Palencia se detiene poco, posiblemente para darle mayor verosimilitud, pues como cualquier mortal, Mara se encuentra en la ciudad que la vió nacer, de la que conoce todo y donde se limita a trabajar y visitar a su madre enferma.
El ritmo es algo lento, no como norma general, sino en momentos puntuales, sobre todo durante el período que la acción se traslada a Marruecos. Por un lado, en esta novela Mara no viaja solamente en el espacio, sino que también lo realiza a nivel íntimo, de manera introspectiva. Hasta ahí, genial y no sabría catalogarlo como un fallo o un acierto, pero lo que realmente no me ha convencido es la subtrama creada, el modo de llegar allí, de contactar con ella, (aunque haya sido por la intermediación de su antigua jefa, que quiere ayudarla) y todo lo que gira en torno a Salim.
Contado en tercera persona, por un narrador omnisciente, al principio se puede sentir la impresión de andar por un laberinto, ya que se simultanea el presente y el pasado y cuesta un poco cogerle el tranquillo, pero bueno, son unas páginas, enseguida te haces a ello. El lenguaje es delicioso y sutil y las descripciones, más abundantes que los diálogos, espléndidas.
El final, para mi gusto, demasiado previsible, pero creo que era el único viable, aunque parezca un despropósito. ¿Por qué? Pues por lo mismo que comentaba anteriormente: creo que Óscar R. Arteaga ha pergeñado un personaje muy real, con virtudes y defectos como cualquier hijo de vecino, que cuando se siente intensamente dolido, abandona y huye. Que no se para a evaluar la trascendencia de sus actos. Y será el tiempo, con la ayuda de quienes realmente te quieren, quien ponga todo en su lugar. Entonces todo cuadra y el final es perfecto.
CONCLUSIONES:
Nivaria es una novela con la que vas a disfrutar, que se aleja bastante de las clásicas novelas románticas, aunque como dije al principio, el amor -y todos los sentimientos adosados que conlleva- sea el motor sobre el que gira la historia, precisamente por la manera en que se nos narra y la sensibilidad y el oficio demostrado por su autor.
En noviembre del pasado año salió a la venta en España El temor de un hombre sabio, la segunda entrega de la trilogía titulada Crónica del Asesino de Reyes. Ni qué decir tiene que me faltó tiempo para hacerme con un ejemplar, que en principio quise regalar a uno de mis hijos, -aprovechando las fiestas que se aproximaban-, ya que fue él quien me recomendó la lectura del primer título de la colección. Pero fue llegar el libro a casa y no pude evitar abrirlo, aunque luego, dado que tenía muchos compromisos a los que quería dar aire, lo pospuse… que tontería ¿verdad?.
El caso es que aquí me tenéis, intentando recomendaros una novela que, desde luego, está a la altura de su predecesora e invitándoos a que si no habéis empezado con la saga, no lo dudéis ni un momento. Los motivos, paso a explicarlos.
EL AUTOR:
Según la página web del autor, Patrick Rothfuss tuvo la suerte de haber nacido en Wisconsin, uno de los estados americanos situados en el medio oeste, donde los inviernos eran fríos y largos y dada la imposibilidad de tener televisión por cable, la suma de ambos factores le permitieron aficionarse tanto a escribir como a leer, tendencia esta última que ya le había incultado su madre desde que era un niño.
Aunque durante su adolescencia no parecía mostrar ningún talento en especial, tras acabar la secundaria, se matriculó al llegar a la universidad en ingeniería química, carrera que abandonó al poco tiempo por la de psicología clínica, que también dejó, para entrar en un bucle de profundos cambios y en el cual, durante varios años, se dedicó a estudiar aquello que le apetecía realmente aunque las asignaturas no tuviesen relación entre ellas: desde filosofía a antropología, pasando por historia medieval, teatro oriental o sociología, hasta que las normas de la universidad le obligaron a graduarse en algo y eligió Lengua y Literatura Inglesa, intuyendo que tenía madera de escritor. Y fue precisamente durante este periodo cuando alternando estudios y algunos trabajos relacionados con la escritura, finalizó un proyecto que le había ido ocupando durante los últimos siete años: la historia de Kvothe.
Después volvería a la universidad, esta vez como docente, mientras intentaba, sin éxito, que le publicaran su novela, pero siempre era rechazada, hasta que basándose en la misma, escribió un relato corto –El camino de Levinshir- que presentó a un concurso literario y lo ganó, permitiéndole, entre otras cosas, conocer a Matt Bialer, el agente de Kevin Anderson que a su vez le presentó a su actual editor.
ARGUMENTO:
La Crónica del Asesino de Reyes es, a grandes rasgos, la historia de Kvothe. La saga la componen tres libros que vienen a resumir el contenido de las conversaciones que el protagonista mantiene con Cronista en la posada Roca de Guía, junto a Bast, su discípulo y amigo. Ambas partes acordaron transcribir la vida del legendario universitario a lo largo de tres días, desde su infancia hasta el momento actual. El primer día abarcaría el periodo comprendido entre su infancia y adolescencia, cuando llega a la Universidad y que se nos relata en el tomo I, El Nombre del Viento. Este segundo tomo, por tanto, continua donde el otro acabó y nos narrará las vicisitudes por las que pasará un Kvothe a medio camino entre la adolescencia y la juventud.
Volvemos a encontrarnos al protagonista en la universidad, apurado de efectivo –como siempre- y a la espera de deseado mecenas que nunca llega. Sigue manteniendo a sus amigos de siempre y a su acérrimo enemigo. Tanto sus relaciones personales como él mismo están en franca evolución, al igual que las venganzas que Ambrose y él se prodigan.
Llega un momento en que se ve obligado a dejar la Universidad, por un tiempo determinado. Aprovecha la carta de recomendación que le ofrece un amigo del Eolio y se marcha a Vintas, a la corte del maer Alverón, donde intenta ganarse el favor del noble. Enseguida descubre que Alverón está siendo envenenado y consigue salvarle de una muerte certera, con lo que consigue convertirte en uno de sus hombres de confianza, hasta el punto que, al poco tiempo, le envía a una misión secreta, junto con algunos mercenarios, para intentar acabar con los saqueadores de asaltan a los viajeros y recaudadores del rey. Conseguirá trabar una amistad muy especial con uno de los soldados que le acompañan, un adem que le enseña, poco a poco, sus técnicas de lucha. De vuelta a Vintas, una vez solventada la misión, se encuentran con Felurian, obligando Kvothe a sus hombres que le esperen durante unos días en una posada de la localidad cercana para quedarse con ella. Siempre en busca del conocimiento y atraído por la belleza de la mujer, descubrirá el mundo de los Fata, para abandonarla al poco tiempo y regresar con sus hombres.
Pero la vuelta a Vintas se vuelve a complicar cuando un grupo de Adem les sorprenden realizando sus ejercicios diarios, que en teoría son secretos para los habitantes de Ademre. Tempi le comenta entonces que debe volver a su patria y someterse a juicio, por lo que Kvothe decide acompañarle y pasar allí una temporada, aprendiendo nuevas técnicas de lucha y adquiriendo otros conocimientos.
De vuelta a Vintas, las aventuras se seguirán sucediendo y una vez allí descubrirá que el maer se ha casado y tras una serie de sucesos, regresa a la universidad, esta vez con más fortuna porque el noble correrá con los gastos que originen sus estudios.
IMPRESIONES:
"Todo hombre sabio teme tres cosas: la tormenta en el mar, la noche sin luna y la ira de un hombre amable".
Tenía muchas expectativas depositadas en esta novela, las cuales se han visto sobradamente recompensadas. Escuché una vez a alguien decir que un buen libro es aquel que al acabarlo te roba un suspiro. La frase no es literal, pero creo que es precisa si se aplica a este libro, porque cuando llegué a la última palabra, del último párrafo, el suspiro fue más que evidente, hasta el punto de no ser capaz de leer nada más durante un día, algo que no suele pasarme, ya que quería disfrutar del regusto amargo que me había dejado ese ambiente del final tan tenebroso en la Roca de Guía, así como meditar sobre el giro que había tomado la historia desde el momento inicial.
Pero antes de empezar a hablar sobre esta segunda parte, quiero hacer un aparte, a raíz de un comentario que me dejó Rebeca de Winter, del blog Negro sobre Blanco cuando avancé en un post el lunes pasado que estaba leyendo esta novela. Me decía que había empezado a leer la primera parte (El nombre del viento), pero que la dejó tras leer las primeras páginas porque no podía con ella. Y en cierto modo la entendí, porque los comienzos son un tanto complicados, al presentarnos el autor al protagonista luchando contra los chandrián, unos seres de lo más desagradables con forma de arañas gigantes y con unas patas que cortan como cuchillas. La pena es que se impacientase, porque a continuación, cuestión de unas pocas páginas más, nos presentará a Kvothe, el propietario de una posada en una aldea perdida, que atiende a sus parroquianos respondiendo por otro nombre y a su fiel amigo y ayudante Bast. Después llegará Cronista, que le propondrá que le relate su vida y de ese modo desgranar el trigo de la paja; o lo que es lo mismo, realidad y leyenda. Kvothe accederá a sus deseos, con la condiciones de que el escribano lleve el trabajo a cabo en tres días. El nombre del viento será el resultado del primer día; El temor de un hombre sabio, del segundo y espero que no tarde mucho en llegar el tercer volumen, para gozo y disfrute de muchos entre los que me incluyo.
Hecha esta salvedad, me gustaría empezar hablando de los escenarios. Cuando leí el primer tomo, uno de los detalles que llamaron mi atención fue el mapa del mundo creado por Rothffus que se adjuntaba. Es un tipo de gesto que suele encantarme en este tipo de literatura, pero por más que lo consultaba, no alcanzaba a comprender para qué servía si el protagonista apenas se movía por un par de sitios a lo largo de la novela. Pero en esta ocasión, el mapa ha cobrado vida, ya que saldremos de La Mancomunidad, donde se encuentran Imre y la Universidad, para recalar en Vintas y, de camino a Ademre, conoceremos el mundo Fata. También, una vez de regreso a la Universidad, Kvothe hará una rápida excursión a Tarbean, donde vivió parte de su niñez. Con respecto a estos viajes, hay algo que me ha sorprendido expresamente: no se trata ya de incidir en la manera tan exquisita con la que el autor nos describe cada lugar, sino que me resulta prácticamente imposible destacar el cúmulo de detalles que nos regala, desde las descripciones del entorno, paisajes, etc, hasta las costumbres, hábitos o modas en el vestir, por no hablar de las distintas lenguas, como es el caso de la utilizada en Ademre que, además de la voz, sus habitantes utilizan una especie de lenguaje de signos.
Decir que Rothfuss se ha esmerado con los personajes es poco. Nos ofrece de ellos todo tipo de detalles, tanto de su forma de ser o pensar como de su aspecto físico. De los que conocimos en el pasado (el anterior libro, se entiende), vemos como evolucionan, del mismo modo que lo hacen las relaciones interpersonales: Si hablamos de Wilem, Simmon o Fela, la amistad es cada vez más fraternal; así como con Devi y Auri, aunque con cada una de ellas su relación sea diferente. Si hablamos de enemistad, lo suyo con Ambrose alcanza altas cotas de aversión y sus revanchas cada vez son más desmesuradas; a nivel de profesores, la cosa está más clara que el caldo de un asilo: mantiene a sus detractores y a sus partidarios, en particular a Elodin, que en esta parte adquiere más protagonismo. Mención aparte merece la enigmática Denna, que fiel a su rasgo más característico, sigue apareciendo y desapareciendo donde menos se la espera, envuelta en el misterio.
Pero entran en escena nuevos personajes, ya que la acción se desplaza a otros lares. Cuando llega a Severen, se pone a disposición del maer Alveron, en quien tiene depositadas su esperanzas para que se convierta en su mecenas y la llave que le permita documentarse acerca de los Amyr, pero también entablará una curiosa relación con un noble, Bredon, que le ayudará a entender los entresijos de la corte. Cuando viaja en misión para Alveron, lo hace en compañía de tres mercenarios –Dedan, Espe y Tempi- y un rastreador, Marten. Aunque la relación en principio es complicada, pues ninguno entiende como un joven puede estar al mando de la expedición, al final y a tenor de las experiencias vividas, acaban convirtiéndose en amigos. En particular, con Tempi la relación es más íntima.
Y como no, conoceremos por fin a Felurian, un ser mágico con quien Kvothe pasará un tiempo y descubrirá, entre otras cosas, las mieles del sexo. O a Vashet, su maestra en Ademre y la encargada de transmitirle la curiosa filosofía de vida de su pueblo..
Sin embargo, hay algo común a todos ellos: a pesar de ser grandes personajes, todos son eclipsados por Kvothe, pues todos ellos, aún formando parte de su vida, están por él y supeditados en cierto modo a su protagonismo exclusivo.
El libro consta de 152 capítulos, además de prólogo y epílogo. La portada, en cuanto a diseño, es similar a la anterior, aunque esta última me ha gustado más, ya que prefiero a un Kvothe luchador a otro que se esconde al amparo de la oscuridad bajo la capucha de su capa.
En cuanto a estilo, tengo que admitir que el de Rothfuss es genuino y muy definido. No sólo por la calidad que derrocha a raudales, tanto a la hora de utilizar recursos narrativos con una marcada intención artística como por su vocabulario extenso y preciso. El conjunto es una prosa irresistible e intensa.
Antes de terminar, no quiero dejarme en el tintero una queja que a menudo he comentado pero que no puedo aplicar en este caso. En ocasiones, cuando he abordado una trilogía, me he lamentado de la moda que últimamente se ha impuesto de convertir en trilogía cualquier historia, motivo por el cual también he dejado de leer otras muchas novelas. Y digo que no es adaptable a esta historia porque estamos hablando de novelas de más de 1000 páginas en las que no dejan de pasar cosas. No se trata de querer alargar una historia por una cuestión crematística, porque si esa hubiese sido la intención real, hubiesen podido dividirla en muchos más volúmenes, ya que los curiosos “interludios” que en la propia narración se alternan como pausas entre pasado y presente se podrían prestar a ello.
Para que os hagáis una idea, en la reseña que escribí sobre El Nombre del Viento, reescribí el párrafo utilizado en la contraportada del libro como reclamo:
“He robado princesas a reyes agónicos. Incendié la ciudad del Trebon. He pasado la noche con Felurian y he despertado vivo y cuerdo.Me expulsaron de la Universidad a una edad a la que a la mayoría todavía no los dejan entrar.He recorrido de noche caminos de los que otros no se atreven a hablar ni siquiera de día.He hablado con dioses, he amado a mujeres y he escrito canciones que hacen llorar a los bardos.Me llamo Kvothe. Quizá hayas oído hablar de mí”.
Pues bien, de esa carta de presentación que hace Kvothe de sí mismo, hasta ahora sólo hemos asistido al incendio de la ciudad del Trebon y ha pasado la noche con Felurian. Bueno, también ha amado a mujeres y escrito canciones, nada raro cuando se considera un músico por encima de todo. Por lo que, si las cuentas no me fallán, todavía nos quedan muchas aventuras que compartir con el héroe pelirrojo.
Para terminar, diré que la única pega que he encontrado al libro es que es un ladrillo de cuidado, que no se puede sacar de casa a no ser que quieras acabar con una contractura. Por lo demás, también tengo que reconocer que he sentido en ocasiones algún golpe de ansiedad al ver con la facilidad con la que iba devorando páginas, viendo el final cada vez más cercano.
Book Trailer de la novela:
CONCLUSIONES:
Decir a estas alturas de la película que Patrick Rothfuss ha sido a la literatura como un soplo de aire fresco no es nada novedoso, pero es una realidad, porque Rothfuss es un narrador excepcional. Y bueno, si has leído la primera parte y te gustó, me extraña que no hayas comprado el segundo libro, sinceramente. Si no te gustó lo suficiente, quizás tengas que dejarlo pasar, aunque yo le daría una oportunidad. Otra cosa es que tu duda sea que la literatura fantástica no es lo tuyo; pues bien, si te sirve mi consejo, es un tipo de fantasía relativa; es decir, es obvio que hay momentos fantásticos que si los analizamos desde el punto de vista lógico, no hay nada que hacer, pero son los menos, por lo que más bien podría clasificarse como de aventuras, ya que lo que realmente importa de esta historia reside en la fuerza de su protagonista y la riqueza física y psicológica a la hora de describir al resto de personajes, todo eso sin obviar unas exquisitas descripciones y que la historia es como para quitarse el sombrero. Si a todo esto le añadimos un estilo impecable ¿os la queréis perder?