EL TIEMPO MIENTRAS TANTO, de Carmen Amoraga

DATOS TÉCNICOS:

Título: El tiempo mientras tanto

Autora: Carmen Amoraga

Editorial: Planeta

ISBN: 978-84-08-09726-6

Páginas: 304

Presentación: Tapa dura con sobrecubierta

Cuando tenía algo más de veinte años, me suscribí, en una Feria del Libro de Madrid, a la Colección de los Premios Planeta. Me hacía ilusión tenerlos (también es verdad que entonces era muy floja y se me convencía a la primera de cambio); además, la presentación era más que aceptable para mi gusto, ya que venían encuadernados en tapa dura, con la portada en rojo intenso, sin sobrecubierta. Pero, aunque algunos títulos me encantaron, con los años decidí darme de baja y comprar sólo aquellos que realmente me interesasen, porque había descubierto que, las más de las veces, me gustaban más los finalistas que el ganador del premio. Pues bien, precisamente ahora, vengo a hablaros de un finalista: el de 2010, escrito por Carmen Amoraga, una novela que bien hubiese merecido hacerse con el galardón por su calidad literaria.

LA AUTORA:

Poco sabía de la autora hasta que tuve el ejemplar en mis manos, por lo que os dejo la información recogida en la web oficial de Planeta, que también encontramos en la contraportada del libro: Carmen Amoraga es licenciada en Ciencias de la Información y ha desarrollado diferentes labores como periodista para radio y televisión. Ha sido columnista del diario Levante y colaboradora en tertulias en Punto Radio, Radio 9 y Canal 9. Actualmente es asesora en relaciones con los medios de comunicación en el rectorado de la Universitat de València y publica artículos en Cartelera Turia. 

Con su primera novela, Para que nada se pierda, obtuvo el II Premio de Novela Ateneo Joven de Sevilla. Posteriormente, ha publicado La larga noche, Premio de la Crítica Valenciana, y Todas las caricias. Con su novela Algo tan parecido al amor fue finalista del Premio Nadal 2007 y consiguió un gran éxito de crítica y lectores. Además, ha publicado Todo lo que no te contarán sobre la maternidad, un ameno y divertido libro que cabalga entre el ensayo y la entrevista, y Palabras más, palabras menos, una recopilación de artículos en prensa.

ARGUMENTO:

Comienza la novela un mes de abril, de un año cualquiera, con María José, la protagonista ausente y a la vez presente de este relato. Se encuentra postrada en una cama de hospital, en coma irreversible. Ha sufrido un accidente de tráfico y no hay esperanza.

“La mujer que va a morir y no lo sabe, o quizá sí, tiene los ojos cerrados, el cuerpo rígido, las manos abiertas, los dedos extendidos… Pero la mujer que va a morir no mueve ni un músculo. No parece triste ni tampoco alegre. Su amiga Marga le da lo mismo porque le queda poco tiempo. Quizá no se dé cuenta. O quizá sí. Quizá note que cada día es como una despedida, que cada noche se convierte en una batalla ganada. O perdida. Tal vez tenga ganas de terminar.” (Página 9).

Ante ella desfilan por la habitación 126 del Hospital Sánchez Díaz-Canel todas las personas que han significado algo en su vida: Sus padres, Paco y Pilar, se turnan a diario; él va por las mañanas, ella por las tardes. Para las noches han contratado a Cleopatra, una cubana que se dedica profesionalmente a cuidar enfermos. Las tardes de los miércoles acude Marga, su amiga de la infancia, coincidiendo con su madre. Y Joaquín, su ex-marido, que desde que le abandonó ha sufrido un fuerte varapalo en su ánimo y en su ego.

IMPRESIONES:

El tiempo mientras tanto fue finalista del Premio Planeta 2010, siendo el ganador Eduardo Mendoza con Riña de gatos, un merecidísimo puesto que a nadie que haya leído la novela le hubiese extrañado que le otorgasen el preciado galardón.

Aunque en el argumento comenté que es María José una protagonista ausente, precisamente por ello, podría decirse es que una novela coral, porque son el resto de los personajes quienes a través de sus reflexiones provocan que recobre presencia, al relatarnos diferentes momentos de su existencia. Ella, mientras tanto, permanece en coma. Es posiblemente Marga, su amiga íntima, la que mejor nos la perfila, aunque sus padres o su ex-marido también colaboran en ello.

El suspense se mantiene en todo momento, no tanto por lo que el futuro pueda deparar a Maria José, para la que, desde la primera página, sabemos que no hay esperanza, sino porque los conflictos personales de cada uno de los personajes, que se van desvelando cuidadosamente, combinando presente y pasado con bastante habilidad y que alimentan la trama. Porque los personajes están muy bien perfilados psicológicamente. Son personas normales y corrientes, con las que resulta fácil empatizar (en unos casos) y entender (en todos). Y será precisamente el conjunto de esas personalidades las que han ido perfilando la de María José; por ejemplo:

Paco: De todos los personajes es, posiblemente, el que más me ha gustado, al que más he entendido y el que más sentimientos me ha generado. Es verdad que ha llevado una vida lastimosa en lo afectiva, posiblemente movido por carecer del valor suficiente para afrontar su situación, pero la realidad es que su vida, desde que su recuerdo alcanza, ha sido siempre triste; sin embargo, ha sido un padre ejemplar, dispuesto a ofrecerle a su hija su apoyo y comprensión en todo momento.

Pilar: Siempre ha mostrado un obstinado desprecio por su marido, al que no ha amado nunca. Se casó con él por desidia, tras ser abandonada por su primer novio, Fermín, al que nunca ha olvidado, motivo que le ha amargado la existencia. El accidente y la situación irreversible en que se encuentra su hija le ha hecho ser consciente del distanciamiento que su actitud ha provocado en su familia y se decide entonces a sincerarse con su hija, buscando ese entendimiento que no fue posible en su momento.

Marga: Es la amiga íntima de María José, desde la infancia. Su mejor asesora y quien mejor la conoce. No se lleva especialmente bien con Pilar, pero dada la situación y que tiene que coincidir con ella en su visita semanal al hospital, decide tender puentes para intentar cauterizar las heridas añejas. Estas visitas le ayudan a reflexionar sobre su propia vida, sus infidelidades, sus hijos y su pareja.

Joaquín: Es el ex-marido de María José. Eran vecinos desde la infancia e iban al mismo colegio. Mientras ella era una joven apocada y acomplejada que siempre le mostró su apoyo incondicional, él era fatuo y egoísta, posiblemente por reconocerse bastante agraciado. Nunca reparó en el amor que ella le profesaba y cuando se casaron, lo hizo movido por necesidad. Nunca, durante el tiempo que duró su convivencia demostró el más mínimo sentimiento hacia ella, hasta que le abandonó, harta de su indiferencia.

Además, hay dos personajes más, cuyas historias merecen un aparte: Cleopatra, la mujer que cuida de María José por las noches, con un pasado un tanto problemático en su Cuba natal, que no ha ayudado a solucionar su emigración a España y Goumba, un joven senegalés que acuciado por la pobreza puso rumbo a nuestro país. Son historias paralelas que ayudan a conocer más a los protagonistas y que nos hacen plantearnos otras perspectivas y otras maneras de afrontar la vida.

En un principio, dada la situación, pensé que se trataría de una catarsis colectiva, aunque enseguida mis prejuicios se disiparon, porque con una naturalidad que roza la perfección, la autora nos traza el cúmulo de sentimientos que brotan de cada uno de los familiares y allegados de María José, como si se encontrasen en medio de una marea afectiva. Se torna entonces la narración más intimista, afligida, henchida de cavilaciones abismales que nos permiten conocer los pensamientos más recónditos de cada uno. Y los entiendes a todos, desde ese padre apesadumbrado que ve como su vida se desmorona y que no ve futuro más allá de la vida de su hija, hasta esa madre siempre arisca y lejana, incapaz de congraciarse con el género humano, dado su profundo egoismo. O esa amiga, que aprende en esa tesitura una lección de vida, o el ex-marido, tan cobarde como pusilánime antes y después del accidente. Pero hay algo que me ha gustado más que todo lo demás: la continua evolución de los personajes que consigue, además, que lo haga la propia historia.

La historia se desarrolla, principalmente, en dos escenarios: La ciudad donde hasta el momento del accidente viven la mayoría de los personajes que intervienen en la historia –Valencia-, aunque haya referencias a otros lugares como Mallorca (lugar de residencia de Fermín, el primer novio de Pilar), Cuba (el país donde nació Lucrecia y donde ha transcurrido gran parte de su vida) o la pequeña ciudad senegalesa de donde es originario Goumba y el Hospital Sánchez Díaz-Canel donde la protagonista se debate entre la vida y la muerte y donde desde ese momento se dan cita los intervinientes en la acción. Del sanatorio conocemos prácticamente todo, ya que la autora nos hace una profunda descripción del mismo: desde el modo en que se reparte el espacio hasta su distribución o ubicación en la sierra:

“Es un edificio grande, con dos pabellones que son como dos brazos que se abren majestuosamente entre la frondosidad de la montaña. Tiene cinco alturas…” (Página 25).

Es una novela muy trabajada, intensa y sincera. Narrada en tercera persona, de manera omnisciente, me ha parecido todo un acierto, pues la autora consigue dotar tanto a los personajes como a las situaciones de coherencia. La prosa es amena, utilizando un vocabulario sencillo (no confundir con simple), pulcro y elegante. Pero, si hay algo de lo que no me cabe duda es que Carmen Amoraga tiene un talento innegable a la hora de transmitir sentimientos, entre ellos el amor. Sin embargo, hubo quien catalogó la novela como “romántica” por ello, algo ante lo que la autora se reveló, diciendo “Si mi novela la hubiera escrito Javier Marías no la etiquetarían como novela romántica”, con toda la razón del mundo.

CONCLUSIONES:

A estas alturas, poco más puedo decir de la novela, excepto recomendarla. Creo, como dije al principio, que está a la altura de cualquier galardón, incluido el Planeta, por lo que más claro no lo puedo decir. Es posible que el tema no guste a cualquiera, eso también lo entendería, porque a fin de cuentas, lo normal es buscar en la literatura el modo de evadirse de las preocupaciones, pero para quienes no tengan prejuicios con respecto a determinadas temáticas, será todo un acierto, por la calidad literaria de Carmen Amoraga, porque ha creado unos personajes perdurables en la memoria del lector y una historia que te atrapa.

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