EL LADRÓN DE COMPRESAS, de Sergio G. Gros

DATOS TÉCNICOS:

Título: El ladrón de compresas

Autor: Sergio G. Gros

Editorial: Autoeditado

ASIN: B005Z4RV7G

Páginas: 145

No voy a negar que me quedé de pasta de boniato cuando leí la propuesta que Carmina (del blog De tinta en vena) y Tatty (del blog El Universo de los Libros) nos hacían al alimón para participar, de nuevo, en una Lectura Conjunta. El título que nos proponían era El ladrón de compresas y no pude evitar sentir un cierto rechazo, a priori. Pero como no se puede juzgar por una primera impresión, os invito a participar de mis impresiones:

EL AUTOR:

Sergio G.Ros nació en Cartagena, España, en 1975, donde reside en la actualidad con su mujer y su hijo. Es diplomado en Ingeniería Técnica y trabaja en el sector industrial.

Producción literaria:

Ha escrito hasta la fecha cuatro novelas:

1. El ladrón de compresas (2007, género negro-policíaco) 

2. El valle del demonio (2008, género: terror)

3. Transmutación (2009, thriller-bélico).

4. Luciano Wong (Libro I). Mâ (2011, acción-aventuras).

Otros trabajos literarios:

- Un novela corta: El misterio de la caldera chirriante (2006, género detectivesco)

- Varios relatos cortos: “Pies quietos”, “Animales de

montaje”, “El señor del valle”, “Crisis”, “Frío como el acero”, “Luz de sabiduría en una noche de estrellas”. Obteniendo por uno de ellos un accésit en el Premio de Torrepacheco (Murcia).

- Su blog literario El alma impresa superó en solo un año de existencia las 28.000 visitas y los 2.000 comentarios, ocupando puestos destacados en el Ranking de blogs de literatura de Wikio. El Alma impresa, que alterna reseñas de libros con relatos del autor y avatares autobiográficos, cuenta entre sus seguidores con muchos escritores y apasionados de la literatura.

- Como crítico literario ha realizado reseñas para la conocida página web Llegir en cas d'incendi y ha colaborado con la revista literaria Prosofagia.

- Durante el 2010 fue el coordinador de la tertulia literaria “El escarabajo Palabrero” de gran arraigo en la ciudad de Cartagena.

- Sus novelas pueden encontrarse en Amazon.

http://www.amazon.es/s?_encoding=UTF8&search-alias=digital-text&fieldauthor=Sergio%20G.%20Ros

- En la actualidad trabaja en el borrador de Luciano Wong (Libro II).

ARGUMENTO:

Sofía Jimenez, una estudiante de Derecho de tan sólo veinte años de edad, ha sido secuestrada. Unos días después de este hecho, un antiguo compañero de instituto recibe un mensaje en el que se adjunta una imagen borrosa, en su teléfono móvil remitido por ella. Siendo conocedor por las noticias del secuestro de la chica, no duda en ponerlo en conocimiento de la Policía. Una vez analizada la imagen, se distingue una Tabla Periódica de los elementos químicos.

El Comisario Cervantes es el responsable de la comisaría en la que se lleva la investigación por el secuestro de Sonia Jiménez. Para ocuparse de la misma, pone al mando al agente Mulero, pero también le pide apoyo a Vázquez de la Científica y a la agente Susana Ruiz (así como el encargo de que ésta se ponga en contacto con un antiguo detective –Vargas- para que colabore en el caso).

A los cinco días de la desaparición de la joven, un equipo especial se traslada a la Comisaría de Pedreira, para tomar las riendas del caso, al considerar que el rapto de Sofía Jiménez es de “alto riesgo” y que el responsable es un asesino en serie. Tras exponer en una reunión el perfil del secuestrador, del que dicen posee una enfermedad denominada olfactofilia, que le lleva a sentirse atraído por el olor de la transpiración y de los genitales, llegando a robar las compresas de sus víctimas antes de que mueran envenenadas con monóxido de carbono.

Ante esa coyuntura, el subinspector Plácido Garnero se hará cargo de la coordinación, junto con su equipo, formado por los agentes Ramírez, Costa y Vivancos. Enseguida el comisario Cervantes se dará cuenta de los espurios motivos que han traído a Garnero a su comisaría, por lo que accede a las pretensiones planteadas por la agente Ruiz de separarla del equipo junto con su compañero Vázquez para que hagan sus pesquisas en paralelo con la colaboración de Eduardo Cortés, el ayudante de Vargas.

Pero todo se precipita cuando Cortés se percata de que a Sofía le faltan un par de días para que le venga la regla…

IMPRESIONES:

Llevo poco tiempo en la blogosfera, o esa es la sensación que tengo día si, día también. Durante estos meses he podido disfrutar con iniciativas que me han acercado a diferentes autores a los que no hubiese conocido de ninguna manera de no ser por ellas. Pero también se ha abierto ante mí un abanico de posibilidades que día a día va incrementando mi campo de visión en el mundo de la literatura. Una de ellas y con la que más estoy disfrutando, es con cualquiera de las Lecturas Conjuntas en las que participo. Disfruto como una enana comparando las impresiones que en cada blog se hacen de un mismo libro, de una misma historia. Es verdad que bastaría con mirar en Google las reseñas de cualquier novela que me interesase y comparar para llegar al mismo resultado, pero nunca es lo mismo. La magia de la Lectura Conjunta reside en el nivel de implicación de quienes participan por analizar hasta el último detalle y en el mismo espacio de tiempo una novela en particular.

Antes de abordar mis impresiones, tengo que hacer dos puntualizaciones. La primera, es que tengo que aclarar que he cometido un error tremendo, que se traduce en lo siguiente: por razones que no vienen al caso, he ido posponiendo la lectura hasta que me ha cogido el toro. Me he confiado, también es cierto, en lo que he leído en algunas reseñas: que se leía con bastante fluidez y se aseguraba que en un par de días, a lo sumo, te hacías con ella. Así que anteayer me puse al tema y ahora os hago partícipes de las consecuencias, porque normalmente cuando termino una novela me gusta darle un tiempo y que las primeras impresiones que me sugiere maduren un poco, por eso, temo que al ir precipitada en cuanto a tiempo, no pueda abordar todos los matices que me hubiese gustado comentar.

La segunda, es que no he querido leer la mayoría de reseñas que se han ido publicando, pues no quería “contaminarme” hasta haberla leído. Esto se debe a que empecé a encontrar algunos “peros” que no quería que me afectasen. Ni qué decir tiene que a partir de ahora me iré pasando por todos los blogs, para poder comentar con criterio.

La historia, narrada con un deliberado lenguaje coloquial, se nos relata de manera lineal, en un periodo de tiempo relativamente corto (no supera la semana desde que se inicia el secuestro hasta su resolución). Me ha gustado especialmente el uso de la alternancia en la narración entre la primera y tercera persona. No sólo porque capta nuestra atención de manera irrefutable, sino porque consigue ponernos con facilidad en diferentes situaciones o escenarios a la vez, manteniendo la tensión en todo momento. Por un lado, tenemos a la víctima, relatando en primera persona su situación. Nos describe el lugar en que se encuentra y todo lo que acontece; por otro, en tercera persona se nos cuenta qué esta sucediendo en la investigación, mediante la figura del narrador omnisciente.

Al principio tuve la impresión que los personajes eran algo estereotipados. Desde el policía conflictivo y problemático, capaz de todo por escalar puestos en el organigrama, a la agente cañón, portadora de un buen par de razones que sólo parecen servir para distraer la atención de sus compañeros, pasando por el detective Ramiro Vargas inmerso en un halo de misterio y carisma, la versión pampera de Sherlock Holmes. O el ayudante del detective, que curiosamente tiene la misma profesión que el autor en la vida real, a quien ha “dotado” de una torpeza de traca, antiguo conocido de la agente Ruiz, que ya le había ayudado en otro caso. Pero, a medida que la historia avanzaba, se iban perfilando e iban tomando una cierta entidad. Me llevó a replantearme lo complicado que debe ser que en una historia donde aparecen tantos personajes, darles vida teniendo en cuenta la poca extensión de la misma en cuanto a páginas ¡Sólo tiene 145!.

Mención aparte merecen los “pseudoprotagonistas” (porque lo son a tiempo parcial). Por un lado, la secuestrada; por otro, el secuestrador. Me parece original el relato de la primera, porque más de una vez me he preguntado cómo debe sentirse alguien que es raptado y como vive ese periodo de su vida. En este sentido y permitirme el chiste fácil, lo conocemos con pelos y señales. Se me vienen a la cabeza algunos testimonios de gente real y chocan en cierto modo con lo que he vivido a lo largo de su exposición. Quizás el autor ha querido, deliberadamente, que no sintiésemos empatía por ella, a pesar de ser la víctima, ya que nos muestra a alguien con una fortaleza mental y un sentido del humor nada común en sus circunstancias. Del mismo modo que choca que tratándose de una chica de veinte años, no se le haya dado coba a su familia. O quizás, puestos a hacer conjeturas, era la manera más apropiada para presentarnos a un asesino bastante singular que, a no ser por ella, hubiese quedado bastante desdibujado. Porque este psicópata y su patología –la olfactofilia- , no es que sea muy recurrente que digamos en la literatura en general. A mí, el único caso que me viene a la cabeza es el de Jean-Baptiste Grenouille, el protagonista de El perfume, de Patrick Süskind.

Y precisamente, tanto el título de novela como el tipo de psicópata al que nos enfrentamos en ella son impactantes, ya que nuestra primera sensación se inclina por lo que de escatológico podemos encontrar en el texto. En mi caso, creo que el autor ha sabido bregar con los “momentos indeseables”, dado que esa búsqueda de los fluídos corporales en la víctima y la vejación que ello implica se han desarrollado sin grandes turbaciones. En este sentido, el detective Vargas también tiene una curiosa forma de inspirarse a la hora de resolver un enigma, pero tampoco es como para llevarse las manos a la cabeza ¡cosas peores se han visto y no siempre tan “naturales”!.

Lógicamente, no estamos hablando de una novela policíaca al uso. Desde mi punto de vista, es una novela de acontecimientos, donde siempre están pasando cosas. O, si acaso, de una novela policíaca cañi, con todos sus tópicos típicos, incluído ese machismo contumaz a la hora de ver a una mujer por su físico y no por su valía profesional. A este respecto, me resultaría muy cómodo decir que me ha molestado expresamente tanta referencia por parte del elenco masculino a los senos de la agente Ruiz, pero mi experiencia en el mundo real me retrotrae a mi propia experiencia laboral y me consta que esas situaciones se dan con más frecuencia de lo que nos gustaría admitir. Y no vayáis a pensar que he trabajado en un taller mecánico, donde los posters de Interviú alegran la jornada a los trabajadores, sino en un sector mucho más prosaico como es la Banca y donde un buen par de aldabas (debo andar poseída por el espíritu de El jovencito Frankenstein, de Mel Brooks) cotizan al alza en mejores circunstancias que un par de másters en Mercados Financieros.

Otro acierto de la novela y que pocas veces reconocemos es el trabajo de documentación que lleva implícito. Hay mucha investigación encubierta a este respecto, tanto en la parte de métodos policiales, como sistema de pesquisas, o armamento y medios utilizados por la Policía Nacional, etc.

En cuanto a los escenarios, la acción transcurre en Pedreira, una localidad ficticia, que bien pudiera existir por las abundantes descripciones que se hacen de la misma. No se trata simplemente y por poner un ejemplo, que siendo la protagonista una joven universitaria a la que según todos los indicios sitúan el momento de su secuestro en la Universidad donde había pasado las últimas horas estudiando, para describirnos el campus universitario con todo lujo de detalles, hasta el punto que podemos visualizarlo, desde sus jardines hasta sus construcciones, interiores y exteriores. Del mismo modo, de la mano de los personajes nos paseamos por las calles de esta localidad costera, por sus playas, incluso nos consta que existen fábricas; sino que también asistimos a esa transformación urbanística que ha sufrido el levante español, que ha visto como iban desapareciendo los pintorescos pueblos de pescadores para convertirse en pequeñas ciudades de ladrillo visto, de grandes avenidas sorteadas por rotondas, de chalets adosados y otros no tan adosados, típicos villorrios en manos de snobs y jubilados anglosajones.

CONCLUSIONES:

Siempre que termino un libro, sobre el que después voy a dejar mi impronta, siempre me hago las mismas preguntas ¿me ha gustado realmente? ¿Recomendaría su lectura? Y la respuesta a ambas con respecto a esta novela es SI. En primer lugar, me ha sorprendido el ritmo narrativo de la novela, más cuando he dejado su lectura para última hora y cuando me puse a ello me llevó un solo día. ¿Por qué? Es sencillo: porque se lee con una facilidad pasmosa, entre otras cosas porque desde la primera página te engancha y se convierte en adictiva, consecuencia de una trama envolvente donde siempre se mantiene la tensión y a la que se le ha dado un final cerrado y creíble, como debe ser.

Lógicamente, se ve a todas luces que la historia está hecha para entretener y en ese sentido, cumple con creces su objetivo. Por todo ello, tengo que recomendarla, teniendo en cuenta, claro está, que no es la novela de mi vida, pero es una buena novela.

RESEÑAS PARTICIPANTES EN LA LECTURA CONJUNTA:

Tatty, del blog: El Universo de los Libros 

Marina, del blog: Cargada de libros 

Margari, del blog: Mis lecturas y más cositas 

Ofuscattio, del blog: Livros y más libros… 

Talismán Dreams, del blog Talismán Dreams

Laky, del blog: Libros que hay que leer

Blair, del blog: Mis lecturas de cabecera:

Cartafol, del blog: O Meu Cartafol

Aprendiz de mucho, del blog: Aprendiz de mucho

Margaramon, del blog: Libros, exposiciones, excursiones

Mayte Esteban, del blog: El espejo de la entrada

Inés, del blog: La palabra pronunciada

Escalpelo literario, del blog: El escalpelo literario
Almu, del blog: Los libros de Almu

Mila, del blog: La vida en libros

Marilyn, del blog: Los libros de la Bruja

Trescatorce, del blog: Rock and Roll Dreams

Patricia, del blog: Musas cuenteras

Carmina, del blog: De tinta en vena