Autora: Sonia Fernández-Vidal
Ilustrador: Oriol Malet
Editorial: La Galera
Colección: Narrativa singular
Editorial: La Galera
Colección: Narrativa singular
ISBN: 978-84-246-3577-0
Páginas: 208
Páginas: 208
ARGUMENTO:
Niko Mir es un tímido adolescente que a sus catorce años vivirá una sorprendente aventura. Una mañana, antes de levantarse, aparece plasmado en el techo de su habitación el siguiente mensaje: “Si quieres que sucedan cosas diferentes, deja de hacer siempre lo mismo”. No es la primera vez que contempla el reflejo de algún coche en el mismo lugar, pero nunca un mensaje tan nítido. A pesar de sus esfuerzos por descubrir el origen de esa imagen, no tiene suerte, incluso recuerda la clase de física donde la profesora les habla sobre la reflexión y la refracción, pero aún así su empeño es en vano.
Por ello, al salir de su casa para ir al instituto, decide tomar otro camino, más largo y solitario que el de costumbre, pero atento y deseoso de embarcarse en cualquier aventura que pueda surgir, porque así lo intuye. De pronto repara en un viejo caserón, destartalado y aparentemente deshabitado, en el que nunca había reparado, a pesar de haber pasado por el mismo lugar en otras ocasiones. Pero algo llama su atención: la puerta, de madera sólida y vistosa, tiene una cerradura triple. En el lado izquierdo de la puerta se encuentra un botón rojo que no duda en pulsar, movido por la curiosidad… alguien contesta al otro lado y tras resolver un simpático enigma, cruzará el umbral hacia un mundo singular y sorprendente.
En ese universo cuántico en el que se ve embebido, descubrirá y vivirá situaciones asombrosas, de la mano de un elfo llamado Eldwen y una hada cuántica llamada Quiona, de la que se enamorará en el mismo instante en que la conoce: asistirá al nacimiento del universo, presenciando un big Bang, pero también el proceso inverso por la vía del Big Crunch, viendo enfrentarse a la materia y la antimateria en un curioso partido de rugby. Aprenderá a tunelear, o lo que es lo mismo, traspasar paredes y a teletransportarse. Acudirá al Taller de Relojería Relativa de Kronos, donde además de conocer a los gemelos Oort y Opik -uno joven y otro prácticamente un anciano por su afición a viajar a velocidades aproximadas a la de la luz- comprenderá la Teoría de la Relatividad de Einstein y la formación de agujeros negros.
Pero Niko tiene una misión que todavía no conoce: será el encargado de restablecer el equilibrio entre el mundo cuántico y clásico. Para ello, tendrá que ejercer de mensajero divulgando el conocimiento adquirido en este mundo, valiéndose de la inteligencia cuántica que ha ido desarrollando y ejercitando en estos días, encontrando las respuestas a aquellas cuestiones que en principio le parecían imposibles.
IMPRESIONES:
Hace unos meses, ojeando la revista de “Círculo de lectores”, me encontré con esta novela. Lo primero que me llamó la atención fue su cubierta, por original, después leí la sinopsis. Me resultaba atractiva, aunque las referencias al “mundo cuántico” hicieron que me replantease mis prejuicios con respecto a la lógica y decidí que dado que era una novela enfocada hacia cualquier tipo de público (se puede leer a partir de los 10 años), por muy corta que yo fuese con respecto a estos temas, conseguiría entender algo.
Al principio no pude evitar encontrar algún paralelismo entre esta historia y la de “Alicia en el país de las maravillas”, pero más adelante comprobé que las coincidencias se limitaban a algunos detalles bastante curiosos, como que ambos niños cruzan el umbral hacia un mundo desconocido; ella tras caer en una conejera al perseguir a un conejo, acaba llegando al centro de la tierra y Niko tras entrar en un viejo caserón de camino al instituto, descubre el mundo cuántico. En las dos historias hay un gato que aparece y desaparece y del mismo modo, los dos protagonistas son citados en un juicio donde actúan de testigos. Aunque también podría citar la variedad de escenarios, la necesidad de resolver enigmas o que el tiempo transcurre con ritmos diferentes al real; de hecho, en el cuento de Alicia todo sucede durante la siesta y en el de Niko, pasa dos días en el mundo cuántico, que en el mundo real significan diez minutos.
La historia, a nivel literario, es bastante elemental, con un vocabulario sencillo (exceptuando lógicamente los términos científicos que son ampliamente explicados al final del libro, en un “Diccionario para estudiantes aventajados”), sólo hace las veces de hilo conductor para ofrecernos una serie de conocimientos que de otra manera podríamos considerarlos complicadísimos y lo consigue de una forma divertida y amena. En ocasiones la autora recurre a la utilización de enigmas, bastante sencillos, teniendo en cuenta que van dirigido a un público muy amplio (como ya comenté al principio), que para resolverlos simplemente hay que cambiar la perspectiva, ya que no siguen la lógica habitual. A mi me recordaron a las típicas preguntas de los tests de inteligencia.
Si quiero señalar algo que me ha gustado mucho: las ilustraciones del libro y la alternancia de diferentes formatos en la escritura, con símbolos, carteles, páginas con fondo negro, etc. Y la cubierta, una vez quitada la sobrecubierta, de color plateado y sin ningún texto en ella, ni siquiera el título.
Y lo más importante: el propósito de la autora, doctora en Información y Óptica Cuántica por la Universidad Autónoma de Barcelona, que ha trabajado en los centros más importantes y más desarrollados tecnológicamente del mundo, que no es otro que dar a conocer la física cuántica y convertirla en accesible para todos, haciéndonos comprender que hay un universo de posibilidades, porque las cosas no son siempre blancas o negras, sino que pueden ser blancas y negras a la vez. Porque si nos dedicamos únicamente a fomentar el pensamiento lógico, nos convertiremos en personas incapaces de disfrutar con los sentidos, al no ser capaces de desarrollar una actividad creativa.
Puedes descargarte el primer capítulo pulsando AQUI.
Puedes ver el trailer de presentación pulsando AQUI.
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A mí me lo han recomendado varias personas y creo que les haré caso :) Yo de ciencia poco sé, soy más de letras xD Pero haré lo que pueda.
ResponderEliminarUn besazo y gracias por la reseña!
A mí no me llamaba mucho al principio pero después de leer algunas reseñas se ha despertado mi curiosidad, parece un libro muy interesante
ResponderEliminarun beso!
He oído que es muy bueno pero no se si animarme a leerlo.
ResponderEliminarBesos
TEngo curiosidad por este libro, pero quiero cogerlo cuando mi hijo pueda leerlo tambien y a ver si compartimos lectura
ResponderEliminarMe encantó el libro. De hecho lo he comprado dos veces. El primero tuve que regalarlo porque alguien lo quería con tanto empeño, que no pude decir no, y el segundo porque es de esos libros que me apetece tener. Ahora lo quiero releer con mi hijo.
ResponderEliminarPero me intriga que lo hayas comprado en círculo de lectores. ¡No lo he visto! lo hubiera comprado allí, me gustan mucho sus ediciones.
Un abrazo
Iciar: hace varios meses que lo compré, si mal no recuerdo, hace por lo menos "tres boletines". Un abrazo!
ResponderEliminarRecuerdo que en el colegio me gustaban las mates, la física y la química, así que en cuanto vi este libro me llamó poderosamente la atención. Y lo leí y me enamoré y lo recomendé por activa y por pasiva por la facilidad con que la autora es capaz de explicarnos algo tan complejo como la teoría cuántica a los que no pertenecemos a ese mundillo... sé que hay mucha gente que lo rechazó y lo rechaza precisamente por no tener una intensa historia de amor (que historia de amor hay ehhhh) y por tratar el tema que trata, pero desde aquí, vuelvo a recomendarla.
ResponderEliminarSaludines y me alegro de que te atrevieras con ella.
Pues si, Sarah, el libro me encantó y eso que lo mio con las ciencias era como para hacérselo mirar.
ResponderEliminarUn beso.